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Nina despertó aquella mañana con alegría, había pasado el horroroso fin de semana en el que sus padres la obligaban a estar en soledad con ellos antes de irse nuevamente a hacer más investigaciones sobre ella y todo lo que le sucedía, parecía que el mejor conejillo de indias que sus padres pudieron tener, lo habían creado ellos mismos.

Se quitó todos los cables conectados a su cabeza, apagó las máquinas y demás aparatos costosos que sus padres le ponían y se cambió a su ropa que era clasificada como exuberante, rara y muchas veces fuera de moda, pero no importaba lo que todo el mundo dijera, puesto que cada que salía por la puerta de su casa, se encontraba con Henry, siempre distraído en su teléfono hasta que la veía, se echaba a reír al ver su atuendo y recibía el termo con jugo de naranja que ella le llevaba diariamente desde hacía más de tres meses.

-¿Tan mal me veo hoy?

-Eres la encarnación de un arcoíris -sonrió mientras manejaba-, pero tu cabello es un color añadido.

Ella se quejó y apartó su mano cuando Henry le revolvió el cabello, pero sonrió igualmente.

-¿Has seguido teniendo sueños? -le preguntó seria.

-No muchos, gracias a todo lo bueno ya no sales en muchos de ellos -sonrió- ¿ya no te causo interés como para meterte en mis sueños?

-En realidad, lo he intentado, pero ahora parece que también me bloqueas de ahí.

Henry asintió y se echó a reír.

-Bueno, lo siento por serte tan complicado de descifrar.

-Tú lo haces más difícil, sobre todo por qué no me crees.

-Si al menos no fueras tan divagante con la información, quizá te creería algo de lo que me dices. Sin embargo, te las pasas lanzando una y otra cosa que simplemente no concuerda.

-Es que, si no eres lo que pienso, entonces sería peligroso decírtelo.

-¿Peligroso? ¿A nivel de destruir el mundo? -bromeó.

-Quizá lo que conocemos no, pero el interior sí, a las personas que viven en él. Podrías causar un caos total.

-Entonces guárdate tus historias o ve a contarlas a mis padres para que las escriban -sonrió y se bajó del carro.

Nina bajó inmediatamente después y colgó su mochila mientras lo alcanzaba.

-Henry, ¿No te preguntas lo que dice la gente de nosotros?

-No hace falta, prácticamente nos lo gritan -Henry le tomó la mano-, algo como... ¿En serio Henry sale con la chica unicornio?

-Me parece un término bastante inusual, no vengo vestida de unicornio hoy ¿te parece que lo haga mañana?

-Sí es lo que tú quieres -se inclinó de hombros.

Nina se acercó y plantó un beso en sus labios, levantó la mano para despedirse e ir a su propia clase. Henry la vio desaparecer y se juntó con sus amigos quienes lo esperaban en los casilleros con una sonrisa bobalicona, parecían no superar el hecho de que desde hace más de tres meses salía con Nina.

-En serio chicos, deben de dejar de hacer eso, si tantas ganas tenían de salir con mi novia entonces debieron pedírselo.

-¿Bromeas? Nina apenas y hablaba con alguien, eres el primero al que le mantiene una conversación -sonrió Giovanny.

-Bueno seguro que era porque cada vez que se acercaba la insultaban, seguro eso limitaba su fluida lengua.

-Vale, sabemos que no te gustó lo que pasó en la fiesta de Josephine, pero esa tía está hueca, solo es guapa, se ha pasado y lo del apodo se le quedó desde que éramos niños, mucho antes de que se pusiera tan buena -dijo Piero.

El misterio de los SahasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora