Capítulo 1.16- Problemas

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El fin de semana pasó normal, exceptuando el hecho de que Paula había olvidado algo, interrumpiendo nuestra conversación, para suerte mía, antes de seguir hablando sobre el tema

- ...No pienso cumplir eso, Paula- escuché que decía enojada Poché; venían, una vez más, discutiendo

- Buen día- dije tranquilamente, mientras que sentía como ella se acercaba, sentándose en mi regazo para después abrazarme con fuerza

Que le pasaba?

- Piensalo bien- dijo Paula entrando en su despacho, mientras que ella acariciaba mi cabello, tenía su rostro en mi cuello, sintiendo mi piel erizada

- Que pasó?- pregunté sin entender su humor, aferrándose con más fuerza- Poché- jadee al sentir como dejaba suaves besos en mi cuello

- No te alejes de mí- susurro mirándome fijamente- por favor- suplicó acariciando mi mejilla, sintiendo como unía nuestros labios en un suave beso

- Que pasó?- repetí sin entender, busco su celular, mostrándome lo que aparecía en la pantalla

Matu Garcés: Alejate de tu secretaria por las buenas o podría contar algunos secretos tuyos😘

- Que vas a hacer?- pregunté leyendo el segundo mensaje

Matu Garcés: Cuando la hayas echado. Voy a ir a tu oficina. Espérame como ya sabes que me gusta😉

Estupida

- La están buscando, antes de que pueda decir algo. No tiene contacto con nadie, es imposible que alguien se entere de algo- explicó tranquilamente

- Y si se enteran de algo?- pregunté con cierto temor

- No quiero arruinar la empresa, pero tampoco quiero perderte- confesó mirándome fijamente, mientras el ascensor se abría al mismo tiempo que Paula salía de su despacho

- Están todas para el show- Matu estaba ahí y no parecía venir buscando paz

Su calor me hizo falta, pero ahí estaba. Enfrentando a la pelinegra, mientras que Paula miraba atenta la escena, esperando su momento para actuar, poniéndome de pie, sin saber que hacer

- Que quieres?- preguntó con cierto enojo, mientras su socia presionaba el tercer botón en el teléfono

- Deberías tratarme mejor. Tengo una sumisa trabajando en la editorial que amas- su sarcasmo era evidente- un simple toque tuyo y todo el mundo sabrá lo que tienes en tu casa- eso no sonaba bien

- Que quieres?- repitió Paula, mientras Poché volvía a alejarse

- Algo muy fácil y está esperando a una buena autoridad en este preciso momento- dijo mirándome fijamente

- A ella no la metas en esto- ahí estaba otra vez, altanera a lo que podría llegar a hacer

- Por qué la proteges? Es una simple sumisa- ahí estaba su arrogancia, esa que tanto odiaba. Quería arrancarle cada una de sus extensiones de la peor forma

- No es sumisa. Es nuestra secretaria- ahí estaba el intento de cooperar de Paula

- Todas sabemos perfectamente que no es así- se acercó a mí, intentando acariciar mi mejilla, alejando mi rostro- arrodillate sumisa- estupida

- No va a arrodillarse- Poché y sus intentos por que no pase nada, pero no, en un rápido movimiento tenía su mano fuertemente aferrada en mi cuello, sintiendo la clásica falta de aire

- Todas van a arrodillarse y van a cumplir lo que yo les ordene. Todas serán sumisas en este preciso momento- tan loca estaba?

- Nadie va a arrodillarse- en que momento pasó todo? Paula la había arrinconado en una de las paredes. Cuando por fin, el personal de seguridad subió, llevándola una vez más, sintiendo sus brazos sosteniéndome de una posible caída, intentando recuperar el aire que tanto escaseaba

- Estas bien?- pregunto preocupada, antes de que todo se apagara

Tan estupida voy a ser? Es enserio?

- Daniela- susurro acariciando mi rostro, estaba en una habitación con tonalidades blancas. Que había pasado?

Suspiro aliviada, besando el dorso de mi mano, antes de que una enfermera entrara en la habitación

- Que pasó?- pregunté sintiendo su mirada fija en mí

- Tuviste un desmayo, pero todo está bien- explicó tranquilamente, podía notar su preocupación, pero no iba a hacerle preguntas

Después de el clásico chequeo, salí del hospital mientras que ella me acompañó en todo momento, subiendo a su auto luego de la insistencia

- A donde vamos?- pregunté al ver que estábamos en un barrio diferente

- Tranquila- susurro tomando mi mano

Como quiere que esté tranquila, cuando ni ella parecía estarlo?

- Poché, a donde vamos?- repetí observando como entrábamos en un barrio diferente

No contestó, simplemente se adentró en una de las imponentes casas, bajándose tranquilamente, abriendo mi puerta

- Bienvenida- susurro con su mano detrás de mi cintura, mientras nos adentrabamos en el lugar

- Buenas noches, señorita Garzón- dijo amable una señora algo mayor, mientras que Poché sacaba mi abrigo, entregándole el suyo también

Tan de película podía parecer esto? Al parecer sí, porque rápidamente desapareció la mujer, mientras que ella se sentó en uno de los sillones, obligándome a sentarme en su regazo

- Podrías amarme? Solo por esta noche- suplicó

- Por qué siento que algo malo está pasado?- pregunté sin entender

- Todo se está derrumbando a mi alrededor- confesó mirándome fijamente- y quiero que tengas un buen recuerdo mío- susurro haciendo una mueca, mientras acariciaba mi mejilla

- Por qué te despides?- ya estaba alterada, y ella parecía querer llorar

- Si prendes el televisor en este momento, te enterarás- dijo entregandome el control. Pero no lo agarre, solo pude escuchar como mi celular sonaba. Era mi madre

- Mamá, estás bien? Necesitas algo?- pregunté con miedo, mientras ella se aferraba con fuerza a mi cuerpo

- Donde estás? Por favor, dime que no estás con María José- podía notarlo, estaba preocupada y por el volumen de la llamada, creo que ella escuchó cuando la nombró

- Estoy bien, todo está bien. Esta noche no dormiré en casa- expliqué acariciando su mejilla, secando las lágrimas que caían- te amo, mamá- susurre antes de cortar, sintiendo su mirada fija en mí

- Lo más injusto de todo esto es que ahora que te encontré, mi mundo está viniendo cuesta abajo- sollozo y simplemente no la deje seguir. Pensaba amarla, como me pidió

Quizás me estaba equivocando, al no saber lo que pasaría horas más tarde. Pero ahí estaba, entregandome a ella, como me lo pedía

Luego de un tercer orgasmo, se volvió a aferrar con fuerza a mí, dejando suaves besos por mi hombro

- Te amo, Daniela Calle- susurro acariciando mi mejilla. Volviendo a juntar nuestros labios, camuflando las lágrimas de ambas en el beso. Sabiendo perfectamente que sería el último...

Mi Jefa- [Caché]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora