Capítulo 2.10- Sugerencias para evitar

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》Narra Poché《

- Puedes tocarme.- Gemi tomando sus mejillas.- Puedes hacer lo que quieras conmigo.- Me tiré hacia atrás, sintiendo como ella posaba sus manos sobre mis pechos, moviéndose a un ritmo rápido, apretando los suyos, notando como tiraba su cabeza hacia atrás, abrazandola para mover mis caderas, creando una perfecta fricción, sintiendo su grito desgarrador junto con el mío, volviendo a recostarme, sintiendo como su cuerpo temblaba por los estragos de todo lo que pasó:

Desde los vibradores, siguiendo con mi intento de ser suave luego de sus ahorcadas, intentando hacer que recuerde nuestra última vez; cuando su trasero había "sufrido" un capricho mío y le había gustado. Culminando con otros dos orgasmos más y llegamos al presente, donde ella parecía incapaz de recuperarse, recostada en mi pecho.

- Siéntate.- Se le hacia demasiado complicado, tomándola en mis brazos cuando no pudo mantener su estabilidad.- Voy a desnudarte y te sacaré de aquí.- Asintió volviendo a caer, quitando lo que aún quedaba de sus medias rotas, luego de que se las arrancara como un animal, siendo más suave mientras quitaba las demás prendas, dejándolas sobre la cama, cubriendo su desnudez con mi camisa, pasando mi ropa interior, antes de que uno de mis brazos tome sus piernas y el otro se pose en su espalda, sintiendo sus brazos rodear mi cuello.

Pasé su ropa interior, notando como cedía al sueño, quedándose dormida con unas simples caricias en su rostro, acomodando el cuarto de juegos, dándome una rápida ducha, sonriendo al recostarme junto a ella y que su cuerpo me busqué, abrazandola fuertemente, inundandome en ese aura de tranquilidad, durmiendo plácidamente a su lado.

- María José.- Me removió fuertemente.- Despierta.- Gruñi aferrandome aún más a ella.- Tengo que ir al baño.- Abrí perezosamente mis ojos, girandome para que pudiera liberarse de mi agarre, observandola correr intentando taparse con mi camisa, sonriendo levemente.- De verdad usamos todo eso?- Parecía sorprendida por todos los preservativos y solo pude sonreír asintiendo.

- Hay más si necesitas.- Qué acababa de decir?- Me refiero a que hay más reservas, por las dudas de que haga falta, hay hasta en mis pantalones.- Sonrió levemente, acercándose a mí.

- Puedo usarlos cuando yo quiera?- Alcé una de mis cejas, notando cierta picardía en ella.- Porque quizás los necesite.-

- Se puede saber con quien vas a usarlo?- Su sonrisa aumentó cuando mi voz salió ronca.

- Hay una mujer que no recuerdo conocer, pero ella no parece tener problema en ayudarme a recordarla.- Besé suavemente su frente.

- Se puede perder la memoria, pero no los sentimientos.- Su rostro demostraba que le había encantando lo que le había dicho y yo solo podía sonreír.- Además, esa mujer te ama tanto que sabe que todo esto ocurre por algo, sea bueno o malo, es como el karma devolviendole todas sus faltas y por eso, te espera aunque todo parezca perdido.- Me besó suavemente.- Te duele algo?- Parecía dudarlo.

- Solo es un poco.- Sonreí levemente.- Hoy no hay pomada?- Reí besandola una vez más, quedando sobre ella.

- Hoy solo hay besos, la pomada era porque te había azotado y lo de anoche fue muy poco.- Asintió volviendo a besarme.- Hoy te toca.-

Habíamos hecho un pequeño acuerdo, en el que ella era mi sumisa una noche, yo sería otra y el domingo lo usaríamos para estar relajadas y recuperarnos de lo que hayamos hecho los días anteriores.

- Algo que no puedo hacer?- Sonreí levemente, rozando nuestras narices.

- Ser suave por miedo.- Asintió sin entender.- Yo fui suave, pero al mismo tiempo hice de las mías.- Ambas reímos.

- Me encanta que hagas de las tuyas.- Volvió a besarme.- Te recuerdo tan... demandante que me encanta y lo de anoche fue para confirmarlo.- Pareció asustarse de golpe.- Podré azotarte?- Lancé una carcajada, mientras asentía.

- Puedes hacer lo que quieras conmigo.- Tomé suavemente sus mejillas.- Tengo límites, pero no creo que los pases, solo nadie más puede estar con nosotras.-

- Nada de tríos.- Asentí notando como ella parecía recordarlo.

- Y no lo negocio para nada, que nos graben teniendo relaciones.- Volvió a asentir.- Ni siquiera un video casero para nosotras, nada de eso.- La besé suavemente.- Y si habrá penetración, tienes que decirme si no sabes poner un condón.- Ambas reímos, sintiendo sus manos tomar mis mejillas.- Y evita cortarmelas, una vez casi lo hacen y llegué a salir corriendo antes.- Lanzó una carcajada.

- No voy a hacer nada de eso y creo recordar cómo poner un preservativo.- Rascó su nuca, asintiendo lentamente, dejando un suave beso en sus labios.- Espero saber cómo hacerlo y que te guste.-

- Sabes que lo que yo te hago me gusta y puedes hasta pedirme que levante mi trasero para que lo azotes.- Sabía perfectamente que no iba a hacerlo, pero quizás estoy a punto de conocer otro extremo de Daniela, uno que aún no conozco...

Mi Jefa- [Caché]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora