REENCUENTROS
Keera estaba sentada en una incómoda silla de madera, Archie por su parte estaba a su lado mientras tenia la cabeza apoyada en sus piernas y dormitaba tranquilamente, preso del cansancio, mientras ella dejaba leves masajes en su espeso cabello negro parecido al de Belial.
—Belial —pensó para sus adentros, mientras una especie de furia surgía en su interior.
Ahora que todo había pasado, no podía evitar sentirse molesta; la mentira que había usado metiendo a Edwin en el medio solo para lastimarla, no era algo que pudiera perdonar con facilidad, aunque estaba muy segura de que el alfa no es como si fuese a buscar su perdón.
Después de lo que había pasado en los límites del valle muerto, todo el aquelarre de brujos se habían mostrado casi sumisos, ofreciéndoles estadía, comida y cualquier cosa que pidieran con tal de que dejen que hablen con la niña.
Keera no había tenido la oportunidad de advertirle a Missandei que si les tocaba un solo cabello de más a cualquier de ellos, la cortaría en pedacitos, ya que Ness se había descompensado y necesitaba ayuda con un poco de urgencia, por lo que negando las advertencias que largaba Belial a lo lejos, volvió a cruzar los límites con la niña en brazos y Edwin y Archie siguiéndola, obligándolo a atravesar aquellos límites también.
La bruja en persona se había encargado de atender a la niña y darle a su amigo hierbas medicinales para que recuperara sus fuerzas. En ningún momento Keera se había apartado de su lado, mirando todo con atención al igual que Archie.
Así habían ya pasado algunas horas, con el niño cayendo rendido y ella mirando todo con ojos atentos.
—Necesitas descansar también —murmuró Edwin todavía con los ojos cerrados, sacándole una sonrisa a Keera.
—Estoy bien —se limitó a responder, restándole importancia.
—No, no lo estás —terminó diciendo él con un suspiro mientras abría los ojos lentamente, hinchados por las horas de sueño —, pasaste por muchas cosas también Keera, mereces un descanso.
—Ya habrá tiempo de descansar —fue todo lo que respondió, encogiéndose de hombros.
Ness se removió con pereza mientras estiraba sus brazos y —sorprendiendo tanto a Keera como a Edwin— Archie abrió los ojos y los clavó en la niña como si de un imán se tratara.
—¿Cómo te sientes? —preguntó Keera, acercándose a su cama.
—¿Dónde estamos? —preguntó ella de regreso alarmada, mirando a su alrededor.
—Estamos a salvo —respondió Keera apartando los mechones de su rostro—, no tienes nada que temer ahora.
La niña se limitó a asentir mientras miraba a su amigo y luego —clavando sus ojos en Edwin —murmuró: —Te tiras gases mientras duerme.
Keera se atragantó con su propia saliva comenzando a toser, con una mezcla de asombro y risa ahogada mientras Edwin —por su parte— negaba con la cabeza, mientras un sonrojo se expandía por sus mejillas.
—¡Eso no es cierto! —se defendió indignado —. Yo no me tiro gases, ¿verdad Keera? —terminó diciendo mientras clavaba sus ojos en ella.
Por su parte Keera, largo una carcajada que le supo a gloria, haciendo que todos sus músculos se tensen mientras su sonrisa comenzaba a contagiar al resto, que comenzaron a unirse a las sonoras carcajadas que salían de ella, tanto que lágrimas caían por sus mejillas.
El momento pareció romperse de repente, cuando el alfa atravesó la entrada con el ceño fruncido, haciendo que automáticamente el ambiente se enfríe y un espeso silencio se funda a su alrededor.
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Mundos Ocultos [Gaia 2]
FantasyLuego de que la verdadera identidad de Keera fuera descubierta su vida cambia radicalmente. Pasando a ser la nueva prisionera de Belial, nuestra protagonista deberá enfrentarse a nuevos retos y de una vez por todas, hacerle frente a su pasado que -a...