Batalla del Departamento de Misterios

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Tras el fallido intento de arresto a Dumbledore, Umbridge le pidió a Snape que le hiciera un caldero lleno de veritaserum para que los alumnos le revelaran la ubicación de Dumbledore y del Ejército de Dumbledore (fundado por Harry, Ron y Hermione). Sin embargo, Snape alteró la poción para que esta fallara y ninguno de los alumnos dijo nada importante. Cuando Harry fue descubierto en la chimenea de Umbridge, y está le exigió a Snape que le proporcionase una nueva dosis de Veritaserum para obligar a Harry a decir la verdad sobre con quién intentaba hablar usando su chimenea, Snape evitó obedecerla diciendo que ella ya había agotado por completo sus reservas de dicha poción al interrogar a prácticamente todos los alumnos de Hogwarts, y que tardaría por lo menos un mes en preparar una nueva dosis. Umbridge, enfurecida al ver que Snape no le era útil, le ordenó salir del despacho. Ante eso, Harry le gritó a Snape "tiene a Canuto", esperando que este informara a la Orden. Snape supo la verdad desde el principio: Harry había tenido una visión falsa que Voldemort le envió, en la que veía como torturaba a su padrino. Sin embargo, mantuvo su caracter de siempre y evitó mirar a Harry.

Cuando Harry y Hermione se llevaron a Umbridge al Bosque Prohibido para que los Centauros y el gigante Grawp la atacaran, Snape informó a la Orden y a Sirius y se marchó al bosque a rescatar a Harry, pero llegó tarde y los seis miembros del Ejército de Dumbledore huyeron al Departamento de Misterios. Sirius cayó en batalla, y muchos Mortífagos acabaron en Azkaban, entre ellos Lucius Malfoy. Por otro lado, el Ministerio ya supo del regreso de Voldemort, y la segunda guerra, había comenzado.

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