CAPÍTULO SEIS

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SACRIFICIOS







Hacía ya medio día que habían salido del valle muerto; Belial dejaba leves caricias en el lomo de Ares, su caballo, mientras recordaba las palabras que le había dicho Missandei antes de partir.

Tiempos oscuros se acercan Belial, ¿crees estar a la altura para enfrentarlos? —había dicho parándose a su lado, sin siquiera mirarlo.

—¿Qué quieres decir? —había respondido él.

—Que en el caso que decidas tener al Serafine de enemigo, perderás más cosas de las que siquiera imaginas.

—No necesito tus consejos, bruja —respondió él, apartando la mirada.

—Solo estas enojado por saber que no fuiste tú quien lo salvó —comenzó diciendo ella con malicia —, solo te odias a ti mismo por haber tomado la decisión de dejarlo morir, antes que deberme un favor a mi y a los míos.

—No sabes de que estas hablando —siseó él, furioso.

—¿No? —preguntó ella con burla. —Keera sabÍa que nada más atravesar los límites del valle, yo iba a matarla, no sin antes pagar mi deuda, claro, pero le haría pagar por la muerte de Nafira. Era mi hija a quien mató y siquiera pestañeó cuando atravesó los límites, sin embargo, ¿qué hiciste tú? Sabías que estábamos aquí, sin embargo tu ambición y egoísmo no te permitieron venir a nuestra ayuda.

—No tienes idea de lo que estás hablando —volvió a decir Belial, comenzando a perder un poco la paciencia.

—Nuestro tiempo está terminando, Belial —dijo ella, clavando la mirada donde Archie y Ness se encontraban juntos —. La oscuridad está llegando y solo resta esperar a que las profecías se cumplan.

—¿Qué profecías? —preguntó él, de pronto interesado.

—Todas aquellas leyendas y terrores que nos contaban de chicos y nosotros ignoramos, eran ciertas Belial. Toda la verdad estuvo siempre frente a nosotros y ahora es demasiado tarde.

Antes de que el alfa pudiera responder, la bruja avanzó hasta posicionarse donde se encontraban los niños hablando y acariciando a una de las aves típicas de allí, dejándolo con cientos de preguntas que aún quería hacerle.

Belial se había quedado pensando en todas las palabras que había dicho Missandei y en la verdad que ellas escondían. Tenía razón, él no quería deberles un favor, así eso matara a su hermano, aferrándose a las falsas esperanzas de que tal vez Mirei llegaría a tiempo y si no hubiese sido por Keera...

—¿Como esto te hace mejor que ella, Belial? —se preguntó para sus adentros.

De todas maneras sacudió la cabeza, alejando aquellos pensamientos de su mente que no lo ayudarían en nada.

No podía confiar en Keera por más que quisiera, volver a abrirse a ella sería ponerse a toda su corte en contra. Suficiente con las noticias que había recibido de Hervás, de parte de Jorgen, pidiendo tener una audiencia con ella para ser juzgada por sus crímenes. Sabía que la condenarían a muerte, que en aquella corte no tendría siquiera una oportunidad.

La guardia había matado a su primogénito, ¿cómo es que Keera había soportado estar allí? De todas maneras no sabía muy bien por que se sorprendía, ella había matado a más gente de la que siquiera podía pensar, toda una vida de masacres.

Mundos Ocultos [Gaia 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora