Apenas levantarse, Neimeth alza la mirada y debe frotarse un poco los ojos antes de ver hacia lo alto de la colina que vio hace un momento, la cual ya no está vacía.
Un individuo envuelto en un traje anaranjado y amarillo le ve desde allí. Por el cabello sobre su cabeza descarta que sea Taiki, además de que se siente bastante despierta.
No sabe muy bien cómo, pero de un momento al otro estaba meditando y hablando con un espíritu, o un alma... no está segura. Su cuerpo se controló por sí mismo, como si supiese lo que se debía hacer. Como si hubiese hecho aquello mil veces antes.
El individuo llevaba consigo una vara de madera y se venía acercando. Neimeth no sabía muy bien qué hacer, dado que su encuentro con aquel señor no fue de lo más claro. Lo que sí sabe es que este chico era su aprendiz, o algo así, y supuestamente él sabía quién era ella, lo cual es raro y sospechoso. ¿Cómo podría saberlo? La mochila que traía sujeta en su espalda baja le indicaba que era un gran viajero.
Finalmente el joven, de unos 24 o 25 años, estuvo lo suficientemente cerca...
— ¡Hola, soy Alec! —dice, alzando una mano y agitándola un poco.
—Me presentaría, pero al parecer ya sabes quién soy. —dice ella con desdén.
— ¡Oh, cierto! —dice, haciendo una pose extraña con su vara en frente y cumpliendo con una reverencia. —Mis disculpas, Avatar Neimeth.
Esperen, ¿QUÉ?
La cara de Neimeth lo contaba todo.
Antes de decir o pensar cualquier cosa, Neimeth se dio cuenta de que ya había visto el nombre de aquel señor en algún sitio. Los libros de Aku. Taiki. Avatar Taiki.
Pero... pero...
—Luce confundida, Avatar Neimeth, y lo entiendo. Ha de ser muy fuerte, pero he visto que es una maestra agua muy talentosa. Seguro que el resto de los elementos serán pan comido apenas se ponga con ellos. —Le dice el tal Alec, con Neimeth no sabiendo muy bien qué decir o hacer. —Puf, es cierto lo que decían con respecto al frío...
En lo que Alec se frota sus manos y suelta respiros hondos sobre ellas, Neimeth se da media vuelta y da un par de pasos hacia el lago, allí donde lo pudo recordar y lo pudo suponer, pero no lo hizo. No lo discutiría, pues es que tenía todo el sentido.
Era ella...
El Avatar.
—Momento. —dice entonces, girándose hacia el Alec congelado. — ¿Cómo que has visto que soy una maestra agua talentosa? ¿Me has estado espiando estos años?
—Oh no, no, Avatar Neimeth. Los maestros del viento respetamos mucho la privacidad individual y todo ello que tienen aquí en las otras naciones... —Le dice Alec, con la joven frente a él sin acostumbrarse al cómo le llama. —Aunque bueno, sí que invadí un poco su... eh, privacidad. Q-quiero decir, no la he estado espiando, y a la vez sí.
—Taiki dijo que tú sabrías quién era, pero no dijo cómo. —dice Neimeth, dando un par de pasos hacia atrás y rozando sus talones con el borde del lago. —Habla.
—Mi nombre, como ya sabes, es Alec. —dice en un tono animado del cual Neimeth no es muy fanática. —Fui aprendiz en las montañas del Norte del gran y ya fallecido lamentablemente, Avatar Taiki. Fui el mejor entre sus acólitos y el que más rápido se convirtió en maestro aire completo. A los 7 años, exactamente. Un año antes de...
Por un momento Alec se detiene, pero tras respirar hondo alza de nuevo la mirada.
—Avatar Taiki fue como un padre para mí. Y bueno, para el resto de los niños también, pero... conmigo el lazo era especial. Me enseñó todo lo que supo y estuve con él en sus últimos momentos. Me encomendó la tarea de buscar, guiar y proteger a su sucesor.
ESTÁS LEYENDO
LEYENDAS AVATAR
FanfictionDescubre qué hizo tan grande al Avatar y a las Cuatro Naciones. Conoce aquí las leyendas de Taiki, Neimeth, Isek y Jakob, los primeros 4 avatares post Wan. © Todos los derechos de las culturas y el mundo en el que se habita pertenecen a Michael Dant...