44 - Otro Tiro De Dados [Final]

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Quien haya visto algún modelo de El juego de Iván Dragó (así se llamó finalmente) observará que no está fabricado por la Compañía de los Juegos Profundos. Una leyenda en su base dice Hecho en Zyl. Después de ese juego se hicieron otros, y algunos talleres abandonados volvieron a funcionar, y las cajas con la nueva versión del Cerebro mágico se amontonaron de nuevo en los vagones de carga. Gracias a El juego de Iván Dragó, la ciudad renació. El juego cuenta solo una parte de la historia: termina con la partida del globo, pero nada dice de cómo se enganchó en la veleta de una casa, a poco de salir del Parque Profundo. Nada del viaje de Iván hasta la estación de Zyl, ni de su llegada al amanecer, cuando solo las despintadas figuras de madera salieron a recibirlo. Nada de su lento paseo hasta el museo con el talismán en su bolsillo. Entró por una ventana, sin hacer ruido, para no despertar a Zelmar Cannobio. Tuvo que hacer presión para que la pieza encajara en su lugar. Ahora el rompecabezas estaba completo, y el tatuaje en su mano ya no era la marca de lo que faltaba, sino la señal de lo que había logrado. Pero ¿dónde termina exactamente El juego de Iván Dragó? Las reglas no están del todo claras y muchos jugadores siguen la partida aún más allá de esa última casilla. A veces pierden el globo en medio de discusiones: sube y sube y no lo recuperan; en vano lo persiguen mientras se lo tragan las nubes o la noche. Otros, los más exquisitos, dicen que el juego que importa no es el del tablero ilustrado sino el primero, el del concurso, la página vacía que cada uno completa con su dibujo, sus planes o sus sueños. Dicen que el verdadero juego es esa página en blanco. Las conversaciones sobre el juego son más largas que el juego, y solo se termina a la madrugada. Tiremos los dados otra vez.

El Inventor De Juegos (Libro 1/Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora