Kuroshitsuji Fanfic [Sebastian Michaelis y tú]

Capítulo 13: Llamada en la noche

Sebastian y yo salimos de la funeraria de Undertaker, mientras caminábamos le dije a Sebastian:

-Oye, Sebastian.

-Dígame, lady ________.

-¿Crees que Dominic ya conozca a Undertaker?

-No, de todas formas a Undertaker no le caería bien.

-¿Y eso? -pregunté extrañada-.

-A Undertaker no le caen bien las señoritas tan odiosas como la señorita Dominic, y Claude no le conoce pero de conocerle no se fiaría de él.

-¿Por qué? 

-Bueno, verá. los shinigamis odian la existencia de los demonios, al igual que los demonios odiamos la existencia de los shinigamis. Es por eso que, un demonio nunca se fiaría de un shinigami y un shinigami no se fiaría de un demonio, aunque los shinigamis tienen sus razones para no confíar en nosotros, los demonios. -me explicó Sebastian-.

-Genial. 

-¿Por qué? -preguntó sorprendido y a la vez extrañado-.

-Bueno, eso significa que voy un paso por delante de Dominic. -dije victoriosa-.

-Bien pensado, my lady.

-¡Je!

Caminamos por el parque tranquila y lentamente. Pero por desgracia, luego tuvimos que volver a la mansión de mi padre. Llegamos a la mansión y Miriam y papá ya habían llegado, pero Dominic y Claude no.

Creo que es posible que Dominic se quede otra noche a dormir en casa de Yolanda y por tanto, Claude también. Papá me llamó para que fuese al salón, Sebastian me miró de forma un tanto pícara antes de meterse en la cocina. Me quedé parada contemplando como Sebastian se metía en la cocina, estaba como hechizada por esa rojiza mirada. Sacudí mi cabeza de lado a lado para centrarme.

Mi padre volvió a llamarme desde el salón, pero esta vez con un tono de voz más exigente. Fui al salón para ver qué es lo que quería...

-¿Qué es lo que quieres, papá? -le pregunté entrando al salón-.

-Quiero que te sientes y que hablemos un rato. -me dijo con un tono frío-.

-¿Hablar de qué? -pregunté extrañada mientras me sentaba en el sofá-.

-Verás...Es que, últimamente, desde que te mudaste aqui te veo muy... Muy...

-¿Muy qué? ¿Distinta? ¿Mayor? ¿Independiente? ¿Tranquila? -le pregunté-.

-Pues te veo muy rara. -me dijo mi padre-.

-¿Rara? ¿Yo rara? -pregunté muy extrañada-.

-Sí, rara. -asintió con su cabeza-.

-¿Yo rara? ¡Y tú injusto! -le reproché levantándome del sofá-.

-¿Injusto por qué? -me preguntó molesto he hizo una pausa seguida de un suspiro- El caso es que te noto rara, distinta.

-¿Y eso por qué? 

-Bueno, ya no hablamos ni me cuentas cosas que te han sucedido importantes para ti.

-Eso es porque ya soy mayor y de todas formas, no necesito contarte nada. -dije volviéndome a sentar en el sofá de brazos cruzados-.

-Verás, hay dos cosas que me preocupan...

-¿Cuáles? -pregunté aburrida-.

-Es que Dominic me contó un par de cosas sobre ti que no sabía y que no me gustan nada, en lo absoluto.