CAPÍTULO DOS

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CIUDAD DE LOS MUERTOS 



A Ray el ataque la había tomado completamente desprevenida, ya que no se encontraba precisamente en el campamento sino un poco alejada, más bien donde estaba el arroyo, mientras tranquilamente tarareaba fregando los trastos sucios.

Lo primero que llamó su atención fue el griterío a lo lejos y cuando se levantó —alarmada por el bullicio—, se encontró de frente con un vampiro.

A decir verdad, Ray nunca había visto a uno, pero se dio cuenta de lo que era por los colmillos que asomaban de su boca y la sangre en su barbilla, además de sus manos con grandes garras, capaz de destrozar la piel sin mucho esfuerzo.

Sabía lo que esta bestia podía hacerle, por lo que comenzó a retroceder lentamente con miedo, intentando no caer presa del pánico. Sin embargo no fue mucho lo que pudo hacer, cuando alguien la tomó por los hombros haciendo que la respiración se le atasque en la garganta.

—Hola dulzura... —murmuró una voz, que a sus oídos sonó melodiosa.

El miedo embargó cada poro de su piel, imaginando lo que podría suceder a continuación.

Trago saliva con dificultad y no le pasó por alto, como el vampiro que tenia adelante siguió el movimiento que se produjo en su garganta.

Comenzó a sopesar sus opciones: ¿Por donde demonios escaparía? Si estos se encontraban allí, sabría que había más en el campamento, por lo tanto no se preocuparían por ella.

Sus probabilidades no eran muchas a decir verdad, pensó con amargura.

Sopesó la idea de que tal vez podría nadar arroyo abajo, sin embargo descartó eso cuando el vampiro detrás suyo hablo:

—No funcionara ricura —susurró en su oído —, con tu peso, lo más probable es que las corrientes termines ahogándote.

—¿Asique es mejor dejar que me maten ustedes sin oponer resistencia? —preguntó con la voz un poco ronca por el miedo.

—Si —respondió con simpleza el que tenia delante, que a pasos desinteresados comenzó a avanzar hacia donde Ray se encontraba.

Quien la tenia tomada por los hombros la obligó a avanzar, haciendo que ella comience a removerse con desesperación, chapoteando en el agua e intentando inútilmente evitar lo que estaba por suceder a continuación.

Sabía que suplicar no la ayudaría, aquellas cosas no hacían más que divertir a los vampiros, sin embargo necesitaba ganar tiempo, cualquier cosa que pueda ayudarle a aguantar un poco más viva.

—Nada va a salvarte dulzura, nadie vendrá a tu rescate y entre más te resistas, peor será.

Quiso darse una patada mental al darse cuenta de que cada cosa que pensaba, ellos podían saberla, teniendo en cuenta que podían invadir sus pensamientos.

El primer pinchazo en su cuello la hizo soltar un alarido de dolor, haciendo que comience a moverse con desesperación, sin embargo el vampiro detrás suyo la tenía tomada con fuerza por su cintura, impidiendo que se remueva de su agarre, mientras veía la sonrisa siniestra del vampiro que había terminado de acercarse y estaba por atacar el lado derecho de su cuello.

Un manchón blanco se lanzó sobre éste último antes de que llegara a Ray, haciendo que ambos salgan disparados. Cayeron al agua mientras las garras y dientes del lobo se clavaban en el cuello del vampiro, arrancando su cabeza de cuajo casi con facilidad.

Quien sorbía su sangre la empujo lejos, haciéndola caer sobre la húmeda tierra, mientras ella se llevaba la mano al cuello intentando detener la hemorragia.

Mundos Ocultos [Gaia 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora