Nuevos comienzos (Flamantha)

Capítulo 23

NARRA FLAVIO

Desde que vi sufrir a Samantha de esa manera la miro de otra forma, no con pena, sino, con preocupación, que le habrá pasado tan fuerte como para que sus "síntomas" sean así, tan drásticos como no poder dormir porque no fue solo un insomnio, es un trauma, y no paro de darle vueltas a la cabeza, no quiero hacerme idea de lo que podría ser porque creo que se quedaría corto con la verdadera historia que sin prisa ella me contará cuando esté lista.

Asique para calmarla y que se relaje, le tengo planeada una sorpresa, una sorpresa que está hecha un boceto en mi cabeza pero cuando empiece a formarse realidad será estupenda seguro.

Cuando me levanté aquella mañana, comimos todos entre risas, sin padres que no pueden estar contigo por trabajo o no tienen tiempo por reuniones importantes, comimos como una gran familia, todos juntos, felices, a gusto, sin discusiones, sin móviles ni llamadas entre medias, lo echaba de menos, echaba de menos tener una familia normal.

Terminamos de comer y nos repartimos las tareas, Samantha desmontaba la mesa y metía al lavavajillas los platos, Hugo, Maialen y Nia pasaban la aspiradora en la parte de arriba y Lucas, Anajú y yo en la parte de abajo, luego haríamos cada uno su cama y ya estaríamos listos. Vi a Samantha recogiendo la cocina y me acerqué.

Flavio: Buenos Dias, que te parece si quedamos después?

Sam: Me parece perfecto.

Y así empecé a maquinar mis planes, primero hablé con Lucas para que me dejara las llaves del 4x4.

Luego conseguí convencer a Anajú de que me dejara la cesta y la manta vintage de colección, me costó 1 mes haciendo sus tareas pero solo por ver la sonrisa de Samantha, vale la pena.

Mañana era domingo asique no importaba si llegábamos tarde.

Mi plan era el siguiente y era el que iba a interpretar en todo momento, comer, salí de casa, hacer tiempo esperando el atardecer, taparle los ojos, salir, ver las vistas, estar un rato, volver. Era sencillo ahora veremos si ponerlo en práctica es tan sencillo.

Terminamos de comer y me fui a preparar, no voy a mentir, estaba nervioso... muy nervioso, quería que todo saliese a la perfección, sin fallos pero obviamente con naturalidad.

Me heché una siesta y justo me desperté para salir, asique bajé y la vi, iba preciosa, como siempre.

Nos montamos en el coche, no tengo carnet de conducir todavía pero el próximo año me lo sacaré, llevo practicando y conduciendo desde que tenía 16 y hoy saqué partido de ello.

Mi plan seguía en mente, salir de casa, hacer tiempo esperando el atardecer, taparle los ojos, salir, ver las vistas, estar un rato, volver. Todo se repetía en mi cabeza, estaba todo planeado, paso por paso, sin margen de fallos.

Y los seguí todos hasta que llegamos a el sitio perfecto una llanura de cesped supongo, al aire libre, con la naturaleza y las vistas, ella se tapó los ojos y yo fui dando viajes desde el coche hasta el lugar, cogiendo cosas. Y llevándolas de un sitio a el otro, lo dejé todo perfecto, manta extendida en el suelo, cesta encima, farolillos para iluminar, todo bien solo faltaba ella, tan impaciente como siempre.

Flavio: Espera que te ayudo - la encontré saliendo del coche.

Sam: Gracias.

Fuimos con calma hacia el lugar perfecto, la puse mirando para toda la ciudad de Madrid, con un atardecer rosa cayéndonos encima y la ciudad iluminada, con la chica perfecta en el sitio perfecto, que mas se puede pedir.

Le quité la venda de los ojos y ahí, tan frágil y tan compuesta vi la mejor sonrisa que había visto en el mundo, ahí supe que ella era la indicada, era ella quien me sacaría una sonrisa en un terrible lunes, era ella quien iba a dar un vuelco a mi vida de mierda, era ella por quien iba a apostar todo lo que fuese por verla feliz, simplemente era ella, con sus idas de ollas, con sus miles de palabrotas, con sus dramas de media mañana y su locura con Leo DiCaprio, ella con su elegancia y desastrosa existencia iba a sacar lo mejor de mi, era ella con quien después de un día de mierda iba a tener tiempo para contar sus miles de lunares hechos galaxias, solo era ella y por ella iba a apostar lo que fuera.