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Pasaba mas de las doce para cuando Cinco llamaba por su vínculo especial, telepáticamente, a su hermana. Klaus y Seis se habían quedado dormidos después de dos horas conversando sobre cosas sin algún sentido alguno y, claro, después de que el brazo de Seis estuviera limpio y vendado.

Seis abrió sus ojos de inmediato para que segundos después observara a su alrededor, dándose cuenta de que no se encontraba en su habitación y que Klaus se aferraba a su brazo lastimado, pero eso no le preocupaba pues solo le provocaba una ligera molestia. A Seis le preocupaba mas bien como es que iba a escaparse de ahí sin despertarlo.

Con su mano libre quito las sabanas que la cubrían y siendo bastante cuidadosa comenzó a mover su brazo para zafarse del agarre de Klaus. El no se lo hacía fácil porqué Klaus se aferraba como si fuera lo único que lo mantenía a flote; Y es que Klaus quedado dormido con la incertidumbre e inseguridad de que cuando despertará todo solo fuera producto de su imaginación y Seis nunca hubiera estado ahí con el... de nuevo.

Seis saco su brazo y con rapidez lo remplazó por una sudadera que había visto tirada entre el suelo. Observo durante unos segundos a Klaus para asegurarse de que no despertará y cuando vio que Klaus ni siquiera había notado el cambió desapareció de ahí y apareció junto donde se encontraba su hermano.

—¿Que hacemos aquí?

—Vigilar.

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Klaus...

¿Por que Klaus?...

Klaus...

¡Klaus!

KLAUS...

KLAUS AYUDAME...

¡KLAUS!

Una mueca de dolor se dibujo en el rostro de Ben al ver como Klaus se daba un fuerte golpe al caer de la cama al suelo. El ya lo había intentado despertar ya hace varios minutos, desde que Klaus comenzó a tener indicios de una pesadilla pero todo había sido inútil porque ninguno de sus intentos había funcionado.

Klaus soltó un quejido de dolor sin intención de levantarse del suelo. Solo quería que aquellas voces desaparecieran pues cada vez se hacían mas insoportables, muy, muy insoportables al punto de sentir que su cabeza explotaría en cualquier segundo. Tanto como Ben y Klaus sabían a que se debía pues desde que Seis le quito la bolsilla con sus drogas Klaus ya no había vuelto a comprar mas y ahora la sobriedad estaba surgiendo efecto.

Klaus tenía la pequeña esperanza de que debido a que su Solecito estaba con el las pesadillas no iban a atacarlo como ocurría antes, cuando eran unos niños. Que grande fue su sorpresa cuando se incorporo del suelo y no había ninguna señal de Seis en la habitación, ni una sola.

Fue aun peor cuando comenzó a hiperventilarse cuando le llevo el desayuno a su habitación creyendo que Seis se encontraba ahí. No podía describir que tan grande fue su miedo al no encontrarla por ningún lado pues eso le traía muy malos recuerdos. Sentía que todo comenzaba a repetirse como cuando era un niño.

—¿Sabes que hablas dormido?—Le hizo saber Ben sentado frente a el leyendo un libro.

—¿Dónde está Freya?—Fue lo primero que pregunto al despertar, y antes de que Ben pudiera contestar, Klaus ya se había tirado al suelo a buscar alguna pastilla, cualquier cosa que calmara aquellas voces.

THE GIRL | Klaus HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora