THE GIRL | Klaus Hargreeves

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—Mierda.

—¿Fre...? ¡Freya!—Exclamó Klaus apresurándose a correr a medía avenida, justamente dónde Seis había aparecido y tropezado, cayendo al suelo. Klaus la tomó de los brazos y la ayudó a levantar, segundos después la tomó de las mejillas y estudió su rostro con preocupación, notando de inmediato que su mejilla estaba de un tono rojizo y la orilla de su labio inferior estaba sangrando.—¿Qué te paso? ¿por qué estás sangrando? ¿ellos te atraparon? ¿estás bien?

Seis frunció sus labios ante el bombardeo de preguntas y se separó de Klaus.—Estoy perfecta. ¿Qué haces aquí afuera? ¿dónde están los demás?—Preguntó de vuelta, observando a su alrededor. Buscando a los demas.

—Bueno—Se encogió de hombros soltando un largo suspiro.—, creó que pensaron que no era necesario allá. Me dejaron vigilando.

—Oh—Susurró asintiendo.—Bien, mira a todos los lados, se cuidadoso y si ves algún tipo como los de el Superestrella, te escondes y no salgas hasta que hayan desaparecido ¿bien? Tengo que ir, es nuestra última oportunidad para acabar con todo esto. Y aunque no quería ser pesimista, se nos acaba el tiempo y sinceramente no creo que esto salga bien.

Klaus aguardó unos segundos balbuceando, quedándose congelado en su lugar, sin saber que hacer. ¿Había alucinado o su Solecito se había vuelto pesimista?

Ben bufó y se acercó hasta el para darle un empujoncito para que reaccionara y afortunadamente pudo hacerlo, sacando a Klaus de su ensoñación y haciéndo que se apresuraba hasta Seis y la detuviera tomándola del brazo.

—¿Klaus que....?

Klaus puso su mano en su boca, cubriendola para que lo dejara hablar. Sentía como todo su cuerpo comenzaba a temblar y como su corazón estaba apunto de salirse, en ese momento sentía mucho más desesperación que cuando estaba tratando de ponerse sobrio. Pero no tenía otra opción, o eso creía creer el, el mundo estaba por acabarse y ya no podía quedarse callado ahora, no quería morir sin habérselo dicho y sin que ella supiera.

—Bueno, como hoy se acaba el mundo, ya no importa mucho...—Habló con su voz temblorosa. Seis arrugó su entrecejó y negó haciendo un ademán para irse, pero Klaus la jalo hacía el.—Espera, espera.—Estaba sudando como nunca antes y sentía cosquillas por todo su cuerpo.—Todo esto es loco y no es mala idea hacer de último momento las cosas que nopudiste hacer. El mundo esta por acabarse, Freya, y si no sobrevivimos, tengo que confesarte algo muy importante.—Seis abrió los ojos y se removió en su lugar con desesperación. Klaus aún mantenía la mano en su boca.—Ah, si... yo... bueno, y-yo...

—Solo hazlo, Klaus. Tu puedes. Dilo ya, dilo ya.—Pidió su Ben llevando sus manos a su cabeza y dando vueltas de un lado a otro, estando o incluso más nervioso que su hermano.

Klaus asintió pasando su lengua por sus labios y tomando una profunda respiración.—Re-Realmente te amo Solecito, desde que éramos pequeños yo... sí, bueno, yo creó que... no, estoy seguro que yo siempre te amé toda mi vida, y te seguiré amando, por supuesto.—Soltó todo el aire que había retenido a la vez que soltaba una risita nerviosa y quitaba la mano de la boca de Seis. Ya estába, ya lo había dicho y no había vuelta atrás.—Ah—Rascó su nuca.—, y cuando teníamos diez, fui yo quien tomó y rompió tu uniforme. Lo siento por eso.—Musitó bajando la mirada después de un largo silenció.

O más bien para el, porque ni siquiera había pasado mas de un minuto.

Seis tenía los ojos bien abiertos y abría y cerraba la boca sin saber que decir. Había quedado en shock. Klaus la había tomado desprevenida.—¿¡Fuiste tu?!—Exclamó diciendo lo primero que se le vino a la cabeza. Su cuerpo estaba temblando como gelatina, ya ni siquiera sabía si era por el frío o por Klaus.—M-Me... ese día el viejo me regañó y me hizo arreglarlo yo misma. Me pinché todas las manos con la aguja.