Ese Amor [Terminada]

Capitulo 21

Abigail

Estaba preocupada por Juliana, aun no volvía y el partido ya había empezado, además Valentina tampoco estaba con las porristas, así que seguramente debe de estar con ella.

-Chicos, vuelvo enseguida —les dije, baje de las gradas y camine hacia el interior del colegio, iba a subir las escaleras cuando chocaron conmigo.

—Lo-lo siento —me dijo con la voz quebrada, era Valentina y estaba llorando, ni me miró y siguió su camino. Algo no estaba bien, Valentina se veía mal, así que subí rápidamente las escaleras, corrí por el pasillo, y ahí estaba dentro de salón parada dándome la espalda.

—Juliana —la llame en un tono suave, no me respondía, me acerque, le tomé el hombre he hice que girará, lo hizo, tenía los ojos hundidos en lágrimas y sostenía su diario —Juli —la acerque a mi y la abrace, ella correspondió y soltó a llorar, acaricie su espalda y su cabello para tratar de calmarla. Cuando logró tranquilizarse salimos del salón.

—Qui-quiero irme a mi casa —me dijo cuando ya estábamos fuera.

—Yo te llevo —le dije —Le avisamos a los de...

—No,me iré sola, tú vete con ellos —me dijo y se soltó de mi agarre.

—No estas bien Juliana, no te dejaré sola —le dije.

—No, de verdad, necesito estar sola —me dijo, era una mujer muy terca —. Solo te pido que lleven a mi hermano cuando termine el partido, por favor —y se giro para irse.

—Juliana, ¡Juliana! —hizo caso omiso a mi llamado —¡Carajo! —maldije, volví con los demás, y les conté lo sucedido.

Valentina

Me fui directo a los camarines, me quite mi uniforme y me puse mi ropa, guarde todo en el bolso y salí de ahí, pero me tope con María.

—¿Donde vas con tanta prisa? —me preguntó, quería salir, no quería hablar con nadie en este momento, me vio a los ojos y se preocupo más —¿Que te pasa?

—Necesito salir de aquí —le respondí solo eso.

—Te llevo a casa —se ofreció.

—Alirio ya viene —le dije.

—Entonces te acompañó, y no podrás negarte —me dijo, asentí, ella no se cambió, solo tomó su bolso y nos fuimos, al partido le quedaba poco para terminar, la verdad ya no me interesaba. Vi a Alirio, subimos y nos fuimos a mi casa. Era sábado, así que María se quedaría otra noche conmigo, esa noche le conté con lágrimas todo lo sucedido con Juliana y su estúpido diario. Juliana era especial para mí, pero yo no era especial para ella, nunca fui su amiga, nunca me considero como una. Probablemente ese beso tampoco significó nada para ella. Jamás la volvería a besar.

Juliana

Llegue a casa caminando, abrí la puerta sin hacer ruido, y cerré de la misma manera, me había secado las lágrimas, pero tenía más ganas de llorar. La luz de la cocina estaba encendida, fui ahí a beber algo de agua, por suerte mamá no estaría en casa, había salido con Panchito y otros amigos a bailar, lave el vaso cuando termine de beber y lo deje para que se secara, al girarme vi a mi abuela y me asustó.

—Me-me asustaste abue —le dije y me acerque donde ella para saludarla.

—No era mi intención —me dijo cuando la abrace —¿Ya terminó el partido?

—No, yo me vine antes, a Mati lo vendrán a dejar —conteste —Estoy cansada, me iré a dormir —pase por su lado.

—¿Esta todo bien, mi niña? —me preguntó, me detuve y me gire para mirarla.