Los ataques

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En la fiesta de Halloween, la gata de Argus Filch, el celador, fue descubierta petrificada en el tercer piso, donde habían dejado un mensaje sobre la apertura de la Cámara de los Secretos: "la Cámara de los Secretos ha sido abierta, enemigos del heredero de Slytherin, temed". Snape sabía desde un principio que el heredero no podía ser Harry Potter, ya que todos lo habían sorprendido con Ron y Hermione frente al muro pintado, y lo defendió ante el profesor, aunque luego sugirió que le quitaran su lugar en el Equipo de Quidditch de Gryffindor, ya que no estaba siendo "del todo sincero". Sin embargo, McGonagall y Dumbledore se negaron. Dumbledore pensó que podrían hacer una poción de Mandrágoras para revivir a la gata. Lockhart se ofreció a hacerla, pero Snape intervino, diciendo que el profesor de pociones allí era él.

Comenzó a haber ataques entre los estudiantes, empezando con el nacido de muggles Colin Creevey. Gilderoy Lockhart formó un Club de Duelo en Hogwarts para enseñar a los estudiantes a hacer frente a los atacantes, recibiendo la ayuda de Snape. Snape muy facilmente desarmó a Lockhart, que velozmente declaró que todo fue a propósito. Snape hizo que Harry formara grupo con Draco Malfoy, hijo de Lucius, y a Hermione con Millicent Bulstrode. Malfoy hizo aparecer una serpiente para que atacara a Harry. Snape y Lockhart hicieron desaparecer la serpiente rápidamente, aunque para entonces todos vieron a Harry hablar pársel para deshacerse de la víbora y que esta no atacara al nacido de muggles Justin Finch-Fletchley, más tarde petrificado.

Harry, Ron y Hermione pensaban que el heredero de Slytherin debía ser Malfoy, ya que desde el inicio se jactaba de que toda su familia estuvo en la casa de Slytherin. Hermione decidió que prepararían una poción multijugos para infiltrarse en la Sala Común de Slytherin y sacarle información a Malfoy. Para conseguir los ingredientes necesarios, Hermione debía robar del armario privado de Snape. Como este sin duda no les daría los ingredientes, trazaron un plan que consistía en hacer estallar una poción infladora hecha por Gregory Goyle y que, mientras todos quedaban heridos por la misma y Snape debiera curarlos, Hermione robaría los ingredientes. Snape sospechó desde el inicio de Harry, pero no dijo absolutamente nada.

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