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Perdonen niñas, he andado súper ocupada y no me da tiempo ni de subir, además de que ando enferma, pero les dejo este capitulo, espero les guste.

Llegaron a la casa que indicaba el celular de Henry, los chicos bajaron presurosos hacia el sonido festivo del interior y no dudaron por entrar por aquella puerta abierta. Prácticamente estaba toda la escuela, pero nadie sabía de quién era la fiesta y tampoco parecía importarles, había gente en la piscina, otros jugando, bailaban, charlaban o se besaban. Ellos pasaron entre la gente hasta encontrarse con Guiliano y Giovanny, quienes parecían discutir sobre algo, pero sonrieron al verlos.

—¡Chicos! —sonrió Guiliano con una sonrisa de oreja a oreja—, al fin llegan, la loca de la novia de Giovanny lo terminó hace como cinco minutos, así que ayuda.

Nina negó hacia Guiliano, besó rápidamente los labios de Henry y fue directa hacia el otro amigo de los chicos.

—Sí, será mejor que se lo dejemos a ella —dijo Piero con su novia tomada de la mano—, venga, vamos por unos tragos.

—Pero qué cobardes —negó Henry, pero fue llevado por sus otros dos amigos lejos de su novia.

—Está con Giovanny, nada le pasará romeo —Guiliano le dio unas palmadas en el pecho—, así que vamos a beber.

Henry volvió la mirada hacia Nina quién sonrió y asintió hacia él mientras regresaba la vista al devastado Giovanny, esperaba que en serio le dijera que no volviera con esa horrible mujer que solo había sido un tormento para todos ellos. Era extraño estar en una fiesta donde también estaba Nina y no mantenerla a su lado, procuraban no separarse mucho y si lo hacían, normalmente era porque ella iba al baño o Edith tenía que ir, le agradaba que tuviera una amiga entre las novias de los chicos.

—¿Qué pasa querido romeo? —sonrió Guiliano, un poco subido de copas— ¿la extrañas? ¿Ni siquiera eres capaz de concentrarte en ganarme en un juego de beber?

Henry sonrió.

—Estás demasiado borracho Guiliano, sería mejor para ti parar ahora.

—Pfft —sonrió— ¡Esto es nada para mí! ¡Salute! ¡Saluti a tutti!

—Claro, se nota que no es nada para ti —lo jaló para que no cayera a la alberca—, vamos, necesitas agua mineral.

—¿Por qué eres tan buen tío? —se recargó un poco en él.

—Porque me elegiste como amigo, estúpido, aléjate de mí —dijo en una sonrisa.

Guiliano caminaba un tanto tambaleante, pero seguía a Henry entre la gente, pasando en frente de Nina y la pareja con problemas de la fiesta.

—¿Sabes Henry? Tu chica es genial.

—Sí, sí, Guiliano, sé que la amas porque te consigue chicas.

—¡Sí! —sonrió—, es tan buena tía, pero por más que ella me busque a la novia ideal, ninguna será ella ¿Cierto?

Henry se paró en seco y volvió la mirada hacia Guiliano.

—¿Qué?

—Supongo que por ahora se me perdona que lo diga —dijo con ojos medio cerrados—, nunca había pensado que Nina me llegaría a gustar tanto, pero es fantástica, debo admitir que en un inicio solo era una tía bonita, pero ahora... ¡vaya! Es inteligente, gentil y bastante cool, pero supongo que eso ya lo sabes.

—Es mi novia, por supuesto que lo sé Guiliano.

—No es como que quiera quitártela, se nota que ella solo tiene ojos para ti... llega a ser un poco irritante.

El misterio de los SahasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora