》Narra Calle《
- Poché?- pregunté al no verla a mi lado, ya habíamos vuelto y ahí estaba, en su casa, o mejor dicho, en su cama
Me vestí rápidamente, escuchando voces desde abajo. Tenía visitas?
Bajé las escaleras, sintiendo como todos se quedaban en silencio al escucharme, sintiendo un par de ojos mirándome fijamente
- Princesa, quien es ella?- preguntó un hombre algo mayor, quien se encontraba sentado en el sofá, al lado de una muchacha de unos años menos que yo, que parecía ser igual que Poché, viendo como la misma aparecía con una bandeja y cuatro tazas en ella
- Estaba por ir a despertarte- susurró sonriendome abiertamente, mientras que yo seguía sin entender quienes eran- bien, ella es Daniela Calle y él es mí papá, Juan Carlos y ella es Valentina, mí hermana- explicó tranquilamente tomando mi mano, para sacarme del transe de tener a su familia frente a mí, sentandonos frente a ellos
- No pensabas contarnos?- preguntó su hermana, mientras ambos me miraban atentos
- Eso fue mi culpa- dije tomando su mano, para luego seguir hablando:- yo le dije que no diga nada- expliqué agachando mi cabeza, sintiendo como ella tomaba mi mentón, conectado nuestras miradas
- Por qué?- preguntó su padre aún sin entender
- No estoy a su altura, nunca podría estarlo, por eso no quería que estuvieran desilusionados ante la idea de que nosotras salgamos- respondí haciendo una mueca, sintiendo su mano acariciar mi mejilla
- Nunca estaríamos desilusionados. Saber que al fin está enamorada es lo mejor que nos pueden contar, al fin nos presentas a alguien- dijo alegremente Valentina, mientras señalaba a su hermana, quien se quejaba por lo bajo, mientras ella me entregaba una de las tazas con café, tomando la suya, antes de que se enfríen
- Creí que llegábamos tarde- esa era la clásica e inconfundible voz de Paula, entrando con una señora de la misma edad que Juan Carlos- reunión familiar? Van a decirnos que ya son novias?- preguntó sentándose en uno de los sillones- ella es mi madre- explicó mientras la mujer me tendía su mano, tomándola suavemente
- Ya son novias?- preguntó su padre algo ilusionado
- Todavía no- explicó tranquilamente, mientras posaba su mano en mi hombro, dejándome aún más cerca
Todavía?
El tema pareció quedar en el olvido, evitando retomarlo, disfrutando de una divertida mañana, sumandole las miradas de adoración, respecto a su familia. Llevándome bien con ellos, hasta que después de almorzar, todos se fueron
- Al fin solas- susurró pasando sus manos en mis caderas, demostrandome como ese bulto comenzaba a crecer ante nuestro contacto, terminado de secar los últimos vasos- podemos ir a jugar?- preguntó mordiendo el lóbulo de mi oreja, mientras dejaba todo en su lugar
- Yo soy la sumisa, no deberías preguntarme que hacer- susurre antes de sentir como me alzaba sin ningún problema, subiendo las escaleras rápidamente, bajandome frente al cuarto que tanto odiaba
- Si te portas bien no voy a ser tan mala- susurro adentrándose rápidamente, mientras que yo volvía a mirar con miedo las cosas que habían colgadas en las paredes
- Debo decir que estamos saliendo por estos meses?- pregunté sentándome en la cama, aún no quería empezar y mi miedo aumentaba al ver las cosas que estaba sacando
- No estamos saliendo?- preguntó con cierta desilusión
- No lo sé- trague en seco al ver como dejaba todo a mi lado
- Nos estamos conociendo- dijo con cierta duda, y simplemente asentí, no sólo era esta clase de encuentros- y mi familia ya te cuenta como mi novia- agregó sacando un antifaz, dejándolo junto a las demás cosas- y tu madre sabe perfectamente que es mi suegra, así que se podría decir que estamos saliendo- completó riendo, mientras posaba sus manos en mis costados
- Tengo miedo- confesé volviendo a observar las muñequeras- podrías ser más suave?- pregunté volviendo a mirarla atenta
- Firmaste un contrato con una sadomasoquista, deberías saber que no tengo límites- susurró sonriendome- si no quieres, ahí está la puerta, pero no creo que quieras irte al imaginarme usando esto- agregó separándose, pendiente a mi decisión, permitiendome revisar las cosas que había sacado
Sí, imaginarla usando estas cosas era lo que más me excitaba. Arrodillandome frente a su mirada intimidante
- Sabes perfectamente que palabra usar si hay algo que no quieres hacer- susurró desvistiendome con demasiada delicadeza, antes de sentir como pasaba las muñequeras- todo va a estar bien- completó mientras terminaba de colocar el arnés en la estructura de la cama
Tapó mis ojos con el antifaz, tragando en seco al escuchar la cremallera de su pantalón ser abierta
Sentí su mano recorrer mi cuerpo, dejándola por un momento en mi pecho, sintiendo como latía mi corazón con fuerza, como si estuviera a punto de salir de mi pecho, pero no sólo mi corazón latía, mi entrepierna estaba pidiendo atención desde que entramos aquí, sufriendo al sentir como su mano seguía recorriendo mi cuerpo
- Por favor- susurre tragando en seco
- Pidelo- dijo con tono autoritario, llevándome a la locura
- Por favor... podría- no podía creer que esté a punto de decirlo- podrías hacerme... tuya?- pregunté sin recibir respuesta, simplemente sintiendo su lengua comenzar a jugar con mi intimidad, alternando entre pequeñas mordidas y succiones en mi clitoris, llevándome al límite
Adentró uno de sus dedos, haciendo que el estupido orgasmo llegue más rápido de lo común
Sentí como mis piernas eran liberadas, mientras que su cuerpo se trepaba sobre el mío, volviendo a ver sus ojos llenos de deseo, uniendo nuestros labios en un corto beso, mientras se adentraba en mí
Se separó levemente aún dentro mío, librandome de las muñequeras, sintiendo una de sus manos posarse en mi mejilla, volviendo a conectar nuestras miradas
- Puedes tocarme- susurró antes de dar otra embestida, pasando mis piernas alrededor de su cintura y mis manos aferrarse fuertemente en sus hombros, clavando mis uñas en esa zona, mientras ella aceleraba los movimientos
Comenzó a dejar suaves mordidas en mi cuello, haciendo que vuelva a llegar al orgasmo seguida por ella
- Que me estás haciendo?- preguntó mientras mis manos acariciaban con suavidad su espalda
- Creí que hablabas en serio cuando decías que no podría tocarte en cinco meses- me burle riendo, antes de sentir como volvía a embestirme. La muy estupida se había quedado dentro mío
- Yo también- confesó riendo- pero me estas hechizando-
Qué acaba de decir?
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Mi Jefa- [Caché]
FanfictionEl secreto de una, puede pasar a involucrar a la otra. Sin mencionarlo frente al mundo, siendo algo anormal ante los demás, cuando para ellas quizás hasta termine significando amor... (G!P)