5. DISTRACCIÓN

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Raizel

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Raizel

Raizel se marchó con los ánimos convalecientes al pensar que lograría acabar con el miedo de su hermana. Mientras ella caminaba por las grandes vías adoquinadas de piedras coloniales, observó a varios niños corretear entre las calles, se sintió ofendida porque hasta los niños podían ya utilizar algunos dones y ella seguía sin despertar el suyo, la hizo sentirse impaciente.

Posó la vista en la tienda de señor Tadeus, los ojos se le alumbraron al ver que estaba llegando con el carruaje tirado por unas siluetas de aves llameantes de color azul, dedujo de inmediato que él venía de las ciudades de los mortales. Estaba tentada en ir a ver los artículos nuevos que serían devorados por los fanáticos coleccionistas. Al tocar su bolsillo musitó una pequeña maldición, no tenía más de cinco monedas de Chrystal. Para su mala suerte no tendría trabajo estos días en la tienda de medicina de la señora Linn por los preparativos de la reunión de los cinco reinos.

Al llegar a una esquina de la calle, dobló a la izquierda, Raizel no pudo contener la risa, uno de los niños que se encontraba jugando sus amigos liberaba de una cajita de burbujas cientos de ellas, estas tomaban formas idénticas a ellos, e inclusive a algunos animales, una de ellas se acercó flotando en dirección a ella, se vio a sí misma, al acercarse a su clon levantó el dedo índice para tocarlo, el simple contacto hizo que se elevará, instantes después se rompió. El llanto de un niño la devolvió a prestar atención a su entorno, comprendió que el menor estaba rodeado por varios de sus reflejos, una niña se acercó a él para luego tomarlo de la mano y decirle que todo está bien y era cierto el simple tacto podría calmar la ansiedad de una persona, finalmente Raizel se marchó.

Posterior a ello, continuó su trayecto doblando nuevamente a la izquierda, finalmente halló una puerta antigua en un callejón, se acercó a la puerta abriéndola despacio mientras visualizaba en su mente estar a las afueras de Chrystal, atravesó la puerta como un espejo. Instantes después se encontraba fuera del Reino para dirigirse hacia la academia de Witchlight que superaba cualquier otra estructura que se alzaba en lo alto, quedaba en dirección al este, mientras que el Castillo se situaba en el oeste.

El viento fue el primero en darle la bienvenida cuando adaptó sus ojos hacia el panorama verde que se asentaba frente a ella, todo el suelo raso estaba cubierto por flores silvestres y arboles jóvenes. Agradecida por vislumbrar otro día decidió seguir su camino, algunos de los estudiantes salían de diferentes direcciones a través de las puertas dimensionales, apareciendo en la llanura, otros salían en el mismo callejón donde había salido Raizel. La pequeña colina estaba abarrotada de estudiantes, tras caminar por varios minutos, llegó al fin a la academia.

La entrada estaba acicalada por un muro enorme cubierto de plantas que cubrían gran parte de su entorno, varios árboles estaban perfectamente alineados como si diesen una reverencia al entrar. Raizel comenzó a caminar por el túnel de jacarandas cuando el viento sopló, las flores cayeron entonándose entre los susurros del viento bullicioso y lleno de vida que demostraba como las acariciaba al dejarse sentir entre la vida misma que otorgaba pues nadie podía igualar los instantes que creaba al surcar el cielo o el mar.

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