Capítulo 1.5- Bienvenida

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- Como hiciste para conseguir dinero en menos de un día?- pregunto dejando una caja con sus cosas a un costado- y fuiste capaz de contratar a alguien que nos trajera las cosas- agregó al ver como dejaban la mesa en una lugar, mientras traían más cosas

- Hablé con María José y se sintió mal luego de lo que pasó la noche anterior y me dijo que me ayudaba, si yo trabajaba más horas- mentí, recordando que en unas horas debía ir a la empresa, o eso creía, al escuchar que golpeaban la puerta de nuestro nuevo departamento

- Permiso- dijo desde la puerta la reina de Roma, pasando cuidadosamente, dejando que las personas de la mudanza sigan trabajando- buenas noches- agrego alegre, traía un ramo de girasoles, entregandoselo a mí madre, quien la abrazó fuertemente, sintiendo su mirada fija en mí, mirándome con esas estupidas ganas que moría por hacer que se esfumen, pero no, no podía

- Hola- susurre sonriendole abiertamente, besando su mejilla. Si es que en estos momentos podía hacerlo, sino, creo que sería castigada, y eso no sería bueno

- Vine a buscarte- susurro mirándome fijamente y asentí mientras largaba un largo suspiro, buscando mi bolso

- Tengo que salir, no me esperes- susurre besando la mejilla de mi madre, mientras ella asentía feliz de saber que me iba con ella, mientras que yo rezaba porque sea algo rápido

- Puedes hacer lo que quieras- susurro acariciando mi mejilla, antes de tomar la mano de mi autoridad, saliendo rápidamente del lugar, viendo como en el departamento de en frente se alojaba el guardaespaldas contratado por ella, el cual, cuidaba a mi madre y a mi (cuando me encontraba con ella)

- Me cae bien tu madre- dijo concentrada, mientras salía de la ciudad

- Ella parece amarte- dije sarcástica, sabiendo que si sabría lo que me está por pasar, no la querría ni un poco

- Todos me aman- dijo egocéntrica y no pude evitar reír

- No todos- corté alzando una ceja

- Ya lo vas a entender- susurro tomando mi mano, entrelazando nuestros dedos, acariciando el dorso de su mano, sintiendo como se tensaba, dejando de mover mi dedo

- Perdón- susurre agachando mi cabeza

- No estoy acostumbrada a que abracen, que me toquen, que me amen- confesó entrando en una gran casa, con todos los lujos, los cuales, eran obvios por su posición social

- Eso podría cambiar?- pregunté mirándola fijamente, sintiendo como acariciaba mi mejilla

- Tendrían que pasar más de cinco meses para que te deje tocarme- confesó haciendo una mueca, bajándose del auto, abriendo mi puerta, quedándome quieta, no sé si estaba lista para eso- Tranquila- susurro agachandose frente a mí, acariciando mi mejilla suavemente- tendrás tu tiempo- agregó intentando darme esa confianza que aún me faltaba, sintiendo mi vista nublarse

- No sé si estoy lista- explique en un hilo de voz

- No voy a hacer nada que no quieras- susurro entregandome su mano, tomándola con cierto temor, adentrándonos en el lugar, admirando lo grande que podía llegar a ser- Bienvenida- dijo dándome un tour rápido- aquí puedes dejar tus cosas y cambiarte- explicó abriendo la puerta de una de las habitaciones que se encontraban en la segunda planta, mostrando unos colores opacos, el baño y un inmenso armario, lleno de ropa- puedes elegir lo que quieres ponerte- explicó tranquilamente

- Podrías darme un momento?- pregunté mirando para todas partes

- Puedes quedarte aquí el tiempo que quieras- susurro acariciando una vez más mi mejilla- si no bajas en una hora puedo subir la cena- agregó desde la puerta- no voy a obligarte a nada- dijo tranquila antes de salir del lugar, revisando mejor el espacio, sin saber que hacía aquí, sin saber que debería hacer

Porqué si, no tenía ni idea del sexo y lo más cerca que estuve fue ayer (Y lo de ayer, no era ni siquiera parecido)

Saque una camisa y un short, abriendo algunos botones de la camisa, haciendo que se vea mi corpiño de encaje, bajando lentamente las escaleras, viendola concentrada cocinando

Se había cambiado, traía unos jeans ajustados, mostrando sus perfectas piernas, mientras que un remeron cubría su figura en la zona de arriba, con su pelo recogido, para que la comida no tenga nada inoportuno

- Que haces?- pregunté acercandome a su lado, sintiendo como me sonreía abiertamente

- Intento cocinar- confesó- el personal suele tener libre los fines de semana y yo no suelo venir aquí- explicó frustrada- podrías ayudarme?- pregunto formando un puchero, el cual, me encantaría besar, pero no sabía si podía hacerlo y no quería ser tan... entregada?

- Que quieres intentar?- pregunté viendo su desastre de salsa

- Pasta- confesó apenada por el desastre

- Tenemos tiempo?- pregunté aún nerviosa

- Todo el fin de semana- susurro acariciando mi mejilla

No estaba acostumbrada a que la amen, pero era demasiado amorosa, o eso pensaba, antes de recordar cual era mi propósito aquí

Pude rescatar su intento de salsa, mientras ella calentaba el agua, mostrando la variedad de pastas que tenía, tomando la primera que aparecía, sin saber la cantidad y en qué momento verterlo en agua

- Tengo cinco meses para enseñarte a cocinar?- pregunté intentando aceptar el hecho de que no había vuelta atrás

- Se puede negociar- respondió seria, para luego comenzar a reír- si de verdad sabes cocinar pienso secuestrarte y no dejarte ir jamás- ahí estaba su lado sarcástico, creo

- Quizás así te pueda amar y aceptes recibir amor- dije sintiendo como su mano recorría mi trasero

- Quizás- susurro aun acariciando esa zona, mientras yo seguía cocinando- todavía no empezamos, porqué me dejas hacer esto?- pregunto dando un suave apretón, consiguiendo que me sonroje levemente

- Si lo que pasó en tu oficina es algo simple, no me importa que me toques- explique aún más sonrojada

Estupida, no eres un objeto

- Y el contrato?- pregunto pasando el espacio personal, dejando su rostro a unos simples centímetros del mío

- Todavía no me arrodille- dije tomando cierta distancia, mientras dejaba la salsa sobre sus fideos- puedo ser yo- explique manteniendo la calma- si me arrodillo dejo de ser yo y paso a ser tuya- susurre sintiendo mi corazón latir fuertemente

- Te gusta provocarme?- pregunto acorralandome

- Quizás- susurre rozando nuestros labios- la comida se enfría- agregue sonriendole abiertamente, antes de sentir su mano jugar con el botón de mi short

- No te conviene jugar con fuego si estás conmigo- susurro besando mi cuello, haciendo que suelte un jadeo- la comida se enfría- repitió tranquila, dirigiéndose a la isla, sirviendo dos copas de vino, dejándola junto con las demás cosas, mientras regulaba mi respiración, sirviendo la comida en los dos platos

- Que tal está?- pregunté al ver como lo probaba

- Pienso secuestrarte para que me cocines siempre- dijo, mientras seguía comiendo, viendo su rostro lleno de salsa

- Podrías comer más despacio? No sé va a terminar- la regañe, sintiendo como dejaba el cubierto a un costado, agachando su cabeza

- Perdón, pero es demasiado delicioso- susurro como si de verdad le había dicho lo peor, podía notar su mirada triste, seguía cabizbaja y simplemente jugaba con sus manos- no va a volver a pasar- agregó jugando con el dobladillo de su remera

Que le pasaba?

- Era una broma- susurre levantado su rostro, mientras limpiaba su barbilla, siguiendo con sus mejillas, sintiendo como evitaba el contacto visual- que necesitas?- pregunté apenada, sabiendo lo que podría significarse, apollando mi rodilla derecha, sintiendo como volvía a levantarme, abrazandome fuertemente y sin saber que hacer, le correspondí el abrazo, sintiendo como su respiración era más calmada

- Podemos seguir comiendo?- pregunto en un susurro, evitando el tema apenas nos separamos

Que había sido eso?

Mi Jefa- [Caché]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora