Capitulo 42

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Juliana

Estaba recostada en mi cama en posición fetal, mamá estaba a mi lado con la espalda apoyada en el respaldo, acariciaba mi cabello, yo aun sollozaba. Le había contado todo lo sucedido a mamá y a la abuela en la cocina, al verme en ese estado mamá decido llevarme a mi habitación y hemos estado en esa posición varios minutos, había escuchado a mi hermano, pero mi abuela no lo dejó pasar. Sentía las suaves caricias de mi madre, ya me sentía un poco mejor al soltar todo en ese llanto.

-¿Mejor? —preguntó mamá, yo asentí, me moví y me senté en mi cama, en la misma posición que ella, me miró.

—Mejor. Pero aún duele. Aquí —toque mi pecho —. Duele mucho.

—Te duele por que estas enamorada y te rompieron el corazón —me dijo la mire con mis ojos tristes —Pero deberías de hablar con ella, tal vez... —la interrumpí.

—No. Yo no quiero hablar de ella. Tampoco quiero que nadie me la nombre —dije con seriedad —Solo quiero olvidarme de ella, nada más.

—Va ser algo difícil, van en la misma escuela y en el mismo salón.

—Solo la voy a ignorar durante lo que queda del año —le dije.

—Aún sigo pensando que será difícil que lo hagas —me dijo —. Insisto en que hables con ella.

—¿Pará qué quieres que hable con ella, mamá? ¿No te bastó con todo lo que te conte? Ella no me ama, fui una venganza. Apoyame mamá, soy tu hija —me cruce de brazo molesta, no se el por qué de la insistencia de que hable con ella.

—Te apoyo hija, pero...

—¿Pero, qué? —pregunté impaciente.

—En el tiempo que te vi junto a ella, no me pareció que sus sentimientos sean falsos —fruncí el ceño —Las dos se miraban de la misma manera. Como dos chicas enamoradas.

—Pues te engaño mamá, como a mi. Ella nunca me amo, todo era mentira —le dije —Y no quiero seguir hablando, por favor —le pedí.

—Esta bien —me dijo —. ¿Quieres comer algo?

—Me encantaría, tengo hambre y también mucha sed —conteste, me sonrió yo solo le di una media sonrisa y salió de mi habitación.

Estaba leyendo cuando oí que tocaban a mi puerta, dije que pasara, era mi hermano, asomó su cabeza y me dio una sonrisa comprensiva, entro.

—¿Puedo... Yo? —señaló la punta de la cama.

—Claro que puedes —conteste y le di unas palmas a la cama para fuera a sentarse, lo hizo, tocaba sus manos y se rascaba la nuca, eso era por que estaba nervioso y quería preguntarme algo, y ya se de que se trata.

—Juli... Yo... Yo quería... —lo interrumpí.

—Si vienes a preguntarme por Valentina... Pierdes el tiempo Mati —le dije, él agachó la cabeza y asintió —. Ya le dije a mamá que no quería hablar de ella y que tampoco la mencionen.

—Pero tu ya dijiste su nombre —dijo divertido.

—Lo... Lo sé, pero es la última vez —le asegure.

—Esta bien —me dijo, miró para los lados y se rasco las manos.

—¿Algo más? —pregunté, me miró y asintió —. Dime.

—Ya que tu no eres novia de Va... De ella, ¿Yo... Puedo yo seguir siendo su amigo? —preguntó.

—Preferiría qué no, pero se que la quieres y estoy segura que aún que te diga que no, igual no me harás caso.

Ese Amor [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora