Ese Amor [Terminada]

Capitulo 4

Juliana

Me levante temprano para ayudar a mi mamá, era por otro encargo de flores para un bautizo, también de flores blancas. Fuimos a la iglesia en donde se realizaría el bautizo, saludamos al cura y decoramos el lugar, lo dejamos bastante bien, nos despedimos del cura antes de que llegarán las personas, nos subimos a la Van y nos fuimos. Fue a dejarme a la casa y ella se fue a trabajar, mamá trabajaba de lunes a sábado, pero el sábado salía más temprano.

Vi la hora, eran las 10:15 de la mañana, vi que en la cocina estaba la abuela, por lo que vi se estaba preparando para cocinar.

-Hola, Juli —me saludo al verme —¿Desayunaste? —me preguntó.

—Sólo un vaso de leche —conteste.

—Bueno, te servire algo de avena —me dijo —Desperté a Matías, pero no sé si se habrá levantado, ¿puedes ir a ve? —yo asentí, subí las escaleras, me acerque a su habitación y toque, pase, escuche tras la puerta, gire la perilla y entre, vi a mi hermano ya en pie, vestido con un pantalón y una polera verde esmeralda, unas zapatillas deportivas; estaba terminando de hacer su cama.

—¿Por qué te colocaste esas zapatillas? ¿Piensas salir a correr?

—Si —contestó —¿Me acompañas? —se giro para mirarme —Después del desayuno...desde la casa hasta el parque.

—Claro —le dije —Vamos a comer algo —salimos los dos juntos de su habitación.

El desayuno transcurrió normal, mientras la abuela calentaba en una olla carne molida, cubos de cebolla, para hacer la comida, que era pastel de papas. Al terminar tome mi plato y el de Matías para lavarlo, los dejé secar y le dije a mi hermano que me pondría algo más cómodo para correr para que me esperara. No demore mucho, unos pantalones negro, una sudadera corta color gris, zapatillas, me tomé un poco el cabello y baje, fui antes a la cocina para buscar unas botellas con agua, le dije a mi abuela que iríamos a correr, ella asintió y siguió cocinando, me acerque donde Matías, le di una botella y nos fuimos, y al estar ya fuera de la casa comenzamos a correr, íbamos a la plaza que quedaba a unos dos kilómetros, como unas 20 cuadras, corríamos a ritmo lento, al pasar 5 cuadras cruzamos la calle para ir a la otra vereda que era un camino recto para llegar a la plaza.

Mientras corríamos yo tuve la extraña sensación de que alguien no seguía, puede que sea otra persona corriendo, pero de todos modos se sentía algo incomodo, no soy paranoica, pero creo que me mira, la verdad no voy a mirar para ver quién es, así que acelere un poco, vi de reojo que mi hermano me miraba extrañado, pero esa sensación seguía ahí, hasta que la persona que sentía tras de mi se acercó a mí lado izquierdo.

—Hola —nos saludo, esa voz la conocía perfectamente, gire y la mire un poco, no lo creo, Carvajal, con esa sonrisa otra vez.

—Hola —salude secamente.

—Hola —lo saludo mi hermano moviendo la mano sin dejar de correr

—¿Corren mucho por aquí? —nos preguntó.

—No muy seguido —conteste.

—¿Una carrera hasta el parque? —volvió a preguntar.

—La verdad no cre...