36. CALMA

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La adrenalina recorría el cuerpo de Raizel como ráfagas indomables, cada partícula eléctrica hacía latir su corazón con emoción. Estar al lado de Dimitri y los demás le hizo sonreír, ahora jugaría ya no sería una espectadora como cuando veía los juegos en las fuentes digitales. Su emoción la dominó. Sin darse cuenta ya se encontraba en el pasillo. Cuando abandonaron el salón Dimitri fue el primero en alejarse, luego Raizel recordó por qué. Él abrió la tercera puerta donde se encontraba Zed, se habían demoraron en salir.

—¿Que estamos esperando? —Cuestionó Nait jugueteando con una moneda de Chrystal antigua.

—Zed está ahí a dentro —señaló Raizel inclinando un poco la cabeza.

—El mortal tiene sus horas contados.

—¡Chitttt! ¡Cállate Tairy! alguien podría escucharte. —Nait le dirigió una mirada de advertencia.

—Solo digo la verdad, él no me agrada. Espero que disfrute su último día aquí. Es una pena que solo sea un espectador más—Farfulló Tairy con leve ironía.

—Tampoco me agrada ese sujeto —expuso Luka cruzándose de brazos.

La puerta se abrió. Dimitri salió primero y Zed detrás.

—¡Vamos! —dijo Dimitri moviendo la cabeza hacia la puerta.

Nait fue el primero en caminar a lado de Dimitri, cuando Tairy se les unió se vio un poco nerviosa. Raizel iba a decirle algo a Zed, pero no pudo, el parecía distraído y serio. Ella decidió acercarse a Luka, de pronto el pasillo dejó sentir susurros suaves del viento y su desolación provocó una sensación rara, al salir en el patio principal ella sintió un frio sobrecogedor, no quedaba rastro de ningún estudiante. ¿Dónde se había metido todo mundo? Dimitri se adelantó de nuevo desapareciendo en el segundo pasillo de la izquierda.

Cuando se quedaron solos, nadie dijo nada por unos segundos.

—Vayamos a divertirnos, nos queda tiempo. —Propuso Nait.

—Es lo menos que podemos hacer —dijo Luka—, hace tiempo que no vengo a visitar el reino.

Abandonaron la academia sin prestar mayor atención a su entorno, después tomaron una puerta dimensional de una vieja tienda abandonada que los conduciría a la quinta sección. La aglomeración apabullada por las voces de los vendedores que abarrotaban toda la recta de la calle angosta en la que habían aparecido hizo que Raizel sintiera los deseos de descubrir nuevos accesorios que por desgracia no podía comprar. Nait fue el primero en sugerir que jugaran el juego de los rostros ilusorios que se encontraba casi al final de la calle.

Tuvieron que esperar por varios minutos que un grupo de jóvenes desocuparan una carpa. Una chica les entregó un canasto de lleno de bolsas de papel, Raizel tomó una y al abrirla encontró pelotitas de polvo contraído como algodón, suaves al tacto. Un joven les indicó que debían de jugar bajo una carpa triangular donde había un artefacto que mejoraba los efectos de los rostros ilusorios. Eso hicieron. Unas luces pequeñas iluminaron el perímetro de la carpa. Raizel fue la primera en reventarle una de las pelotitas en la cara de Tairy, el efecto fue rápido. Su rostro se transformó en un rostro desfigurado y sangriento, cuando se paró frente a Nait no puedo evitar darle un beso, a lo que el evadió rápidamente, arrugó la nariz en son de rechazo.

Las risas en aquel momento fueron consecutivas. El polvo colorido cubrió gran parte de su entorno mostrando rostros diferentes. Nait se transformó en un enorme león albino abalanzándose sobre Luka que había tomado forma de un murciélago gigante. En cambio, Raizel se había transformado en un alce, cuando Tairy rugió initidandola, un tigre blanco con ojos azules. de apartó la vista hacia Zed. extendió unas alas blanquecinas que salieron por la espalda de Zed lo elevaron del suelo batiéndolas luego tomaron un color iridiscente antes de desaparecer como polvo brillante.

—Eso ha sido increíble —dijo en voz alta, aun sorprendido.

—Hay mejores, gastaremos más dinero cuando tenga mi paga. —Respondió Nait sacudiendo su ropa.

—Yo quería esas alas —intervino Tairy mientras se limpiaba el rostro con una toalla pequeña.

—Hace mucho que no me divertía. —Finalizó Nait—. Ya me dio hambre, vayamos a buscar algo delicioso, veamos qué clase de alimentos sirven aquí.

—Yo también tengo hambre. El almuerzo corre por mi cuenta —apuntó Luka al tiempo que sacudía los últimos rastros de polvo en su cabello.

—Amigos así, sí que valen la pena. —Expresó Nait tirándose encima de Luka para tratar de hacerlo perder el equilibrio. Se comenzaron a reían cuando no había logrado su cometido.

Dejaron la carpa introduciéndose entre la multitud. Raizel sintió su estómago rugir al recordar que no había comido absolutamente nada. Se quedó al lado de Tairy hablando sobre algunos festivales muy propios de Eternia, volteó la mirada para encontrarse con una placida conversación entre ellos tres, se imaginó a Caleb siguiéndole la corriente a Nait, pero ya no estaba.

Ellos terminaron por comer en una cabaña de varios niveles llena de flores y candiles colgantes que alumbraban aun de día. Estaba llenó, pero una niña se había acercado a ofrecerles un lugar en el tercer piso. Cuando aceptaron, se quedaron sorprendidos al ver a muchas damas alrededor de una mesa. Una chica llegó junto a ellas, al aplaudir Raizel contempló a la chica con un brazalete negro enrollado en toda su muñeca derecha. Era la novia.

El lugar ostentaba arreglos florales ondulados en los pilares del último nivel. Algunas macetas de madera contenían orquídeas de varios colores haciéndolo acogedor.

—Pronto celebraran la boda. —Dijo por fin Tairy observando curiosa a las jóvenes

—¿Cómo celebran las bodas aquí? —Quiso saber Zed.

—Es un proceso largo, en ocasiones se vuelve extenuante. Para casarse debemos de cumplir varios requisitos, y tarda años antes de que autoricen la boda.

—Entonces muy pocos se casan... ¿quién querría esperar tanto tiempo para casarse?

—No se trata de eso —expuso con tono serio—, si no hay compatibilidad en una relación sabes que al final no funcionará. Lo que pretenden con todo esto es hacer que las parejas estén seguras de poder estar juntas.

—Debe ser algo complejo. —comentó Zed con tono inseguro—. Bien por ustedes, es mejor de esa manera. En la tierra el divorcio de puso de moda. Muchas parejas se vuelven complicadas, al final son los hijos quienes sufren.

—Una elección costosa. A pesar de que se determine el tiempo, existen problemas como esos, las emociones infieren mucho en la vida marital de pareja, las relaciones no son perfectas entre los Clarianos también, al final también hay casos donde el vínculo debe romperse. —Concluyó Luka inesperadamente.

Estaban por continuar cuando un joven fue a preguntar que deseaban almorzar. Les explicó que tenían las cuatro estaciones como menú del día; un plato con un aperitivo inicial con sopa de hongos sazonados, luego el plato fuerte de varios tipos de carnes, patatas, verduras de la estación, finalmente frutas de la temporada como postre y varios sabores de helados. A todos pareció gustarles la idea, así que lo ordenaron.

No se demoraron mucho en serviles la primera parte, olía delicioso. Comenzaron a probarlo. Minutos más tarde les sirvieron el plato fuerte extendido a lo largo de la mesa. Retiraron los platos de barro elaborados por artesanos y pulidos con bellas decoraciones. Entre la comida y la conversación salió a flote cuan emocionante se volvería el olímpico de los cinco portadores. Se celebraba cada milenio. Aun no era oficial, pero les emocionaba aquel acontecimiento que conectaba a los cinco reinos.

Después de haber terminado decidieron ir al palacio de la memoria, era como el museo de los Clarianos. Estaba en el centro de la quinta sección, aquel lugar tenía un aspecto antiguo y conservado de un color aloque pálido, con pequeñas torres a sus lados en forma cuadrada, contenía un mural de pinturas pictográficas de colores preciosos y llamativos de gran tamaño y líneas marcadas a lo alto y en varias paredes torcidas sobre cómo se había forjado la vida en Clarus. También algunos vestigios de las edades antiguas, así como armas que alguna vez se usaron en la guerra y pergaminos sobre la historia de los primeros Clarianos y su evolución ante las secuelas de la gran guerra. Pasado el tiempo Luka se dio cuenta que era hora de volver, eso hicieron... 

ADMONICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora