—Sabía que lo tenía ganado desde que el dragón azul enredó su cola en uno de esos árboles. —comenta Yeth mientras acaricia suavemente a uno de los bisontes.
Por supuesto, estos han resultado vencedores.
— ¿Deberíamos hacer algo por ellos? —pregunta Karell, viendo a los maestros fuego aún derribados. Terek, Vajir y Jesir desaparecieron hace un rato sin ser vistos.
—No me agrada la idea de dejar cuerpos golpeados a la merced de la noche, pero no vinimos a cuidar de crueles agresores. —dice Kudo, asegurándose de sonar bien rudo. —Debemos continuar nuestro viaje y escalar antes de que anochezca del todo.
Si lo que Kudo buscaba era lograr que todos entendieran el mensaje y no dudaran en aceptar que era lo correcto, lo logró por completo.
El grupo estaba listo para volver a hacer la escalada que ya había hecho, cuando un grito les puso alerta. Resultó ser el propio Yeth, que de pronto se hallaba en lo alto de la cabeza de uno de los bisontes, el cual al parecer lo había llevado hasta ahí de un solo movimiento. Sujetándose de sus cuernos y de su pelaje, Yeth se queda anonadado.
—Hey chicos, ¡mírenme! —oyen a Yaki, girándose hacia ella y viéndola de repente en el pequeño lomo del que parece ser un bisonte bebé. —Creo que le agrado...
—Han traído a sus crías desde las cuevas. —dice Kori, viendo a un par más a lo lejos junto a la que ha de ser su madre. —Confían en nosotros.
—Tal parece que somos de esos pocos que vivirán para contar todo esto. —dice Kudo, en referencia a lo dicho por Patic con anterioridad, lo cual era cierto.
Los bisontes voladores no solían ser amigables con cualquiera.
—Y esto es un planeador. —oyen entonces a Taiki, quien despliega las aletas de su invento y fascina a un grupo de dos bisontes bebé y un bisonte mayor.
—Taiki, deberías enseñarles cómo vuelas. —Le propone Yaki sonriente.
—Eso no es bueno. Te verían como una amenaza. —Le dice Karell, pero parece ser la única que piensa así, pues rápidamente todos pasan a apoyar al joven a volar.
Con la severa mirada de su madre aflojándose poco a poco, Taiki termina por llevarse su "planeador" a su espalda y entonces da un salto hacia el cielo, allí donde comienza a mecerse entre las corrientes de viento y a dar círculos a una altura media.
Alzándose para acompañarle, un par de los bisontes bebé le siguen emocionados, y Karell termina por encontrarse vigilándoles junto a una de los bisontes, el cual parece ser madre de las pequeñas criaturas. El parecido es un tanto extraño, pero lindo.
—Yaki, ¿es tu nuevo amigo? —Le pregunta Kudo a la pequeña.
— ¡Yip!
—Jaja, me alegro, pero recuerda que es "sí", o bueno, "sip" si prefieres.
—Lo sé señor Kudo, pero me gusta el Yip. —comenta Yaki, acariciando un poco más al bebé bajo ella. — ¡Yip, Yip, Yip, Yip! —exclama llena de alegría.
De pronto y de forma totalmente inesperada, el pequeño bebé azota su cola contra el suelo y se eleva en lo alto del cielo, llevándose consigo a la pequeña Yaki. De inmediato Kudo, Kori y Karell se espantan, pero entonces otro bisonte despega sus pies del césped y este se va con Yeth y Patic compartiendo lugar en lo alto de su cabeza.
— ¿Pero cómo es que les ordenaron volar? —pregunta Kori, maravillada.
— ¡Solo repetimos lo que Yaki dijo! ¡Yip, Yip! ¡Yip, Yip! —grita Yeth, riendo en lo que se elevan cada vez más y pierden en lo alto junto a Taiki y el resto de los bisontes.
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LEYENDAS AVATAR
FanfictionDescubre qué hizo tan grande al Avatar y a las Cuatro Naciones. Conoce aquí las leyendas de Taiki, Neimeth, Isek y Jakob, los primeros 4 avatares post Wan. © Todos los derechos de las culturas y el mundo en el que se habita pertenecen a Michael Dant...