Bajé rápidamente del auto, observando como el mismo se iba, encontrando ese deportivo que solía estar escondido en el garage perfectamente estacionado, acomodando mi saco para seguir el camino de velas, encontrando una mesa perfectamente preparada para dos, en una hermosa casa, sintiendo sus tacones retumbar detrás mío, hasta que sus brazos me rodearon.
- Hola.- Besó mi mejilla, girandome para detallar su vestido negro pegado al cuerpo.
- Hola.- Me besó suavemente.- Estás hermosa.- Acarició suavemente mis mejillas.
- No esperaba que te quede tan bien.- Susurró mordiendo su labio inferior, sintiendo como acomodaba mi corbata.
Ella solo había dejado una camisa blanca, un pantalón negro, los tirantes, la corbata y un pequeño chaleco, todo en el mismo tono y yo simplemente había agregado detalles poco importantes.
- Nunca usé chalecos.- Sonrió levemente.- Creo que me gustan.-
- Te hace más sexy.- Alcé mis cejas, besandola suavemente.
- Tu siempre te ves sexy.- Mordió su labio inferior, recorriendo mi cuerpo, antes se sentarse en uno de los lugares, sin darme tiempo para mover su silla, sentandome frente a ella, mientras servía la comida, siguiendola con los movimientos, sin quitar mi sonrisa en ningún momento.
Traía el anillo que le había regalado cuando nos convertimos en novias.
- Te duelen los tatuajes?- Negué rápidamente.
- Solo dolieron el primer día, creo que ahora ya cicatrizaron o algo así.- Sonrió asintiendo.
- Y te duele ser tan hermosa?- Alcé una vez más mis cejas.
- Es una propuesta indecente o lo estoy malinterpretando?- Alzó sus hombros.
- Quizás.- Lancé un pesado suspiro.- Podría ser que haya recordando hasta lo que hablamos en Barcelona y haya visitado a mi médico sin que te enteres.- La miré fijamente.
- Recuerdas todo?- Sonrió levemente.
- Creo que faltan algunas cosas, pero sí.- Me puse de pie, abrazandola fuertemente.- Tengo dudas y no sé si soñé algunas cosas o fueron reales, pero quizás podrías responderme algunas preguntas mañana.-
- Y por qué no ahora?- Los botones de mi saco fueron abiertos.
- Porque en España hablamos sobre un embarazo.- Asentí suavemente.- Y mañana me tiene que bajar.- Me besó suavemente.- Pero hoy, quiero que saques tu lado animal, que no me sueltes y simplemente me hagas tuya como tantas veces lo hiciste, como todo lo que recuerdo.- Acarició suavemente mis mejillas.- Te amo y a lo menos que hayas traído preservativos y quieras utilizarlos, podemos esperar, pero muero por tener un hijo contigo y si no empezamos aún, vas a ser vieja y la menopausia hará que yo no vuelva a quedar embarazada.- Recordaba todo.
Me recordaba.
La besé suavemente, mientras una de sus manos bajaba hasta mi entrepierna, sintiendo como mi miembro rápidamente reaccionaba, en busca de salir para simplemente entrar en ella.
- Segura?- Asintió sonriendo.- Te amo.-
- Deja de ser tierna y hazme tuya.- Tomé sus mejillas.
- Te hago mía?- Asintió rápidamente.- Me pediras que pare?-
- Solo si no aguanto los azotes, creo que podré soportar lo demás.-
- Esperame en el cuarto, arrodillada.- Le di una nalgada, observandola perderse en el segundo piso.
Limpié lo que habíamos utilizado, dejando mi saco sobre el sofá, llevando solo el extenso pañuelo, antes de que solo se escuchen mis pasos resonar al pisar la madera, encontrandola ahí, sumisa.
Dejé los zapatos por camino, seguido por el chaleco, quitando su vestido con una delicadeza extrema, detallando ese conjunto de lencería que me encantaba.
- Te portas muy mal.- Me senté en el comienzo de la cama, teniendo su torso sobre mis muslos y su trasero a la espera de que la azote.- Temí perderte.- El primer azote llegó.- Creí que mi mundo se acababa.- Otro.- No me recordaste.- Un gemido se escapó de sus labios, pero no era dolor. Lo estaba haciendo bien, porque gemía de placer.- Desconfiaste de mí.- Quité sus bragas.- Me azotaste y encima gozaste decirme que te gustó.- Ambas sonreímos.- Y pienso mimarte mañana, después de todo lo que pienso hacer contigo.-
- Hazme lo que quieras, soy completamente tuya.- Acerqué mis dedos a su boca, teniendo cierta lubricación, antes de separar sus rojas nalgas, jugando con sus labios, sintiendo como su cuerpo buscaba arquearse cuando adentre mis dedos en ella, siendo poco cuidadosa, escuchando perfectamente sus gemidos, masajeando la zona, dándole una nalgada cuando buscó crear una mejor fricción.
- Quieta.- Volvió a gemir, dejándola nuevamente arrodillada para simplemente besarla, tirando de su labio inferior.- Me encantas.- Terminé de desnudarla, dejando mi cortaba en sus ojos, sin terminar de cerrarla, volviendo a besarla.
La alcé para dejarla en el centro de la cama, teniendo su mirada fija en mí, mientras me desnudaba, enterrandome en su centro, sintiendo ese extraño sabor metálico cuando anteriormente lo saboree.
El momento había llegado.
Y había altas probabilidades de que quede embarazada.
Y yo tenía la decisión en mis manos.
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Mi Jefa- [Caché]
FanficEl secreto de una, puede pasar a involucrar a la otra. Sin mencionarlo frente al mundo, siendo algo anormal ante los demás, cuando para ellas quizás hasta termine significando amor... (G!P)