CAPÍTULO 2: DESTINADO

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P.O.V Severus

Nos encontrábamos en el gran comedor, los alumnos antiguos en las mesas de sus respectivas casas y los maestros en la mesa principal en la espera de que entran los nuevos para su respectiva selección.

Este año era muy esperado por muchos ya que era en el cual "el niño que vivió" por fin entraría a Hogwarts, de seguro era igual de arrogante que su padre. Estaba concentrado en mis pensamientos cuando la puerta principal se abre y por ella entra Minerva McGonagall seguida de todos los alumnos nuevos, en medio de todos ellos mis vista  se encuentra con unos ojos color esmeralda, eran los más hermosos que he visto en lo que llevo de vida, algo dentro de mi se remueve pero lo ignoro por completo.

Poco a poco iban llamado a cada pequeño para ser seleccionado, miraba todo con indiferencia hasta que su nombre fue pronunciado, el pequeño Potter camino hacia el sombrero seleccionador y en esos momentos nuestros ojos se conectaron de nuevo, el pequeño me sonrió, pero mi cara seguía sin mostrar ninguna emoción, de repente, siento un olor agradable a menta combinado con chocolate amargo, me siento flotar, es increíble cierro mis ojos y me dejo envolver en esa sensación de seguridad y hogar, de la nada siento un tirón en mi vientre, lo que ocasiona que salga de mi nube, me percato que el olor se aleja conforme Potter se dirige a la mesa de Gryffindor y al olfatearlo una vez más siento cómo mi entrada comienza a lubricar, no puede ser, entro en pánico, mi celo no debería de llegar, aún faltan por lo menos dos semanas para que suceda.

Me levanto de inmediato ocasionando que todos pongan su mirada sobre mí, veo a Minerva y a Albus, salgo de  prisa del gran comedor, corro lo más rápido que puedo a mis habitaciones, al llegar coloco todos los hechizos de protección y de silenciamiento necesarios.

Me despojo de toda mi vestimenta, siento tanto calor, entro de prisa al baño y preparo la tina para darme un baño de agua helada, siento como mi vientre arde y mi entrada produce cada vez más lubricante. Al entrar en contacto con el agua helada la sensación de desesperación se va calmando, no durara por mucho tiempo por lo que comienzo a pensar en todos los acontecimientos, desde el tirón en mi vientre al observar sus ojos y mi reacción al sentir su olor.... Mierda, no me puede estar pasando esto a mí, de todos los alfas que hay en el mundo mi destinado tiene que ser un niño y no un simple niño sino el hijo de mi mejor amiga y de mi peor enemigo, el niño que perdió todo por mi culpa, el niño que todo el mundo mágico ama, mi vida no puede ser peor.

Siento como las lágrimas corren por mis mejillas, escucho que alguien toca la puerta trato de ignorarlo, hasta que siento como botan las protecciones y entran a mi habitación.

-Severus -escucho llamar a Albus, no digo nada y solo espero a que me encuentre.

- Severus, ¿Qué te ocurre? - me pregunta Minerva.

Levanto mi cara y mis ojos se llenan de lágrimas, odio que me vean de esta manera.

- Entre en celo -susurro- encontré a mi destinado.

Tanto Minerva como Albus me miran asombrados y no saben que decir, siento como el agua fría ya no está ayudando y mi cuerpo comienza a sentirse caliente de nuevo, suelto un pequeño jadeo, ante esto estoy seguro que mi cara luce peor que un tomate.

- Lo mejor será que te dejemos solo, mandaremos un elfo para que este encargado de todo lo que necesites -Albus dice con voz tranquila- Luego hablaremos mi muchacho.

- Todo estará bien Severus - Minerva me sonríe.

Ambos dejan mis habitaciones, no sin antes poner los hechizos de nuevo, salgo de la tina y como puedo llego a mi cama, me recuesto e invoco mis juguetes los únicos encargados de ayudarme durante mis celos, no logran llenarme tanto como lo haría un alfa, pero logran apaciguar un poco el fuego de mi interior, esta será una semana muy largar.

P.O.V Harry

Estaba emocionado de estar en Hogwarts, al entrar al gran comedor quede impresionado por lo hermoso que era, centre mi vista al frente y pude ver a un hombre de cabello largo y negro, su mirada neutra sin mostrar ninguna emoción. El director comenzó con su discurso y luego cada alumno iba siendo seleccionado a su respectiva casa, cuando fue mi turno mis ojos se cruzaron con los del profesor, que según el director era el encargo de dar la clase de pociones y se llama Severus Snape, debo de decir que me parece un lindo nombre, le sonrió pero él no hace ningún gesto. Voy con el sombrero y tenemos una larga charla, le pido que me ponga en gryffindor para estar junto a mis nuevos amigos, Ron y Hermione, al principio parece no estar de acuerdo, pero al final me pone dónde quiero, al sentarme en la mesa de mi casa veo como el profesor Snape se para de prisa y abandona el comedor.

Durante mi primera semana no vuelvo a ver al profesor, la clase de pociones fue cancelada, nos dijeron que el profesor se encontraba indispuesto de salud. La siguiente semana paso rápido y con ella la primera clase de pociones, todos ya estábamos en nuestros respectivos lugares cuando la puerta se abre de repente, el maestro entra ondeando su túnica negra, su sola presencia hace que toda la habitación quedé en silencio, camina hasta el frente, murmullos se empiezan a escuchar pero con su mirada los silencia de inmediato, de pronto todo el pequeño calabozo quedo en total calma.

- Ustedes están aquí para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de hacer pociones -comenzó. Hablaba casi en un susurro, pero se le entendía todo-. Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita y muchos de ustedes dudaran que esto sea magia. No espero que lleguen a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos...-La forma en que hablaba de las pociones con tanta pasión, era simplemente encantador- Puedo enseñarles cómo embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte... si son algo más que los alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar.

Estaba tomando notas de las partes que consideraba importante de su discurso cuando escucho mi apellido.

- ¡Potter! -dice de pronto Snape- ¿Qué obtendré si añado polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo?

- No lo sé, señor -contestó Harry.

Los labios de Snape se curvaron en un gesto burlón.

-Por lo visto la fama no lo es todo, vamos a intentar de nuevo, Potter ¿Dónde buscarías si te digo que me encuentres un bezoar?.

No sé nada de lo que este hombre me está hablando, me sentía nervioso, podía ver a Hermione con la mano levantada intentando que el profesor le prestara atención.

- No lo sé, señor - mi mirada estaba solo en el profesor.

- Parece que no has abierto ni un libro antes de venir. ¿No es así, Potter?.

Podía sentir la furia crecer en mi interior, obviamente que había leído antes de venir, pero ¿cómo esperaba que me aprendiera todo lo que estaba en mil hierbas mágicas y hongos?

- ¿Cuál es la diferencia, Potter; entre acónito y luparia?- Me mira con sus profundos ojos negros.

Pude ver como Hermione movía su brazo desesperada porque la viera el dichoso profesor, y por más que lo intentará ya no podía controlar la furia que sentía.

- No lo sé -digo con toda la calma que puedo reunir- Pero creo que Hermione lo sabe. ¿Por qué no se lo pregunta a ella?

- Para tu información, Potter - comenzó a hablar ignorando a Hermione- asfódelo y ajenjo producen una poción para dormir tan poderosa que es conocida como Filtro de Muertos en Vida. Un bezoar es una piedra sacada del estómago de una cabra y sirve para salvarte de la mayor parte de los venenos. En lo que se refiere a acónito y luparia, es la misma planta - Nuestras miradas se conectaron durante todo ese tiempo, hasta que vuelve a hablar- Bueno, ¿por qué no lo están apuntando todo?

Se produjo un súbito movimiento de plumas y pergaminos. Por encima del ruido, Snape dijo:

- Y se le restará un punto a la casa Gryffindor por tu descaro, Potter.- se dirige detrás de su escritorio-

Es caprichoso el azarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora