2- Misericordia

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"En aquel entonces el Polo Norte no era lo que es hoy.

Había una llamada 'Tribu Agua', pero no eran nada más que las familias más poderosas, que se habían unido en los tiempos del Avatar Wan y habían prosperado en la península más cercana al Gran Continente que hoy en día es el Reino Tierra.

La gran nación que conocemos hoy, y de la cual se desprendió más tarde nuestra propia tribu aquí en el Sur, estaba lejos de ser una realidad. Había tribus por doquier y las cosas se volvían más siniestras cuando ibas más hacia el Norte.

Era en el sector de las montañas y valles nevados donde predominaban cuatro poderosas tribus: los Mayarth, los Dorak, los Yutek y los Aiskrim. Por largo tiempo los Mayarth habían sido los más extendidos en el territorio, sin embargo en las últimas décadas, ante falta de fuertes maestros agua que sucedieran a Kezek Mayarth, las cosas se fueron deteriorando y los Dorak se habían aprovechado de ello..."


   —Pero no estamos en condiciones de perder a nuestro líder. Ella no está lista. —oye Neimeth una voz masculina provenir del comedor. Se trata de su tío Kam.

   Kam es el primogénito del gran jefe Kezek, y se supone que en los últimos meses ha estado codirigiendo los negocios, cacerías y atendiendo las necesidades de sus leales, pero poco se confía por aquellas tierras de un guerrero que no es maestro agua.

   Y si este guerrero era un maestro agua pero por desafiar a los espíritus fue privado de sus poderes, se confía menos en él. Nada, incluso. Ese era el caso de Kam.

   Más allá de haber perdido sus poderes, Kam dio a luz a un niño maestro agua, Mukt... quien murió en su primera cacería ante una manada de lobos, tan solo con 4 años. Aquel fue un duro golpe y el comienzo de la mala suerte para la descendencia Mayarth.

   — ¿Cómo viste a sir Koda y a los suyos? ¿Crees que aceptarán suprimirnos la deuda? —oye Neimeth a Yen, su tía por sangre y madre de corazón.

   Kezek tuvo cuatro hijos: Kam, Yen, Oq y Junin. En su día eran el clan más poderoso e influyente, pero poco a poco fueron decayendo hasta lo que son hoy.

   —Una miseria. —dice Kam, escupiendo al piso congelado. —Mi amada Koth fue conmigo y vio exactamente lo mismo que yo. Sir Koda tiene el cerebro lavado por su inútil hijo mayor. Yo estaba ahí y no le importó decirlo. "¿Qué clase de líderes tribales tienen deudas con su propia gente?" Quise matarlo al instante.

   —Debiste hacerlo. Así Koda hubiese entrado en razón. —Le dice Yen, para sorpresa de Neimeth. —Muchos nos están perdiendo el miedo... Debemos actuar.

   —Neimeth es la clave. —dice Kam, con la misma alzando la mirada desde sus rodillas y sentándose en la posición de loto sobre su cama. —Oq me ha estado enviando cartas. Quiere que su primogénito, Untik, tenga chances de ser el líder...

   —Pero si Untik apenas sabe alzar una espada, y eso que tiene 27 inviernos sobre su espalda. —contesta Yen en modo despectivo. —No me gusta que Neimeth, con sus 15 años, tenga que pasar por todo esto... pero es la única maestra agua en la familia, y es tan talentosa... Si Mustaf siguiera con nosotros, juntos serían imbatibles.

   —Ni lo menciones o atraerás mala suerte. —dice Kam, volviendo a escupir al piso.

   —Entonces, ¿cuál es el plan? Si sir Koda hace caso a su hijo mayor, perderemos casi dos tercios de nuestro arsenal. ¿Y qué si se alían con los Dorak?

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