El pequeño se levanta y trata de caminar pero sus piernas se tambalean para finalmente caer al piso pues el dolor tan intenso y persistente no le permitía mantenerse de pie.
-n...no puedo...caminar amo-dice arrodillado en el piso frente a jack.
-no me interesa, te di una orden así que vamos abajo -su tono era frío e insensible, su mirada apática y una posición firme.
El pequeño, suspira pesadamente y se levanta de nuevo tratando de aguantar el dolor, sus lágrimas amenazaban con salir pero aguanto romper en llanto.
Comienza a caminar quejándose a cada paso pero no deja de seguir a jack hasta llegar a la sala, la cual ya habían terminado de recoger.
El mayor se sienta en el sofá y levanta ambos pies haciéndole una seña a Daniel para que sirviera de apoyo.
El rubio se coloca en 4 y jack pone sus pies sobre su espalda dajandolos caer bruscamente, a Daniel no le quedó de otra más que aguantar.
Luego de unos minutos los brazos y piernas del menor comenzaban a dormirse, no podría aguantar mucho más.
-alguien vendrá a verte más tarde, tal vez así ya dejes de desobedecer
-¿qui...quien vendrá amo? -dice alzando un poco la cabeza buscando la mirada de jack.
-un viejo amigo tuyo, el señor Alexander Murillo -una pequeña sonrisa ladina aparece en su rostro.
Daniel traga en seco y su corazón se acelera, parecia estar en shok.
-amo...¿Pa...para que vendrá?
-te reeducara, has sido una muy mala zorra, pero seguro el puede arreglarlo.
-se...se lo suplico...no deje que el me toque...por favor...ha..hare lo que..lo que sea -su voz era tranquila pero en su interior el pánico se apoderaba de él.
-no tienes derecho de pedir nada, me has desobedecido
-amo no fue mi culpa
Jack quita los pies de la espalda de Daniel y patea uno de sus costados haciendo que termine nuevamente tendido en el suelo.
-te dije que no hablaras con nadie si yo no lo permitia y fue lo primero que hiciste -se acerca a él y le quita el collar.
Daniel al notar esto se altera y mira a su amo con miedo.
-a...amo...no..eso no...-sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas desbordandose.
Ya era bien sabido que cuando a un esclavo le quitaban el collar era como si no tuviera un amo, por lo tanto cualquier persona podría ordenarle, castigarlo y hasta violarlo.
-te dije que serías una zorra, eso era lo que estabas buscando ¿no? -tira el collar lejos de los dos.
Daniel trata de ir por el pero el tirón de su cabello hace que se detenga de golpe.
-tendrás que volver a ganarte ese collar -jala la cabellera de su esclavo hacia el haciendo que sus rostros estén a pocos centímetros.
El rostro de Daniel estaba lleno de lágrimas, sus ojos rojos y una mirada llena de tristeza y preocupación.
Jack al notar esto sintió la necesidad de calmarlo, abrazarlo, consolarlo pero estos pensamientos duraron muy poco en su mente pues alguien había llamado a la puerta.
Suelta a Daniel y este se queda arrodillado junto a él con la mirada baja y perdida.
Katia abre la puerta y se ve a un hombre alto, fornido, de unos 40 años y un rostro sin una pizca de amabilidad.
-¿se encuentra el señor Aguirre? -dice el hombre con una voz gruesa y demasiado seria.
-claro, en seguida le...
-katia, retirate -habla Jack caminando hasta la puerta.
La sirvienta obedece y los deja solos.
-es un gusto conocerlo- el hombre extiende la mano hacia el pelinegro.
-el gusto es mío- sonríe levemente estrechando la mano de alexander-por favor pase.
El hombre entra, en su mano cargaba un maletin negro.
-sigame por favor -comienzan a caminar hasta la sala donde Daniel se encontraba en posición de espera.
-Oh el pequeño Daniel -al escuchar esto el menor comienza a temblar negándose a ver al hombre que le había hecho sentir tanto dolor en el pasado.
×××
Perdón por tardar.
Gracias por leer^^
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esclavo perfecto
Teen FictionDaniel es vendido por su padre a una organización esclavista que hace de todo para que la voluntad de las personas sea quebrada y así crear "esclavos perfectos" , es ahí donde lo encuentra Jack, un millonario aburrido y cruel