【Competencia 】// YoonMin

Epílogo: Competencia.

OMNISCIENTE.

Las paredes de aquella oficina se volvían cada vez más familiares cada vez que el peli azul entraba en aquel lugar, ¿y cómo no?, ya llevaba algunos meses desde que había montado su propia empresa junto a esa persona especial que le hacía sonreír. No habían tantos trabajadores, pero no era algo de lo que se quejara, aún estaba planificando todo y para ser una nueva empresa había un número bastante considerable de empleados.

Min YoonGi había decidido ser un productor musical, rapero y a la vez manejar bien la reciente compañía; todo iba bien, tenía las esperanzas de que pronto serán reconocidos, ya que todo el arduo trabajo siempre da frutos, ¿no es así?, al menos eso era lo que pensaba él.

Park JiMin, cantante, modelo y bailarín que trabajaba en la dichosa empresa de su novio, o mejor dicho, prometido. Cada vez que recordaba eso una sonrisa boba se formaba en sus labios, y revive por todo lo que han pasado en la universidad con solo unas cuantas palabras. Todos les preguntan lo mismo "¿Cómo han durado tanto, ustedes y sus amigos?", pero JiMin nunca tenía respuesta, era muy difícil describir cuanto se amaban y era algo irónico que lo mismo ha pasado con sus amigos. TaeHyung y HoSeok se mudaron a Estados Unidos para tener nuevas oportunidades en el mundo de la música, Jin y NamJoon eran trainees para una conocida empresa de entretenimiento y todo parecía ir de maravilla, YugYeom y JungKook son muy reconocidos en la plataforma de YouTube, ya que ellos decidieron iniciar con algo simple: hacer covers, y ahora han recibido varias invitaciones mundialmente debido a su éxito en la plataforma para hacer videos. JaeBum es profesor de música en una escuela bastante prestigiosa junto con Young-Jae, amigos son amigos. Sana sorpresivamente se interesó bastante en el baile y es coreógrafa junto con su mejor amiga, Tzuyu.

Los pensamientos del rubio siempre divagaban en desorden, lo cual le hace reír un poco. Recordaba también las felicitaciones de todos sus amigos, la mayoría de estas por llamadas ya que no podían asistir debido a la ubicación, pero Park siempre les agradecía, las lágrimas no faltaron cuando el pálido soltó la dichosa pregunta. El chico de baja estatura entró a la compañía de tamaño considerable, era bastante linda; la mayoría de las paredes eran hechas de vidrio, por lo que se producía una vista hermosa hacia la ciudad. Mientras caminaba saludaba amablemente a los trabajadores y a las secretarias, tenía una muy buena relación con todos ellos. Llegó al ascensor y presionó el botón que indicaba el piso número veinte. Esperaba y tarareaba una melodía que él mismo había compuesto y para su suerte había recibido el reconocimiento merecido. Se bajó del elevador una vez que había llegado a su piso y se dirigió hacia aquella puerta que era su objetivo desde un principio. Ni siquiera se molestó en tocar, solo entró, contemplando el rostro de su lindo prometido con su ceño fruncido mientras miraba su computadora.

El chico de ojos gatunos parecía estar de mal humor y con algo de estrés, pero no era la primera vez que sucedía, Park podía lidiar muy bien con los cambios de humor de su novio, aunque eso no le quitaba la preocupación. Se acercó paulatinamente hasta donde estaba el contrario y acarició sus hebras azules, aún le ponía muy feliz de que se haya vuelto a teñir de azul, era como un pequeño recuerdo de lo que había pasado en la universidad, ya que luego de salir se había cambiado el color de su cabello a negro, a color menta y hasta se había desteñido para volver a su color original, pero finalmente se quiso quedar con el color que le recordaba a su amor.

— ¿Qué pasa con el señor gruñón?— Cuestionó juguetonamente y solo recibió un suspiro cansado por parte del mínimamente más alto.

— Mi padre me llamó.— JiMin no se esperaba esa respuesta por lo que abrió sus ojos exageradamente.

— ¿¡Qué!?— Soltó luego de procesar la información.— ¿Qué quiere?— Frunció su ceño, aún no olvidaba todo lo que le había hecho aquel hombre a YoonGi.