CAPÍTULO 36: TEMPERATURA

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P.O.V Severus

Mi cabeza duele, intento abrir mis párpados pero estos están pesados, siento frío en mi interior y un vacío, mi mente está confundida, luego de unos segundos empiezo a recordar todo y entro en pánico por no sentir la conexión con mi alfa, abro los ojos de golpe, llevo mi mano hasta la marca de mi alfa en mi cuello, me tranquilizo al sentirla, pero solo dura unos segundos pues no explica porque no puedo sentirlo. Observo a mi alrededor, me encuentro en una pequeña habitación, que más bien se parece a una celda en Azkaban, solo hay un retrete aún lado junto a un lavado, la cama en la que me encuentro y una pequeña ventana donde se puede ver el cielo nocturno; trato de buscar mi varita pero está no está por ninguna parte, empiezo a entrar en pánico. Escucho como la puerta se abre y entra el causante de este problema.

- Veo que ya despertaste Omega - su voz se escucha animada.

- Eres un maldito loco - digo mientras me pongo de pie.

- Loco por ti precioso - me acorrala contra la pared.

Su rostro frente al mío, volteo mi cara y siento sus labios rozar mis mejillas, cierro mis ojos fuertemente, sus labios bajan hasta mi cuello succionando, la bilis sube por mi garganta, lo alejó con todas mis fuerzas, caigo de rodillas y dejo salir el vomito, cuando terminó, escucho a Baker quejarse y veo como limpia el desastre que ocasione, me siento débil.

- Déjame ir.

- Claro que no Omega, me imagino que te diste cuenta que no puedes sentir a tu alfa - no contesto- te contaré, resulta que lanze un pequeño hechizo sobre tí, que descubrí en uno de mis viajes a Egipto, este era usado en la antigüedad por los alfas que se enamoraban de omegas enlazados, lo que hace es que crea la ilusión de un lazo roto, llevando al alfa vinculado a la muerte, claro que esto tenía su falla  ya que la mayoría de veces moría el Omega y el alfa sobrevivía, por lo cual su práctica fue olvidada. Pero no te asustes, trabaje durante años en este hechizo para mejorarlo, ahora garantiza la sobrevivencia del Omega y la muerte del alfa.

Siento como algo se me clava en mi corazón, mi omega se retuerce ante la idea de perder a nuestro alfa.

- ¿Por qué me haces esto? - murmuró con mi voz quebrada.

- Estoy enamorado de ti - dice, una de sus manos acaricia mi mejilla y yo me aparto- y pronto tu sentirás lo mismo por mi.

- Nos conocemos hace unos meses, no puedes sentir nada por mi.

- Severus, te conozco desde hace años, te ví por primera vez en una conferencia de pociones en Italia y en muchas otras, tan atractivo como siempre, me sentía desilusionado al saber que eras beta, ya que siempre quise un Omega, y no sabes la sorpresa que tuve al enterarme que en realidad eras un omega, pero todo se fue al carajo cuando supe que estabas enlazado y en espera de tu primer cachorro- escupe con asco- y empecé a idear un plan para deshacerme de tu estúpido alfa,  logré conseguir al trabajo como profesor de defensas, y vaya no fue difícil acercarme a ti - Maldito Baker, como se atreve a hacerme esto, eres un estúpido Severus esto te pasa por querer hacer amigos e ignorar las advertencias de tu alfa- Y bueno ya sabes el resto no.

- Déjame ir por favor, necesito estar con mi alfa y mi cachorro - dejo salir las lágrimas -

- Shhhshhh no llores Omega, pronto tu alfa morirá y mi mordida adornará tu cuello y tendremos todos los cachorros que quieras - dice con una gran sonrisa en su rostro- no te preocupes por tu cachorro, el quedará en buenas manos estoy seguro - dice con indiferencia.

Mi estómago se revuelve, trato de respirar, tengo que pensar un plan, tengo que salir de esto, así como me metí me tengo que sacar, trataba de buscar en mi mente alguna información que me ayudara, pero nada venía a mi mente.

Es caprichoso el azarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora