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—¿Te sientes mal? ¿Freya, estás bien?—Le pregunto un preocupado Klaus a su Solecito, la cual estaba sentada entre todos los escombros y con la cabeza entre sus manos.

—No te preocupes, Klaus. Estoy bien.—Musitó entre un susurro.

Estaba cansada, muy cansada. Estaba entrando en pánico internamente y tenía miedo, pues la casa se encontraba tal cual como cuando habían Cinco y ella habían viajado al futuro. Y justamente hablando de Cinco, lo había intentado contactar por su vínculo telepático durante horas, pero no había funcionado. O estaba muy cansada o su mellizo estaba bastante lejos.

—¡Mamá! ¡Mamá!—Diego gritó removiendo todos los escombros del suelo, buscándola.—Klaus, ven aquí. Ayúdame a buscar.

—Ve, Klaus. Yo estaré bien.

Klaus aguardó unos segundos, indeciso y bastante preocupado por ella, su voz se oía rasposa y bastante apagada. Ben se acercó a él y puso una mano en su hombro, antes de sentarse junto a ella y alzar sus dos pulgares.

Pero Klaus no se separaría de ella, pero tampoco no ayudaría a Diego. Klaus dio medía vuelta y tomó del hombro de Diego, tratando de detenerlo.

—Diego, detente. Para.

—Suéltame. ¿Qué haces?—Le reclamó su hermano forcejeando con el.

Klaus lo jalo a él, con bastante fuerza y logrando levantarlo y alejarlo de los escombros.—Se ha ido, ¿sí? Ella...

—¿Que quieres hacer? ¿Quieres... huir de esto?—Le respondió negando enojo.

—No.—Le respondió entre un susurró.—Pero Freya se ve mal, ella está sangrando. Debo llevarla a un hospital lo antes posible.

—¿Que hay de Pogo?

—No sobrevivió.—Informó Luther, llegando a ellos, junto con Allison por detrás.

Allison inmediatamente corrió a su hermana y la tomó entre sus brazos. Seis soltó un suspiro pesado y cansado y se separó de ella un poco, estaba alegre de que estuviera viva, si, pero antes tenía que hacer algo si no quería morirse en unas cuantas horas por pérdida de sangre.

—Están vivos. Que bien.—Les dijo a la vez que se levantaba de los escombros.

—F-Freya, no hagas...

—Klaus, estoy bien. Sólo necesito hacer algo.—Le paro antes de que se acercara a ella. Seis llevo su mano a su herida y comenzó su caminata entre los escombros, buscando con su mirada a aquel objeto que la ayudaría.

—Bueno pero puedo ayudarte. Solo siéntate y no hagas esfuerzo, yo lo haré por ti. Lo que sea.—Le rogó Klaus tomándola del brazo para que dejara de caminar.

—Lo que sea... bien.—Musitó soltandose del agarre y pasando de el, para dirigirse a un lugar específico. Cerca de donde las cosas se prendían en fuego.

—¿Que es lo que está haciendo?—Le cuestionó Luther a Diego, sin apartar la mirada de Seis.

—¡Espera, Freya! ¡te cuidado!—Le grito Klaus siguiéndola.

—Lo que sea, vas a hacer lo que sea por mí. Bien.—Murmuró Seis sacando el atizador que afortunadamente se encontraba cerca de ahí. Lo sacudió un poco y se lo tendió a Klaus.—Tómalo y velo a calentarlo muy bien.

—¿Qué...? Pero ¿Freya...?

—Escucha Klaus, no quiero morir desangrada antes de mi cita contigo. Solo obedece y hazlo.—Le ordenó señalando la lumbre que estaba a pocos metros de ellos.

THE GIRL | Klaus HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora