Capítulo 2.5- Entrega

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Comencé a besar su cuello, mientras desprendía su blusa, dejando un húmedo camino, mientras que ella simplemente enredaba sus dedos en mis cabellos.

Cuando sus pechos fueron liberados, los tomé con cierta desesperación, mientras que ella se arqueaba, hasta que llegue a su intimidad. Había cerrado sus piernas.

- Qué ocurre?- Rápidamente se alejó de mí, como si la hubiera lastimado, como si fuera la peor persona del mundo.- Si querés tu espacio, tienes que decirlo, no conseguiremos nada si no lo habl...-

- Me ibas a golpear.- Lo estaba asumiendo?- Y por más de que te pida que pares, ibas a seguir haciéndolo.- Negué rápidamente.- Quiero la verdad, o llamo a Mario.- QUÉ?!

- Hace meses no te golpeo, hace demasiado tiempo que todo es a tu manera. Prefiero ser suave a perderte.-

- Por qué terminamos siendo novias? Me obligaste?- Negué rápidamente.- Mario me dijo que nos separaste.- En qué momento vio a Mario?

- Yo no los separé, él quiso aprovecharse de ti.-

- No te creo.- Suspire resignada.- Me encantaría no tener que pasar por esto, pero no te creo.-

- Odio esto, odio que no me recuerdes, odio que no nos amemos de la misma forma que antes, odio que le creas a alguien que apenas conoces.- Apreté con fuerza una de las almohadas.- Sé que no tengo forma de explicar mi punto porque podría arruinar todo, porque soy capaz de detallar la última vez que te golpee y...-

- Es lo que recuerdo.- Cortó con cierto dolor.- Y recuerdo que te rogaba para que dejes de hacerlo y seguías y eso te hacía bien.- Tomó mechones de su cabello, mientras intentaba calmarse.

- No puedes saber si me sentía bien o no haciéndolo.- Susurre cabizbaja.

- Entonces por qué lo hacías?- Gritó aún más enojada, antes de caer de rodillas al piso, apretando fuertemente su cabeza.

》Narra Calle《

Bajé rápidamente las escaleras, no sabía qué estaba haciendo, solo sabía que quería irme y solo podía esperar a que se digne a bajar, pero nunca lo hizo.

Cómo iluminación divina, él llegó:

Llamada entrante: Mario.

- Hola.- Susurre intentando saber dónde nos encontrábamos.

- Cómo estás? Quieres hacer algo? Estoy libre.-

- Te envío mi hubiera.- Susurre cortando la llamada.

Ni siquiera me importaba el fuerte dolor que tenía, simplemente guardé mi celular, justo cuando ella bajaba.

- Te vas?- Asentí rápidamente.- Necesitas que te lleve?-

- No quiero tenerte cerca.- Susurre alejándome cuando buscó acercarse.- Vienen a buscarme, no necesitas preocuparte por mí.-

- Me voy a preocupar siempre y más sabiendo que te viene a buscar Mario.- Tomó mi mano, sintiendo cierta conexión aún.- Dame una oportunidad, no busques terminar de olvidarte de mí.-

M.

- Necesito mi tiempo.- Él estaba llegando.

- Llámame si necesitas que te busque.- Asentí suavemente, mientras me alejaba, subiendo rápidamente en el deportivo que había venido a recogerme, teniendo como conductor un arreglado muchacho, quien besó mi mejilla, antes de volver a conducir.

No sabía donde estábamos yendo, pero yo solo podía ver por la ventana, mientras llegábamos a un gran hotel.

El hotel con más estrellas de Bogotá: el primer hotel construido por la familia Garzón/Galindo.

- Supongo que ya conoces el hotel.- Susurró sonriendo.- Y la comida es muy buena, podríamos cenar y luego subir a mi habitación.-

Qué pensaba hacer en su habitación?

Como si podría leer mis pensamientos, él habló.- Podemos ver películas, tengo mi computadora.- Asentí suavemente, mientras nos dirigíamos al restaurante.

- De verdad vas a pedir esa pasta? Hacen el mejor sushi aquí, deberías probarlo.- Criticaba mis gustos?

- El pescado no es de mi preferencia.- Dije sonriendo, mientras que él parecía recignado.

Miles de veces había comido solo un plato (que solía ser de pasta) con tal de continuar estudiando y no gastar dinero en comida o en tomar el autobús para gastar en ese pequeño boleto que terminaba por gastar para mi única comida.

- Y cuál es tu preferencia?- Me intentaba coquetear?

- En la pasta?- Ambos reímos, mientras él asentía.- La lasaña.-

- Y por qué no la pides?- Había hablado con él por despecho, y sospecho que era la segunda vez que lo hacía.

María José.

- No tengo demasiada hambre, voy a ir al baño un segundo.- Tomó mi mano, frenando mis intenciones de escapar.

- No te vas a ir a ningún lado.- Su voz salió ronca.- María José va a aprender a que no puede jugar conmigo.- Ella se llamaba María José?

- De verdad, necesito ir al baño, déjame ir.- Casi ordené, antes de sentir como se alejaba de mí, pero a la fuerza.

- Ni siquiera la dejas ir al baño? Eso no es cortés.- El primer golpe llegó junto con una punzada, intentando alejarla antes de que se lastimen otra vez.

- Perdóname.- La punzada me estaba torturando demasiado.- Sacame de aquí por favor, llévame contigo, no dejes que me aleje nunca más de tu lado.-

Mi Jefa- [Caché]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora