Nina despertó gracias al sonido de su celular, incluso le era extraño ese sonido porque normalmente lo tenía en silencio, contestó aún sin lograr abrir los ojos y dio un brinco en la cama cuando entendió que se había quedado dormida, no podía creer que se hubiese quedado dormida, jamás lo hacía sobre todo porque nunca tenía un sueño lo que se dice largo y placentero, ni siquiera con Henry a su lado. Salió de la recamara a todas prisas, dejando a una durmiente Lola en el interior, al haber sido eliminada ella ya no tenía que despertarse a la misma hora que ella y no era como si se llevaran tan bien como para que quisiera ir a animarla.
—Al fin —dijo Henry alterado—, venía a despertarte ahora.
—¿Por qué no te has ido?
—Porque venía por ti —le tomó la mano— ¡vamos te llevo yo!
—Gracias —sonrió y se dejó llevar por él, ella era la que tendría el primer combate y Henry había prometido que la iría a ver.
—¿Dormiste bien? —preguntó cuándo ya entraban al lugar de combate.
—Sí, de hecho, no puedo creer que durmiera tanto, si no me hubieses estado marcando, seguiría dormida.
—Lo cual quiere decir que no tuviste pesadillas.
—Nada —sonrió—, parece que ya se aburrió de mi esa mujer del horror.
Henry asintió y le tomó la mano, esperaba que así fuera, al menos quería que Nina estuviera tranquila, no tenía nada que ver con el conflicto que tenía con Eliza.
—Bien, comienzo a tener terror ¿es normal? —ella lo miró nerviosa.
—Tranquila, eres buena —le colocó las manos en los hombros y sonrió—, vas a estar genial.
—¿Y si pierdo?
—Pues perdiste Nina, no tiene mayor importancia.
—Todo el equipo femenil tiene sus esperanzas puestas en mí.
—Eso no quiere decir que tienes que forzarte o ponerte nerviosa, si quieren exigir, mejor que lo hagan consigo mismas.
Ella asintió.
—Vale ¿Dónde está mi banda de la suerte?
—Aquí —Henry se la sacó del brazo y se la entregó—, suerte.
—Gracias —sonrió, le dio un beso y fue a cambiarse.
Henry estaba a punto de irse a sentar cuando de pronto sintió que chocaba con alguien.
—Pero si son de lo más adorables —rodó los ojos Eliza Brambilla— ¿durmió bien tu noviecita?
—Me alegra que entendieras.
—Aún no al completo, veamos qué tan fuerte es tu novia en la vida diaria.
—¿De qué hablas?
—Bueno, recuerda que me enseñaste a cómo usar algunos de mis dones fuera de los homomund.
—De verdad que me quieres hacer enfurecer ¿Verdad?
—No entiendo cómo habría de hacer eso —sonrió coqueta y fue a cambiarse también.
Henry se sentó en la primera fila, no le gustaba nada como pintaba la situación. Nina salió con una sonrisa al igual que Eliza, se tomaron las manos y empezaron con el combate que definiría al ganado. Quizá todos estuvieran viendo la pelea y aplaudiendo por los movimientos, pero Henry estaba al pendiente de otras cosas, como el trastabillara al momento de atacar o contratacar, ella nunca dudaba, pero ahora...
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El misterio de los Sahas
Fiksi Umum¿Qué pensarían si les dijera que hay personas que pueden controlar a otras desde su interior? Extraño, ¿no? La realidad era que esas personas existían, eran capaces de entrar dentro de otros seres humanos y manipularlos para bien o para mal. Eran s...