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—¿E-Eso pasó?—Seis preguntó con la boca ligeramente entreabierta.

—Sí. Como la película de Patrick Swayze.—Asintió efusivo, con las manos juntas y en una pocision de indio.

El entrecejo de de Seis se arrugó e inclinó su cabeza a un lado, confundida.—¿Patrick Swa... qué? ¿quién es ese?

Klaus se llevó su mano a la boca, exhalando aire dramáticamente.—¿No lo conoces? No, no lo conoces.—Afirmó cuando miro la mirada aún más confundida se Seis.

—¿Tendría que?

—¡Por supuesto! Es un clásico.—Mencionó chocando sus manos con sus piernas, indignado.

Seis alzó una de sus cejas antes de lanzarse a la cama de Klaus.—Bueno, si el mundo no se acaba, podemos ir a verla si quieres.—Mencionó abrazando una de las almohadas.

Ben, el cual se había mantenido sentado a un lado de Klaus, se levantó de un salto, cubriendo su boca con mano derecha y lo señalándolo con la otra.—¡Te está pidiendo una cita!—Exclamó con sus ojos bien abiertos y sin poder creerlo.

Los ojos de Klaus se abrieron como los de su hermano, solo que este estaba más confundido que nada.—¿Una cita?

—¿Ah?—Musitó Seis levantando ligeramente su cabeza y lanzando una mirada incredula a Klaus. Klaus se apresuró a mover sus manos al aire a punto de negar, pero Seis le había ganado.—Bueno, supongo que si, acepto. Nunca he tenido una cita, así que no le veo nada de malo.

—Yo—Balbuceó sin saber que decir. Había conseguido una cita con su Solecito sin siquiera pensarlo, todo gracias a Ben. Si el mundo se acababa, prometía darle un abrazo a su hermano de agradecimiento.—... yo tampoco he tenido una cita.

—Si, ya lo creó. No te ves como alguien que pide citas, si te soy sincera, creó que eres más de... actuar.—Se encogió de hombros recostandose nuevamente en la almohada.—Siempre hay una primera vez para todo. Y que mejor pedirlo que en el último día de la humanidad.

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Tiene tres nuevos mensajes de voz.—La voz de la contestadora se escuchó por todo el departamento. Vanya dejo salir un suspiro cansado y se dirigió al sofá.—Vanya, habla la Srta. Kowalsy. El Sr. Puddles se ha perdido de nuevo. Si lo ves, ¿podrías llamarme? Gracias. Siguiente mensaje. Vanya, habla Peter del teatro Icarus.—Escuchó atentamente, mientras abría el estuche de su preciado violín.—Dejamos los boletos que pediste en la taquilla. Pueden recogerlos. Siguiente mensaje. Hola Vanya, soy yo.—La voz de su hermana resonó por todos lados, como si incluso hubieran subido el volumen de la contestadora. Vanya retuvo la respiración, quedándose estática.—Solo quería... las cosas se han complicado de nuevo. Solo quise ser una buena hermana para ti. Supongo que fallé en eso. Pero llámame, ¿sí? Te amo hermana.

El pitido de la contestadora se escuchó y Vanya se llevó ambas manos a su cabeza.—Discúlpame. Discúlpenme.—Musitó soltandose a llorar como nunca antes lo había hecho, un llanto tan agónico y lleno de arrepentimiento. El mensaje de su hermana, la cual probablemente estuviera muerta por su culpa, le había calado el corazón hasta lo más profundo.—Perdón...

THE GIRL | Klaus HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora