Capitulo 1

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Juliana

Me gusta vestir cómoda, ya que el día de hoy amaneció soleado, tome una polera negra de mi mueble, tenia el estampado de Star Wars: una nueva esperanza, luego me puse unos Jens holgados, con un dobladillo de 3 centímetros a la altura del tobillo, mis zapatillas sin calcetines, me acerque al pequeño espejo que tenía colgado en la pared de mi habitación, me tomé el cabello con una coleta. No soy de maquillarme, pero si me preocupo de mantener mi rostro suave con cremas hidratantes. Ya lista tomé mi mochila y salí de mi habitación.

Camine por el pasillo y dejé la mochila en el suelo al lado de la habitación de mi hermano, toque y entre.

-Permiso —dije al entrar, lo vi, estaba frente al espejo, se había puesto una camisa de manga corta y unos pantalones y sus zapatillas, la camisa la tenía dentro del pantalón, estaba abotonada hasta el último botón, me miró de reojo, se estaba peinando —¿Quieres que te ayude? —señalando su cabello.

—Estoy...estoy...ya terminaba —pasó el cepillo unas veces más por su cabello y lo dejó aún lado sobre su mueble, se giro para mirarme —¿Y-y bien? —preguntó mostrándome su vestimenta.

—Pues eres el hombre más guapo que he visto —le conteste con una sonrisa, él también sonrió —Pero... —me acerque a él y este frunció el ceño —...podríamos soltar este solo botón y... —desabroche el último botón para que se viera mejor el cuello de mi hermano —También podrías cambiar tu cabello —iba a tocarlo, pero el empujó mis manos para que no lo hiciera.

—No...ahí está bien.

—Bueno, entonces ya vamonos —asintió, pero antes hizo una seña apuntando con un dedo hacia arriba y busco algo en su habitación, se acercó a una silla, era su mochila, la tomó y se la coloco —¿Llevas todo?

—Si —contestó seguro, salimos de la habitación, tome mi mochila y bajamos.

Ya en el primer piso vimos a mamá hablando con la abuela, ellas también estaban listas para irse a trabajar, al vernos las dos sonrieron, se nos acercaron.

—Que tengan un excelente día en clases —dijo mamá y nos beso a cada uno en la mejilla.

—Aquí están sus desayunos —dijo mi abuela dándonos una bolsa de papel a cada uno

—Gracias, abue —le dije al recibir la bolsa, ella asintió y sonrió —. Bueno, nos vemos, adiós —le di un beso a mi abuela, ella hizo la señal de la cruz en mi frente y después hizo lo mismo con Matías. Nos despedimos de mamá también.

La escuela quedaba a varias cuadras de nuestra casa, por eso siempre íbamos en bicicleta; Matías usaba una bici forza completamente negra con una que otra letras blancas; la mía era una bici clásica, era negra, el asiento era de cuero café, las ruedas blancas y una canasta de mimbre, la teníamos desde hace 5 años, nuestro papá nos la regalo y fue lo único que nos dejó y que nos sirve de mucho.

Comenzamos a pedalear por la calle, en el pasaje que vivíamos no transitaba mucho vehículo, solo hasta llegar a la calle principal donde autos y buses transitaban de ida y vuelta, ya ahí pasamos a las vías que eran solo para las bicicletas, aunque algunas personas no entendían eso y pasaban por ahí y teníamos que esquivarlas cuando venían en dirección contraria o tocar la campana para que se aceleraran el paso, pero muchos iban con audífonos; también pasaba gente corriendo, otro que usaban sus skates, etc, era irritante.

*      *      *

Llegamos al establecimiento, dentro había una bicicletero, sacamos las cadenas para asegurar nuestras bicis, íbamos a entrar cuando el claxon de un auto sonó de repente y asustó a Matías, mire y fruncí el ceño, obvio que sería él, Gaston, siempre hace lo mismo para que todos vean su nueva joyita, era un Chevrolet Camaro color azul eléctrico, de vidrios polarizados, ruedas completamente negras, el auto tenía diseños de flamas negras en el capot, maletero y en la parte baja de las puertas. Se bajaron del auto, Andrew un chico alto, piel blanca, algo pecosa en la parte de su nariz, ojos claros, de cabello corto rojizo; luego bajó Carlos era un poco más bajo, piel trigueña, corte militar, tenía algunos tatuajes que no alcanzaba a ver bien, siempre le gustaba vestir musculosas y pantalones, tenía una mirada y un caminar intimidante; y por último Gaston, al bajarse se arreglo un poco el cabello con aires de grandesa, con una sonrisa al ver que todas las chicas se le quedaban viendo con la baba colgando... De verdad no se que le ven... Era un poco más alto que sus amigos, moreno, cabello corto oscuro, algo de barba, y de ojos marrones, por ser futbolista tenía buen físico, pero solo eso, vestía unos jeans, botines, una camisa pegada al cuerpo. Caminaron los tres juntos y pasaron por al lado de nosotros como si no existieramos.

Ese Amor [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora