EMERGE
Belial volvió al campamento sintiendose victorioso, habían logrado vencer a ese pequeño ejército de Abbadon, a decir verdad, no eran más que exploradores y no sabía qué era lo que habían visto los espías que había mandado Alec, pero cuando llegaron y atacaron por sorpresa, no se encontraron con más que aquellos espectros fáciles de vencer.
Tal fue su sorpresa, cuando llegaron al punto de encuentro con el resto —donde debía estar la manada esperando— y no había rastros de nadie, así como tampoco podía distinguirse siquiera un olor que diera indicio de que habían pasado por allí y seguido de largo.
Sus ojos se encontraron un segundo con los de Alec, antes de que su cuerpo se transformara en lobo y comenzara a correr hacia donde sea que estuviera la manada.
Le tomó solo un par de minutos orientarse, respirar hondo y sentir el aroma de los suyos y no tardó más que un par de horas en llegar hacia donde todos se encontraban, prácticamente a mitad de donde realmente tendrían que estar luego de una semana de caminata, que era el tiempo desde que se había marchado.
Aquello no era buena señal, lo supo en todo momento. Se lo decían las caras largas de todos allí, los susurros en voz baja, en un vago intento de no ser ellos quienes tuvieran que dar las malas noticias.
No se molestó en ponerse una remera, se limitó a ponerse un pantalón luego de salir de una de las tiendas que habían armadas y fue directo hacia donde se encontraba Aren. Antes siquiera de verlo venir, la muchacha de ojos negros —Ray— se lanzó encima suyo, golpeando su pecho con sus pequeñas manos hechas puño.
—¡Esto es tu culpa! —le gritó, su rostro cargado de odio —¡Tú dejaste que se la lleven!
—¿Que? —preguntó Belial confundido.
—Detente Ray —murmuró Aren, tomando a la muchacha por la cintura para apartarla y al alfa no le pasó desapercibido la familiaridad de aquel contacto.
—Él dejó que se la llevaran... —sollozó la muchacha —. ¿Tienes acaso idea de lo que van a hacerle?
—Llévala —murmuró Aren a una de las lobas que estaba cerca y ella no opuso resistencia cuando la tomaron del brazo y la apartaron.
Aren le hizo una seña a Belial para que volviera a ingresar a la tienda, así tener un poco más de privacidad.
Estaba tomando todo de Belial no volverse loco. Sabía que ni su hermano ni su cachorro estaban allí, su olor no estaba por ningún lado, al igual que la falta de olor de ella.
Keera...
A eso se refería Ray, se habían llevado a Keera, seguramente había sido la guardia.
—¿Qué demonios pasó? —preguntó, intentando contener su ira, al momento en que Alec entró a la tienda con una expresión igual de confundida que la de Belial.
—No lo sé —se limitó a responder Aren.
—¿Como que no lo sabes?
—No sabemos qué fue lo que pasó —comenzó diciendo Aren, viéndose contrariado. —Íbamos de camino, evitando las profundidades del bosque cuando la tierra se sacudió.
—¿Cómo que se sacudió? —preguntó el alfa. —¿Dónde demonios está mi hermano y mi cachorro?
—No lo sabemos —volvió a decir Aren —, cuando la tierra sacudió e intentamos llegar a ellos, había un campo de fuerza rodeándolos.
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Mundos Ocultos [Gaia 2]
FantasiaLuego de que la verdadera identidad de Keera fuera descubierta su vida cambia radicalmente. Pasando a ser la nueva prisionera de Belial, nuestra protagonista deberá enfrentarse a nuevos retos y de una vez por todas, hacerle frente a su pasado que -a...