31

3.2K 327 13
                                    

—Wow. Que hermoso es este lugar.—Musitó Vanya admirando cada rincon de aquella cabaña.—¿De quien dijiste que era?

—De mi abuela. Ella me tiraba de la orejas, justo aquí.—Peabody señalo el lugar dónde se encontraba parado.

Ambos rieron levemente y se quitaron todas las mochilas que traían encima. El rostro de Leonard ensombreció muy notable al observar una foto de el cuando era niño junto con su padre. Aún tenía ese espantoso resentimiento y odio a el.

—¿Estás bien?

—Te pasas la vida tratando de olvidar tu niñez de porquería ¿Sabes? Y cuanto vuelves a recordarla te sientes igual de insignificante.—Mencionó apretando su mandíbula y sus puños.

—Te entiendo.—Le dijo Vanya. Leonard no volvió hablar.—No hace falta quedarnos aquí. Podemos ir a un motel barato que veamos por ahí.

—No.—Negó el de inmediato.—Aquí es perfecto para lo que tenemos que hacer.

—¿Y eso que sería?

—Debemos averiguar de lo que eres capaz.

—Leonard...

—Tu me lo dijiste cuando nos conocimos: "La práctica hace al maestro". —Le recordó.

—Si, pero esto no es lo mismo que aprender acordes. Además, si llegara a.. ni siquiera puedo decirlo. No me entra a la cabeza es...

—Vanya, te has pasado la vida sintiéndote inferior a tus hermanos y hermanas, y ahora descubres que siempre tuviste esto dentro. Descubre que significa, te lo debes a ti misma.—Le ánimo.—¿Si?—Vanya asintió aunque no se encontraba muy convencida.—Aclara tu mente, concéntrate. Y que mejor lugar para eso que este.—Mencionó abriendo la ventana, dejando ver un espeso y largo bosque.

Y es que era así, la casa estaba casi la nada. Lo único que Vanya podía ver era árboles y mas, mas árboles.

┏━━━━━━━━━━━┓
☂️
┗━━━━━━━━━━━┛


—¿Por que no lo llevamos al hospital?—Cuestionó Allison.

—Un niño con una herida de bala no es común, levantaría sospechas, Allison.—Respondió Seis cargando a su mellizo entre sus brazos para desaparecer y aparecer en el sofá.

—Si, igual que un altar homicida en el ático de Harold Jenkins.—Mencionó Allison acercandose a los mellizos al igual que Diego.—Sigue perdiendo mucha sangre, ¿que hacemos?

—Quitemos las esquirlas.—Mencionó Diego antes de separarse del lado de Seis y salir de la sala.

—Diego, ¿a donde vas?—Cuestionó su hermana.

—Déjalo. No importa.—Ordenó Seis quitando todas las prendas de la parte de arriba de su hermano.—No puedes morir, maldito idiota.

—¿Crees que regrese días antes del apocalipsis para morir?—Le dijo con la voz débil a su melliza, mientras alzaba su mano y la entrelazada con la de su hermano.

—Bueno, no lo se niño tonto.—Susurró dando unas caricias suaves en el cabello de el.—Hay veces que no se lo que pasa por tu cabeza.

—Mamá va ayudar.—Avisó Diego, entrando a la sala junto con Grace.

—¿Qué le ha pasado?—Preguntó ella, con su rostro consternado y acercandose al niño con rapidez.

Seis aparto la mirada de su mellizo y la dirigió a Grace.—Una herida de bala.

THE GIRL | Klaus HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora