Híbrida

Capítulo 1

Mi nombre es Morgan Sariego tengo 17 años fui adoptada por Jonathan Sariego a la corta edad de 4 años, desde ese momento estoy completamente agradecida con él, tengo una buena familia, tengo 7 hermanos a los cuales adoptaron al mismo tiempo que a mi y de la misma edad, oh y también está Mariely esposa de Jonathan, ella es increíble y muy hermosa.

Por cierto un pequeño detalle, soy una híbrida uno de mis padres era vampiro, es lo único que sé, lo demás aún es un misterio.

Cuando cumplí 10 años, conocí a Angelo y es ahí cuando me pidió que empezara a usar una especie de máscara algo así como un bozal, pero esta no podía quitármelo para nada, al mismo tiempo me separaron de mis hermanos, ya no coincidimos en ningún momento por el castillo, así lo decidió Jonathan y lo que él dice así se hace.

En ese momento empezó el entrenamiento con Angelo en un principio era un poco tranquilo, entrenaba una hora al día, empecé con karate, defensa personal, incluso con el arco, conforme fueron pasando los años fueron cosas aún más avanzadas, más horas entrenando, más actividades físicas, a los 12 empecé con las dagas chinas, sais y dagas japonesas, dolió aprender a usarlas si que dolió, pero valió la pena igual nada que no sanara, después de un par de meses empecé con el látigo, difícil pero no imposible.

Todo esto lo hice sin quitarme la máscara , según Angelo ya nadie podía ver mi rostro, no más que mis ojos.

Ahora mismo voy a la sala de juntas que de acuerdo con Angelo, Jonathan me está esperando para decirme algo importante, no estaba muy lejos de ahí, así que no tarde mucho en llegar, estoy frente a la puerta de caoba, tomó un pequeño respiro y tomó el picaporte, doy un leve giro y empuje, al entrar no me lo puedo creer están aquí mis hermanos, al igual que yo se ve que han entrenado.

--Por los dioses, ¡¿eres tú Morgan?!-- esa es la voz de la delicada y ahora muy hermosa Enid, es la típica rubia, ojos azules muy intensos, alta y de piel blanca, aunque ahora está un poco bronceada.

El grito de la ojiazul hizo que todos los ojos se posaran en mi, cosa que no me incomodo, solo me limite a verlos a todos, no importaba mucho si sonreía o no, igual no lo notarán.

--No puede ser, pero claro que es ella ese par de ojos es inolvidable-- comentó el muy sonriente Jaim al mismo tiempo en que se levantaba caminado hacia mí con los brazos extendidos y lo que pude notar en él es que es un chico apuesto, alto, sonrisa amplia y muy blanca, ojos cafés, cabello castaño y piel apiñonada. Yo solo tuve un momento muy breve para reaccionar ya que no tardó en apretujarme en un muy fuerte abrazo.

--Bueno ya hombre déjala respirar, que me toca a mí-- al tiempo en que Jaim me soltó otros brazos ya me tenían, esto no podía seguir así, no sabía cuál de los muchachos me tenía en brazos, esto igual no duró mucho cuando escuchamos la puerta abrirse, al mismo tiempo mis pies tocaron el piso nuevamente y pude ver a Jonathan llegando a la punta de la mesa y mirarnos.

--Ya es suficiente de saludos, ya tendrán tiempo de ponerse al tanto de sus vidas-- dijo esto mirándonos a cada uno y haciendo un ademán para que todos tomáramos un lugar en la mesa, una vez acomodados empezó a hablar-- lo que hablaré en este momento es de suma importancia muchachos, ustedes son mis hijos así que los necesito a mi lado en esto-- al tiempo en que dijo eso captó toda mi atención-- necesito que los ocho sean parte de Altair-- nos miró a todos con seriedad, ser parte de los Altair es entregar prácticamente tu alma a Jonathan, hacer todo lo que pida sin rechistar, de ser lo contrario tendrías un castigo de acuerdo a tu especie muy muy doloroso, todos tenemos una debilidad. No veo porqué no decir que sí, así que...

--Me apunto, aceptó-- al momento en que terminó de decirlo Jonathan me regala una sonrisa, en la cual se pueden apreciar unos muy blancos dientes, él es un hombre lobo alpha con cientos de años, fácil medio milenio, pero eso no se nota simplemente parece un hombre de 40 años con mucha sabiduría.