Capítulo 26

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NARRA SAMANTHA

Me desperté asustada, como si algo super pesado intentase hundirme en la cama, cuando intento levantarme y no puedo por lo que me agobio aun más pero cuando giro mi cabeza hacia el lado izquierdo me tranquilizo inmediatamente porque el esta a mi lado.

Sabéis, cuando era pequeña y veía todas esa películas de princesas en donde encontraban a su príncipe azul, su alma gemela, la persona que les protegería toda la vida, yo quería ser una princesa, me daban envidia porque en el fondo yo sabía que no la iba a encontrar porque al fin y al cabo, los cuentos son cuentos, no hay realidad en las películas de princesas por mucho que la busques.

Y con el paso de los años me di cuenta, de que las princesas están sobrevaloradas y te hacen creer cosas que nunca pasarán.

No va venir un chico a despertarte con un beso cuando estas durmiendo, no te va a salvar cuando una bruja te de una manzana envenenada o ir a buscarte y hacer que todas las chicas se prueben un zapatito de cristal que tu hada madrina te había dado pero se te perdió.

Yo perdí la esperanza, la perdí completamente hasta que llegó él y no me dí cuenta hasta ayer.

Ayer me di cuenta de que no existen los príncipes azules o las almas gemelas, pero si hay personas que van a dar todo por ti hasta verte feliz, que cruzaría tierra y mar solo por estar contigo y eso, eso si que es verdadero y sano, vale más que un príncipe azul.

Giré mi cabeza lentamente y le ví con sus facciones relajadas, como si nunca le hubieran hecho daño, un bebe en todo su esplendor seguramente soñando en cosas bonitas.

Y ahí estaba yo, mirándole a las 9 de la mañana y reflexionando en como un completo desconocido de hace apenas 2 semanas ha podido cambiar mi vida y pasar de 6 años sin poder dormir después de una pesadilla a dormir como un bebe si el esta a mi lado.

Estaba tan ensimismada pensando que no me había dado cuenta de que ahora quién me miraba con idolatración era él con una sonrisa de medio lado y sus ojitos achinados.

Sam: Buenos días Flavio Fernández - dije con humor

Flavio: Vaya Samantha Gilabert, te has levantado de buen humor hoy?

Sam: Pues sí, aprovéchalo que no suele pasar mucho

Flavio: Pues aprovechemos entonces - y noté como su mano que estaba recostada en mi cintura subía hacia mi tripa y empezaba a hacerme cosquillas.

Odiaba que me hicieran cosquillas, pero si era él quien me las hacía me podía quedar así la vida entera.

Flavio se recostó en la cama y siguió haciendo cosquillas, yo mientras intentaba patalear sin hacerle daño mientras me reía a carcajadas y las lagrimas de la risa me salían por los ojos.

Sam: Piedad Flavio por favor - dije entrecortada por carcajadas en cada una de las palabras.

Flavio: ¿Y qué me das a cambio si paro? - dijo intentando hacerse el serio.

Sam: Lo que quieras... , pero para por favor.

Hizo caso de mis palabras y paró en seco haciendo que yo pudiese respirar, cuando abrí los ojos me lo encontré mirándome fijamente, es intenso este chico.

Flavio: Pues me lo voy a pensar - se levantó, cogió la ropa y se dirigió al baño pero antes de llegar a la puerta se dio la vuelta, me miró y me dijo - ahh, y buenos días para ti también rubia - cerró la puerta y oí el grifo de la ducha encenderse.

Este chico lo que quiere es que me dé un parraque.

De repente empiezo a escuchar un zumbido, mi móvil, lo busco por todas partes pero no lo encuentro hasta que me da por mirar debajo de la cama y lo veo ahí con la pantalla iluminando lo oscuro que estaba eso ahí debajo, me agacho para recogerlo y sin leer el nombre descuelgo la llamada.

Sam: Diga

Maria: Andaa si tengo una hija, ya no me acordaba ni de tu voz - no la podía ver pero seguro tenia una sonrisa en su cara.

Y no mentía llevo aquí tres día y ni le he escrito ni llamado, soy una hija horrible, pero mi hermano tampoco se queda atrás.

Sam: Lo siento mama, he tenido unos días moviditos - y mientras que decía la última palabra mis ojos se dirigieron automáticamente a la puerta del baño, donde se encontraba aquel chico.

Estuve hablando con mi madre y me contó que mi hermana venía a España durante unos días la próxima semana y lo agradecía, aunque se va cansar de mi de tanta actualización amorosa que va a tener, también me contó que no iba a estar por la tarde porque tenía turno pero que cuando llegáramos antes de comer si que estaría.

Tenía que contarle todo esto a Hugo pero era temprano y estaría durmiendo.

Justo en ese momento salió un Flavio con el pelo mojado y una toalla enroscada en la cintura mirándome divertido.

Flavio: ¿Estabas hablando sola? - con un tono burlesco y una mirada indescifrable se fue acercando a mí.

Sam: No, con mi madre, me dijo que tenía que volver a casa.

Se paró en seco y me miró con pena.

Flavio: Pero yo no quiero que te vayas - dijo entristecido aunque el contenido de la frase me impactó, intente que mi semblante no se sorprendiera demasiado y rápidamente corrigió la frase - osea, no quiero que Hugo y tu os vayas porque... - intentó buscar una excusa razonable y creíble - porque Anajú se va a entristecer mucho - no me lo creí, lo peor era que el pensaba que si, que me lo había tragado y la verdad era que ni el ni yo sabíamos mentir.

No dije nada y cogí ropa que había traído y directamente me dirigí a el cuarto de baño y con el mismo proceso que el había hecho antes, al llegar a la puerta me gire en su dirección y le dije:

Sam: Yo tampoco quiero irme Fla - y cerré la puerta del baño dejándole con una cara roja por la vergüenza.

Heber tengo que decirles cosas.
Primero que muchísimas gracias a toda la gente que invierte tiempo en leer mi novela, estoy muy agradecida por eso.
Lo segundo es que he tenido un paro y no sabía como seguir con la novela y por eso subo tarde el capítulo.
Y lo último pero no menos importante STREAM SIN MAS.
Y ya saben, comenten cosas que las leo todas y me muero de amor enserio y si tienen alguna idea de como seguir, escríbanme que no muerdo jaja.,
Hasta pasado mañanaa
Muakk

Nuevos comienzos (Flamantha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora