Cap 34

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-tiene que haber algo, una pista, no se, lo que sea que nos diga donde está, el no se iría así...-hablaba por teléfono con desesperación buscando alguna manera de encontrar al pequeño pero todo esfuerzo parecía ser en vano-...esta bien, gracias, si sabe algo por favor llámeme, no importa la hora.

Al colgar el teléfono lo avienta a su cama con frustración y pasa su mano por su cabello de igual forma. De pronto una lagrima cae por su mejilla por lo que se sorprende y su respiración se acelera. Jamás había llorado por alguien, ni siquiera de pequeño pero ahora...todo era diferente.

Mientras tanto Daniel se encontraba tendido en la cama sin poder dejar de llorar.

James vuelve con un frasco lleno de un líquido extraño, se lo extiende al pequeño y sin decir nada le hace entender que tenía que beberlo, a lo que el chico obedece. El sabor de aquel líquido era realmente rico y por alguna extraña razón hacia que el menor se sintiera bien aún estando en aquel lugar con su captor, de hecho el olor de este le resultaba un tanto "adictivo".

Luego de eso el mayor sale dejándolo solo y Daniel por increíble que parezca sentía la necesidad de ir tras el, de estar a su lado.

-debo de estar volviendome loco-decia para sí mismo tratando de poner sus pensamientos en orden, pues de por sí su cabeza ya era un desastre.

James baja hasta el comedor sabiendo que el pequeño no se resistiria a estar sin el pues lo que le había dado era una poderosa droga que funcionaba bebiendola o incluso oliendola por lo que como si de un perfume se tratase rocío su cuerpo con el.

Pocos minutos después Daniel llegaba gateando hasta el con la mirada baja, el hombre sonríe satisfecho pues su plan había funcionado como se esperaba.

-¿que pasa perro? -pregunta con cierta burla en su voz.

-yo...-traga en seco y sus mejillas se tornan rojas-...¿Puedo quedarme cerca?.

James rie fuertemente y acaricia su cabello sonriendo -eres un perro faldero.

Suspira pesadamente pues la humillación era demasiada incluso para el.

-tengo un premio para ti- truena los dedos y en seguida una sirvienta llega con un plato y lo deja en la mesa, frente a James, vuelve y está vez trae un tazón de perro pero que por alguna razón olía bien.

Por el aroma el menor pensó que se trataba de un poco de carne o algo humanamente comestible, pero se equivoco, eran croquetas, las mismas de antes pero algo había cambiado ¿que era? ¿Por qué de pronto ya no le parecían tan repugnantes?

Sus pensamientos son interrumpidos por el mayor el cual raspaba su garganta exigiendo atención. El chico lo mira y este sonríe ligeramente asintiendo, en seguida Daniel comienza a comer del tazón pues aquel gesto era el que esperaba para tener permiso de empezar...espera...¿permiso, para comer?...¿Es que ya no quería ser libre?...¿Le gustaba aquella vida? ¿Que estaba pasando?

Sus lágrimas recorrían sus mejillas, pues sus pensamientos lo atormentaban ya que ni siquiera él sabía lo que le estaba pasando y honestamente ahora no quería averiguarlo pues pensaba que si indagaba mas no le gustaría la respuesta.

×××
De verdad lamento no haber escrito por mucho tiempo pero no encuentro inspiración.
Comenten que tal les pareció el capitulo por favor
Gracias por leer^^

esclavo perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora