CAPÍTULO 32: MARGARITAS

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P.O.V Harry

Severus se despertó justo cuando terminaba de preparar la cena, pude sentir sus emociones creando un caos en su interior, así que me apresure a llegar con el.

- Amor - me siento a su lado y tomo sus manos en las mías- ¿Te sientes mejor?

- Yo... Sien-to lo que sucedió - sus ojitos se cristalizan.

- Omega - acaricio sus manos- no tienes porque disculparte, a cualquiera le puede pasar el derrumbarse.

- Pero... Casi lastimo a nuestro cachorro - las lágrimas rodaban por sus mejillas.

- Sev, yo quiero que confíes en mí, que me cuentes como te sientes, que te molesta, quiero saber todo lo que pasa por tu interior.

- Si confío en ti alfa - se queda callado unos momentos- Solo, que no quiero ser una carga para ti y sumado a eso es que toda mi vida he resuelto solo mis problemas.

- Cariño, somos una pareja y estamos empezando nuestra familia.... Sabes que puedes contar conmigo así como se que yo puedo contar contigo.

- Perdón, no quería causar algún problema.

- Mañana iremos a San Mungos ya solicite una cita con el Medimago Smith y nos recibirá por la mañana

- Pero tienes clases, no puedes faltar - dice con un tierno puchero.

- Claro que puedo faltar, le pedí permiso a Dumbledore para ausentarme unas semanas de clases - dejo un beso en cada mano

- No puedes hacer eso Harry - dice alterado

- ¿Por qué no?

- Es tu último año, tienes que convivir con tus compañeros, también asistir a clases, tienes que sacar buenas notas en tus pruebas porque no espero notas mediocres de parte de mi alfa... Te juro que estaré bien

- Lo siento Sev, pero la decisión ya está tomada, hasta los maestros ya están informados, además no voy a descuidar mis estudios los chicos me ayudarán con eso y pues con lo de convivir con mis compañeros estaba pensando que los fines de semana podemos salir a los alrededores del castillo y podré compartir con ellos.

- Yo no sé...

- Vamos necesitas esto, desde que llegamos a Hogwarts no has salido de este lugar, además te hará bien a ti y nuestro cachorro, necesita recibir sol y la brisa fresca

- Está bien

- bueno ahora vamos a cenar.

Comimos tranquilamente, Damián se había despertado pero era un bebé muy tranquilo y solo observaba el pequeño móvil musical que colgaba sobre sus cabeza, era hermoso tenía pequeñas serpientes, leones y estrellas, fue un regalo de Dumbledore. Luego de terminar la cena, Severus alimentaba a Damián mientras yo terminaba unas tareas que debía entregar mañana, cuando terminamos nos alistamos para dormir, ya estando en la cama tomé a Severus en mis brazos.

- Y me dirás ¿qué es lo que te ha estado molestando? - le pregunto y él parece dudar antes de hablar.

- Hace unas semanas empecé a tener pesadillas, bueno siempre es la misma dónde Voldemort le ordena a Nagini que me mate, eso no me deja dormir, desde que me despierto aveces tipo una o dos de la madrugada me quedo despierto y trato de no volver a dormir hasta en la noche pero la pesadilla siempre se repite, empecé a controlar mis emociones para que tú no te despertarás ya que tenías que despertar temprano por las clases.

- Eso explica el cansancio y las ojeras - digo - solo es eso lo que te molesta las pesadillas

- También, tengo miedo de ser una mala madre, de pequeño no tuve el mejor ejemplo de una familia amorosa y me aterra que no sea capaz de darle el afecto que el cachorro merece, tampoco se si puedo mantenerlo a salvó, si casi lo pierdo cuando estuvo dentro de mi no se que pude pasar ahora que está con nosotros, tengo miedo que te canses de mi y nos dejes, me invaden tantos pensamientos que son confusos y siento que en algún momento todo esto me va a consumir

Es caprichoso el azarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora