Capítulo 1.19- Reponer el daño

4.6K 273 28
                                    

Toqué la puerta de una cabaña en el medio de la nada, sin recibir respuesta alguna. Aunque por dentro se podía escuchar música a todo volumen

Saqué la llave, abriendo la puerta, cerrando rápidamente ante el frío del lugar. Sintiendo la calidez de la cabaña abordarme, junto con el sonido y la vistas de una perfecta muchacha, presa del dolor, disfrutando de la soledad que podía tener, escuchándola cantar una de las canciones que más me gustaba de mi banda favorita, la cual, moría por escuchar en un concierto

Quédate conmigo, no pierdas el tiempo
No quiero estar sola, no me dejes sola
Solo quédate

Tú y yo tenemos nuestra química
Y bailando poco a poco toda la tensión se va, se va
No niegues que conmigo tú quieres estar
Baby, yo sé que a ti te va a gustar

Y es que no sabes qué me pasa al verte
Para ignorarte ya no soy tan fuerte
Así que baby vente conmigo, vente conmigo

No sé qué pasa, tú me gustas tanto
Yo ya no quiero seguir esperando
Así que baby vente conmigo, vente conmigo

Se quedó en silencio al darse cuenta de mi presencia. Intentando escapar de mi mirada, mientras dejaba mis cosas a un costado, con especial cuidado lo último que había buscado

- Que haces aquí?- pregunto cabizbaja

- Vine a hacerte compañía- susurre acercandome lentamente a ella- quiero hacerte compañía- agregué decidida, sentandome a su lado

- No quiero lastimarte- susurro intentando tomar distancia, si no fuera porque ya me encontraba sentada en su regazo

- Si lo haces no te amaré y no creo que no quieras que te dé amor, sabiendo perfectamente que lo necesitas- susurre acariciando sus mejillas, mientras ella cerraba sus ojos, entregándose a mis caricias

- Ámame para siempre, por favor- suplicó posando sus manos sobre las mías

- Eso pienso hacer- dije segura, capturando sus labios entreabiertos con los míos, dándole un suave beso, mientras desprendía uno de mis tantos abrigos, riendo al parecer algo eterno

Sí, hacia calor aquí. En todo sentido, pero no me molestaba quedarme abrigada, solo que a su lado la ropa muchas veces sobraba

- Este tiempo me sirvió para darme cuenta de varias cosas:- dijo sonriendome abiertamente, mientras sus manos recorrían mi espalda- está confirmado que no sé cocinar,- una mueca apareció en sus labios, mientras que yo no pude evitar reír- y de que no puedo vivir si no estas a mi lado- agregó haciendo que me derrita por ella, como siempre lo hacía

- Yo me di cuenta lo estupida que puedo ser al no aceptar que estoy enamorada- susurre volviendo a besarla

La abracé, como si de esa forma ella se quedaría conmigo para siempre

Su llanto no tardó en aparecer, demostrandose vulnerable frente a mí. Aceptando que había sido derrotada y de la peor manera

Qué se decía de ella? Golpes bajos; desde que era un monstruo anormal que se excitaba pegándole a los demás, hasta que todas las personas que estaban a su alrededor habían sido sometidas, o hasta que tenía personas encerradas en sus casas, para que no puedan escapar de ella

Tenia denuncias? Sí, la única que se conocía era la de Matu, pero era más que obvio quien podría salir perdiendo en ese sentido

- Soy un monstruo- susurro dolida- me siento sucia al leer mi nombre en todas partes, ya no soy capaz de enfrentarme al mundo otra vez- explico conectando nuestras miradas, secando suavemente las lágrimas que corrían por sus mejillas

- Sos María José Garzón y si me tienes a tus pies, puedes conseguir cualquier cosa- dije decidida, riendo con ella al aceptar ser una estupida enamorada- perdón por no acompañarte los primeros días- susurre haciendo una mueca

- Estar sola me ayudó a pensar mucho, pero quizás me hace falta volver a tener ese ego contagioso que solo una persona puede darme- dijo decidida dejando un suave beso en mis labios, sin pensar demasiado en el momento en el que mi labio inferior era succionando para que nuestras lenguas jueguen hasta que la escasez de aire esté presente

Como supuse, la muy estupida al no saber cocinar, había comido lo primero que encontraba, haciendo que mi presencia sirva para muchas cosas

- Rompiste el contrato?- pregunto alerta y simplemente negué, notando su enojo indisimulado- por qué no lo hiciste? Debiste hacerlo, no quiero que seas mi sumisa, no quiero desquitarme más contigo- explicó sentándose en el sofá

- Yo sí quiero que seas mi autoridad, quiero que cuando creas que no puedes hacer nada ahí esté yo, para ayudarte- corté parandome a un lado

- No quiero lastimarte- dijo parándose frente a mí

- No soy Paula- rebatí mientras ella agachaba su cabeza, sí, había sido un golpe bajo

- Como están ellos? Que te dijo tu madre?- pregunto rápidamente, haciendo que tome sus mejillas

- Todos están bien y están esperando a que vuelvas allí para poner orden en el mundo- dije sonriendole

- No sé si pueda hacerlo- confesó mientras yo posaba mis manos detrás de su cuello

- Tienes todo el tiempo que quieras- susurre besandola, mientras ella posaba sus manos en mis caderas, pegando mi cuerpo al suyo, subiendo la excitación de ambas- Pero no te alejes de mí- agregué besandola una vez más

Me alzó como si no pesara nada, subiendo las escaleras a paso lento hasta la cama que se encontraba en el segundo piso, recostandome ahí con demasiada delicadeza, bajando sus besos por mi cuello, mientras que me esforzaba por sacar su abrigada sudadera, dejándola a un costado junto con su remera, dejándola rápidamente desnuda del torso para arriba, mientras ella intentaba sacar mi brasier

- Tranquila- susurre sobre sus labios, mientras suspiraba frustrada

- Sacatelo- ordenó con voz ronca, dejando rápidamente mis pechos descubiertos, antes de sentir como me abrazaba fuertemente, sintiendo ese cálido roce que solo hacia que quiera empezar ya- perdón- susurro de la nada- no tendría que haberte pedido de esa forma- su calor me hizo falta, había tomado cierta distancia, arrodillandose frente a mí- perdón- repitio, estaba en la posición que yo solía hacer, implorando una y otra vez que la perdone

- Tranquila- repetí una vez más, mientras me sentaba en su regazo- no tienes que pedirme perdón- roce nuestras narices volviendo a unir nuestros labios- piensas hacerme el amor? O me tengo que ir a dormir así?- pregunté riendo con ella, volviendo a recostarme en la cama

Baje mis manos por su plano vientre, sintiendo como algo nuevo comenzaba a crecer ahí

- No pensaba depilarme si iba a estar sola- confesó cerrando mis dudas de lo que podía ser, volviendo a unir nuestros labios mientras ella bajaba mis últimas prendas de un tirón, sintiendo el aire frío recorrer mi desnudez, siendo remplazado por el calor de su cuerpo, viendo su miembro fuera, necesitando atención rápidamente, pasando mi mano por esa zona, haciendo que su espalda se encorvara y sus gemidos roncos no tardaran en aparecer

No tardó en correr mi mano, besando el dorso de la misma, acercando su miembro a mi entrepierna, esperando atenta, pero apenas se adentró en mi, sus temblores aparecieron, tomándolos junto. Habia comenzado a llorar desconsoladamente. No pensé que fuera tan difícil todo esto...

Mi Jefa- [Caché]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora