—Conocí a Evi hace dos años, en el centro comercial. Me pareció una chica muy linda. Siempre fue amable, respetuosa y cariñosa. Ella comenzó con violencia psicológica: "cariño, no me gusta esa camisa, ve a cambiarla" "puedes peinarte de otra forma, las mujeres siempre te observan cuando salimos". Yo lo vi como algo fantástico, creí que la confianza que me tenía era grande, por esa razón me decía lo que no le gustaba de mí.
Creí que estaba enamorado, jamás fue así, sólo buscaba su aprobación, pensé que había encontrado mi historia de amor para toda la vida, y la presión de mi madre por nietos también no ayudaba, así que me conformé con Evi, y le atribuí características que ella no tenía.
Dijo que tenía una casa, que debíamos vivir juntos para evitar los regaños de su padre y las groserías que me hacía por no ser un chico tan rico como ellos. Yo acepté, ahí comenzó lo peor. Me hacía sentir un inútil, jamás estaba feliz con nada de lo que yo hacía, bajó mi autoestima en el ámbito psicológico y sexual. Se atrevía a decirme que había chicos que le hacían el amor mejor que yo.
Me alejó de mi familia, decía que ellos eran malos con ella, sobre todo mi madre, dijo que se sentía insegura con mi amigas así que me alejé de ellas, me pidió salirme de la banda, dijo que éramos una basura, sólo perdíamos el tiempo, yo lo iba a hacer de no ser por los chicos que me lo prohibieron. Entonces ella comenzó con las bofetadas, los empujones, los rasguños, los golpes.
El día del accidente su padre me presionó también, quería que yo dejara la banda, pero me molesté. Los chicos y mi descarga de sentimientos en la batería eran lo único que me hacían la vida soportable. Evi se molestó, cuando íbamos de regreso a casa me pidió bajarla, estaba lloviendo, yo me negué, se quitó el cinturón y abrió la puerta, iba a saltar del auto, yo intenté sujetarla, lo logré pero perdí el control del auto. Por tantos meses creí que eso había sido mi culpa, pero jamás lo fue.
Después te conocí a ti, siempre te había visto como alguien muy atractiva, pera cada vez que te veía hacer algo bueno por mí, me abrías los ojos. Más que una cara o un cuerpo bonito eres impresionante. Ni tú, ni yo hemos tenido la culpa de esto, de enamorarnos. He vivido dos años en la infelicidad disfrazada con un rostro bonito, no me importa que debo hacer para conseguir el verdadero bienestar. Por primera vez seré egoísta, pero esto es bueno, hacer las cosas para ti y por tu bien es beneficioso.Ella no dice algo, se mantiene viéndome a los ojos. No sé que más puedo decir. Me aterra estar con ella, lo único que necesito es que rompa el silencio, quiero saber todo sobre ella, la forma en que se siente por este amor. ¿Siente lo mismo que yo? En la misma medida y con las mismas sensaciones.
Ella se levanta, deja la copa de vino en la mesa de centro, se para frente a mí, yo tengo miedo, soy incapaz de moverme, me tiene hechizado. Toma la copa que tengo en la mano y la pone a un lado de la suya en la mesita de noche. Sólo se queda observándome, yo la analizo completamente. Veo ese escote, esa delgada cintura, su exquisita cadera y esas hermosas piernas que esa falda hace más provocadoras, a este punto tengo una dolorosa erección. Entonces sube a mi regazo, sus piernas a mis costados y nuestros abdómenes se tocan, mis manos se aferran a su cintura. Sólo observo su rostro mientras sus manos acarician mi cara, ella está más alta que yo. En este momento las emociones son confusas, estoy excitado sexualmente, emocionado, feliz, definitivamente estoy enamorado.
Ella me sonríe, yo hago lo mismo, de pronto se inclina hacia mí, buscando mis labios, cierro mis ojos y me dejo llevar.
Ya no soporto más mi dolorosa erección, mis manos pueden sentir lo grande de esos glúteos, entonces su tacto comienza a bajar por mi torso, intentando apartarse de mi chaqueta hasta que logra despojarla y la hace a un lado.
Este beso profundo adquiere mayor velocidad, volviéndose más excitante y obscuro. Mis manos bajan hasta que llego a la carne desnuda de esas piernas. De pronto ella comienza a frotarse, estoy seguro que siente mi erección. Yo no puedo evitar gemir, al mismo tiempo que ella lo hace sobre mis labios. La pasión y el amor están reunidos en un sólo lugar en mi estómago haciéndome querer gritar de emoción, sin embargo dejo que ella haga lo que quiere conmigo, que me disfrute, que goce todo lo que quiera de mí.
Sus manos comienzan a deshacerse de mi cinturón, aún no lo quita cuando el botón de mis pantalones deja de sujetarlos.
—Adoro tu aroma —me dice susurrando al oído mientras comienza a besar mi cuello.
Su mano intenta escabullirse dentro de mis pantalones para acariciar mi miembro duro, suelto un gemido al sentir esto, acompañado de una exaltación y un ritmo cardíaco fuerte.
—Y me decías que no existía nadie más —ella se levanta de golpe, asustada, igual que yo ¿por qué no me dijo que vivía con alguien? Rápido acomodo mi pantalón mientras ella baja su falda— eres una zorra.
—¿Qué putas haces aquí? Pedazo de imbécil ¿cómo entraste?
Un hombre está de pie, frente al obscuro pasillo. Yo no sé que hacer.
—¿Tan rápido me has olvidado como para querer revolcarte con otro?
—Ese no es asunto tuyo —responde Natasha, molesta— ahora si no sales en este momento llamaré a la policía.
—Eres una zorra.
—¡Soy todo lo que yo quiera ser! Imbécil.
—Y tú —ese hombre me apunta con su dedo mientras yo me levanto para acomodar el pantalón—, eres un idiota. ¿Cómo te atreves a robarme a mi chica?
Ese hombre camina hacia mí, Natasha se para entre nosotros.
—Otro paso más y no vas a poder salir de prisión por un par de años.
Él no hace caso, cuando está cerca empuja a Natasha al suelo, antes de ver que pasa con ella siento sus puños impactarse en mi rostro, de pronto mi sistema de defensa se activa, y el dolor no existe, también lo golpeo sin siquiera saber quien es.
Pronto siento a Natasha jalando a este hombre por los hombros, él está sobre mí. De pronto ella lo logra, toma mi mano y se acerca hasta donde hay un teléfono. Ella tiembla y comienza a llamar a la policía.
Ese hombre limpia su rostro, tiene sangre.
—Esto no se quedará así, zorra. Y a ti más te vale que comiences a cuidar por donde caminas.
El tipo sale. En cuanto Natasha termina de llamar a la policía. Me observa y enseguida se deja caer en el sofá, yo hago lo mismo a su lado. Ahora el dolor en mi cara comienza a aparecer.
—Era Karl, lo terminé hace dos semanas —su respiración es agitada—. Lamento lo que ese animal te ha hecho Chris. En verdad lo siento.
—Estoy feliz de que no hayas estado sola aquí, hoy. Es un demente.
—Lo es, me bastaron tres meses para saberlo.
Pronto la policía llega para hacer un informe y comenzar una pequeña investigación, Natasha ha dicho que irá a levantar una buena demanda en contra de él.
En cuanto esos hombres se van, yo salgo del baño, ya limpió de la sangre y con algunos moratones en el rostro. Me siento en su sofá, mi deseo sexual ha bajado. Siento que Natasha se acerca a mí, recarga su cabeza en mi hombro y entrelaza nuestros dedos.
—Te quiero Christoph.
Yo doy un casto beso en su mano, enseguida nadie dice algo, sólo el silencio hasta sentir como su cuerpo sucumbe ante el cansancio y su respiración es tranquila. Yo la abrazo y enseguida me quedo dormido.
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FERNWEH |Christoph Schneider|
FanfictionFernweh: palabra alemana usada para expresar el sentimiento opuesto a cuando extrañas tu casa, tu hogar: demostrando un sentimiento de anhelo por un lugar en el que jamás has estado antes. Vaya palabra, comienza a tener un significado para mí. Neces...