CAP 1 ... ES MI ÚLTIMA PALABRA

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NARRA BULMA 💋

— ¡No papá! ¡Dije que no! ¡NO! — Grite como loca después de escuchar la propuesta de mi padre.

— Tú no lo decides hija, simplemente te casarás con el hijo de Vegeta Ouji, el futuro dueño de la empresa Saiyajin.

— ¡Ni siquiera conozco a ese señor y mucho menos a su hijo! — Volví a gritar.

— Ya lo conocerás, el punto es que el señor Ouji y yo ya acordamos su matrimonio, que se realizará dentro de dos meses.

— ¡¿Te das cuenta que estaré casada con alguien que no me hará feliz solo para que tu mugroso dinero crezca?!

— Nuestro hija, nuestro, porque recuerda que después de que estés casada tú pasarás a ser la dueña de la Corporación Cápsula.

— ¡¿Pero cuántas veces te tengo que decir que no me interesa ser la dueña de Corporación Cápsula?! — La verdad es que si quería ser la futura dueña de Corporación Cápsula, es lo que más deseo, pero no de esta manera.

— Lo serás quieras o no, te recuerdo que eres mi única hija y por ende la heredera de todo esto — Dijo mirando a su alrededor.

— ¡Que no quiero casarme papá, además ese tipo es mayor que yo! — Respondí.

— ¡Tu te casaras con el hijo de Ouji quieras o no, es mi última palabra! — Respondió molesto — Además son solo cuatro años hija, no seas exagerada — Salió de la sala dejándome sola ahí.

¡Esto es increíble! ¡Me casarán a la fuerza! 

Mi nombre es Bulma Brief, tengo 28 años. Y mi padre se obsesionó con la idea de casarme con el hijo de algún empresario igual de importante que él. 

Desde que cumplí la mayoría de edad lo que más deseo es ser la futura dueña de la Corporación y estar al frente de ella pero dije esa mentira de que no me interesa para ver si así mi padre me deja libre de esa estúpida boda, pero no fue así.

Hace 3 años mi padre conoció en persona a Vegeta Ouji, el dueño de otra empresa poderosa de Japón, la empresa Saiyajin, desde entonces se hicieron amigos y cuando se enteró que él tenía un hijo como de mi edad no lo pensó dos veces y le ofreció a Ouji casarnos y el señor Ouji aceptó cuando mi padre le mencionó que las empresas se asociarían y así generarían más dinero. 

¡Como les encanta el estúpido dinero! Es lo que más odio, la ambición por el poder.

Desde que era pequeña soñaba con casarme con mi príncipe azul, un príncipe que yo elija, del que esté enamorada realmente, uno que sea mi media naranja como dicen, uno que me ame de la misma manera en la que yo lo hago y pensé ya haberlo encontrado, Yamcha. Yamcha Zedaki, un chico que conocí en la universidad, bueno y generoso y sobre todo lindo, fue mi primer enamorado y estaba segura de querer casarme con él. Nuestra relación duró alrededor de 5 años, una relación oculta, a escondidas, todo porque él no era hijo de empresarios o de familia importante, su padre era abogado y su madre ama de casa. Cuando él me dijo lo de sus padres fui yo quien decidió tener esa relación a escondidas porque sabía que a mi padre no le haría ni una pizca de gracia saber que salgo con un chico que no es de abolengo. Pero luego de 5 años de felicidad mi padre se enteró y no le fue difícil separarme de su lado. Esto paso cuando me gradué de la universidad a mis 25 años al lado de Yamcha.

Se encargó de amenazarlos a él y a su familia diciéndoles que lo pagarían caro si Yamcha se me volvía a acercar, pero a mí y a Yamcha no nos importó, nos volvimos a ver y a causa de eso su padre recibió un balazo en su pierna. Después de esto él decidió dejarme e irse a otro país con su familia, no lo culpo. Desde entonces no he vuelto a saber de él ... Lo extraño y mucho, él hubiera sido el hombre ideal para mí, él era con quien quería pasar el resto de mi vida y estoy segura que hubiera sido muy feliz a su lado.

Muchas veces intente escaparme de mi casa ¡Si, escapar! Porque mi padre me tiene enjaulada en su "Castillo de Oro" Así le llamo yo a este encierro. 

Un año después de no verlo y ni de saber nada de él ya no aguante más, a mis 26 años fue cuando logré escapar para buscar a Yamcha y pensé haberlo logrado cuando pude viajar al mismo país a donde se había ido, pero todo se fue al carajo cuando los hombres de mi padre me rastrearon y me encontraron dos días después de haber llegado a aquel país. Fue cuando mi padre me volvió a encerrar, ya había terminado mis estudios hace 3 años por lo cual no le fue difícil encerrarme todo este tiempo, encerrada mientras mi padre me enseñaba el funcionamiento de Corporación Cápsula. Y si salía siempre lo hacía con los dos hombres de mi padre vigilándome para no escaparme o conocer a algún otro hombre, obviamente lo hizo porque ya tenía planeado casarme a la fuerza, solo estaba esperando al rico heredero de algún empresario para que me enrede con él, en este caso consiguió al hijo del dueño de la empresa Saiyajin.

¿Mi madre? ¡Ja! No sé nada de ella, lo único que sé es que cuando nací me dejó en la custodia de mi padre y nunca la conocí, ni una foto. Mi padre me dijo que al nacer él le dio el divorcio que ella tanto le pidió desde que se enteró que estaba embarazada. Mi padre siempre fue bueno conmigo, me trataba como una princesa, pero, al cumplir la mayoría de edad todo cambio, me prohibía tener enamorado y me exigía no enamorarme de ningún chico. Y cuando se enteró lo de Yamcha fue cuando empezó mi encierro en este castillo de oro, al parecer mi padre siempre tuvo planeado casarme con un rico heredero, por eso eran tales peticiones al cumplir la mayoría de edad.

¡Estoy harta!

"Te casaras con el hijo de Vegeta Ouji, el futuro heredero de la Empresa Saiyajin"

Esas malditas palabras que mi padre me dijo cuando me llamó para hablar no dejan de dar vueltas en mi cabeza.

Salí de la casa y fui a un parque cercano, claro, siendo seguida por dos hombres, guardaespaldas que me puso mi padre ¿Sus ordenes? Seguirme a donde vaya sin perderme de vista. Ni para correr, ellos me alcanzarían con facilidad, ellos eran dos hombres con terno, ambos de tez blanca y con un color de cabello morado, son hermanos, son altos y fuertes, uno de ellos se llama Freezer y el otro era Hit. Son callados y lo único que hacen es seguirme.

Llegué a un hermoso parque que se dividía en dos partes, un lado con bancas color blanco y una mesita en frente, para sentarse a conversar y si quieres, comer algo, mayormente para las parejas. Y el otro lado, el que más me gustaba, el lado donde solo había césped limpio y suave de un color verde claro brillante, muchas veces venía a este parque, solo por el lindo césped que había para echarse o sentarse.

Me senté en aquel césped suave y brilloso y mire al cielo, di un suspiro — Yamcha — Susurré el nombre de aquel hombre que en algún momento me hizo muy feliz. Me dejé caer al césped y cerré mis ojos — Quería casarme contigo — Volví a susurrar.

Cerré mis ojos como por unos 10 minutos, siempre me sentía muy relajada en este lugar, solo cerrar los ojos y escuchar el sonido de las aves y oler el aire tan puro y limpio, sentir la suave brisa chocar mi rostro era algo increíble.

Abrí mis ojos y me volví a sentar, estaba lista para levantarme e irme pero al ver al frente vi a algunas parejas en las bancas. Vi a una pareja que estaba de espaldas exactamente al frente mío sentados en una de esas bancas, era una chica rubia y su pareja la estaba abrazando, aquel chico tenía un cabello muy peculiar ya que era puntiagudo porque el cabello que tenía era en forma de flama. Se veían muy enamorados porque aquel chico se separo un poco y le regaló una linda rosa, pude ver el perfil de ambos y la chica era de piel blanca, después de entregarle la rosa la chica sonrió y él la besó.

— Que linda pareja, se ve que se aman — Susurré — Ojala yo fuera así de feliz como ellos, al lado de Yamcha — Di un ultimo suspiro y me levanté, volví caminando a mi casa y mis dos guardaespaldas obviamente estaban detrás de mí.

Llegué a mi casa y fui corriendo a mi habitación para encerrarme ahí, como de costumbre. Me avente a mi cama y cerré los ojos, solo quería dormir un rato para hacer pasar el mal rato que me hizo pasar mi padre y para olvidar la maldita noticia que me dio, aunque no cambiará nada.

Solo me queda ... Resignarme.


Casada a la fuerza (VxB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora