6 - El Aburrimiento

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Mientras equipos de búsqueda recorrían campos y montañas en busca de sus padres, su tía Elena fue a vivir a su casa. Era la hermana mayor de su madre, pero no se parecían en nada. Elena encontraba en todo algún tipo de sufrimiento. Vestía trajes oscuros con hombreras anchas que le daban a su figura un aire militar. Era excesivamente precavida y acostumbraba salir con paraguas aun en días radiantes, porque...

_Siempre debemos estar preparados para lo peor.

Tenía sus propias ideas de educación, que aplicaba con Iván. Era especialmente insistente con el estudio. Si Iván decía que se aburría, ella aprovechaba para explicar:

_El aburrimiento es una parte esencial del estudio. La función del estudio consiste en prepararnos para el aburrimiento. A medida que crecemos, la vida es más tediosa y más llena de momentos muertos. Un poco de aburrimiento todos los días nos prepara para la vida adulta: días, semanas, meses y años, en los que no nos ocurrirá nada interesante.

Iván no era mal estudiante; pero a partir de la carrera de globos sintió que todas las materias estaban escritas en un idioma que no entendía. Ni los números, ni las letras ni los dibujos. Las páginas de todas las materias, los pizarrones abarrotados de operaciones matemáticas y fechas históricas y poesías para aprender de memoria se confundían en un solo libro de páginas grises.

Cuanto más aumentaba su desinterés, más insistía Elena:

_Donde aparece el aburrimiento, ahí está la verdad. Es como ese instante en que el subterráneo se detiene entre dos estaciones, y la gente se queda mirándose un largo rato, sin nada que pensar. El aburrimiento nos dice la verdad, sobre todo.

Nunca hablaba con Iván sobre el globo perdido, pero siempre estaba escuchando la radio, en busca de noticias. A veces, en mitad de la noche, Iván descubría a su tía tratando de sintonizar en un aparato de radio de onda corta transmisiones de otros países, de las que solo de tanto en tanto se distinguía alguna palabra, en un mar de interferencias. Las revistas de navegación en globo a la que se habían suscrito sus padres seguían llegando a la casa, y su tía les consultaba en secreto, con la esperanza de encontrar alguna noticia.

Iván no le echaba la culpa a la tormenta sino a las nubes. Le parecían que eran ellas las que tenían el poder de borrar a las personas y las cosas, hasta no dejar más que alguna marca. Y la última marca que habían dejado sus padres era él.

Y a veces, en la cama, muy tarde, mientras sutía se entregaba a la música estridente de las interferencias, Iván se preguntabasi su madre había llegado a leer la carta en la que él se disculpaba, o sihabía desaparecido del mundo sin haberse reconciliado con él. Y esto, aunqueera tan pequeño dentro de la tragedia, le parecía aún más grande que latragedia misma

Mientras equipos de búsqueda recorrían campos y montañas en busca de sus padres, su tía Elena fue a vivir a su casa. Era la hermana mayor de su madre, pero no se parecían en nada. Elena encontraba en todo algún tipo de sufrimiento. Vestía trajes oscuros con hombreras anchas que le daban a su figura un aire militar. Era excesivamente precavida y acostumbraba salir con paraguas aun en días radiantes, porque...

_Siempre debemos estar preparados para lo peor.

Tenía sus propias ideas de educación, que aplicaba con Iván. Era especialmente insistente con el estudio. Si Iván decía que se aburría, ella aprovechaba para explicar:

_El aburrimiento es una parte esencial del estudio. La función del estudio consiste en prepararnos para el aburrimiento. A medida que crecemos, la vida es más tediosa y más llena de momentos muertos. Un poco de aburrimiento todos los días nos prepara para la vida adulta: días, semanas, meses y años, en los que no nos ocurrirá nada interesante.

Iván no era mal estudiante; pero a partir de la carrera de globos sintió que todas las materias estaban escritas en un idioma que no entendía. Ni los números, ni las letras ni los dibujos. Las páginas de todas las materias, los pizarrones abarrotados de operaciones matemáticas y fechas históricas y poesías para aprender de memoria se confundían en un solo libro de páginas grises.

Cuanto más aumentaba su desinterés, más insistía Elena:

_Donde aparece el aburrimiento, ahí está la verdad. Es como ese instante en que el subterráneo se detiene entre dos estaciones, y la gente se queda mirándose un largo rato, sin nada que pensar. El aburrimiento nos dice la verdad, sobre todo.

Nunca hablaba con Iván sobre el globo perdido, pero siempre estaba escuchando la radio, en busca de noticias. A veces, en mitad de la noche, Iván descubría a su tía tratando de sintonizar en un aparato de radio de onda corta transmisiones de otros países, de las que solo de tanto en tanto se distinguía alguna palabra, en un mar de interferencias. Las revistas de navegación en globo a la que se habían suscrito sus padres seguían llegando a la casa, y su tía les consultaba en secreto, con la esperanza de encontrar alguna noticia.

Iván no le echaba la culpa a la tormenta sino a las nubes. Le parecían que eran ellas las que tenían el poder de borrar a las personas y las cosas, hasta no dejar más que alguna marca. Y la última marca que habían dejado sus padres era él.

Y a veces, en la cama, muy tarde, mientras sutía se entregaba a la música estridente de las interferencias, Iván se preguntabasi su madre había llegado a leer la carta en la que él se disculpaba, o sihabía desaparecido del mundo sin haberse reconciliado con él. Y esto, aunqueera tan pequeño dentro de la tragedia, le parecía aún más grande que latragedia misma

El Inventor De Juegos (Libro 1/Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora