Abrí los ojos en una habitación desconocida y con mi corazón completamente vació. El ultimo recuerdo que tenia era el de Sana muerta en mis brazos. Sentí lagrimas por mis mejillas y el vació de mi pecho crecer aun mas. Debido a la paliza que me dio mi padre tenia vendas en mi cabeza y un gran parche en el ojo. Mi mente parecía estar tres pisos mas arriba y mi vista era borrosa. Trate de sentarme con dificultad y vi a Sana sentada apoyada en mi cama. Usaba exactamente la misma ropa que utilizo en nuestra ultima cita, su lindo y rosado cabello goteaba por la lluvia de ese día.
-¿Como te sientes?-pregunto sonriente, pero aquella sonrisa me dio escalofríos-¿Como se siente ser la que respire?
-Sana..
Me acerque a ella tratando de tocar su rostro con la punta de mis dedos pero fue imposible. Una enfermera se acerco a mi haciendo desaparecer a Sana de mi vista, como si fuera una clase de niebla. Abrí los ojos sorprendida y molesta, tratando de agarrar el humo para que volviera aparecer, lo que fue en vano.
La mujer comenzó a hablar, pero mi cabeza no estaba ahí, podía ver como explicaba mi situación y me revisaba. En ocasiones su rostro tenia la sonrisa de mi padre, en otras simplemente desaparecía.
Pero nada importa ahora, ni si quiera se por que estoy aquí.
Ella debió dejar que mi padre me ahorcara, debí ser yo.
Comencé a llorar como loca y la enfermera me toco el hombro para reconfortarme, le pegue en su mano y me volví loca. Sentí como toda la habitación se oscurecía de repente y la risa de mi padre la inundaba completamente.
-¡NO ME TOQUES!-grite haciendo que mi cabeza doliera como loca , lo cual me molesto aun mas-Déjame sola.
Ella dijo algo pero no pude entender absolutamente nada, era como si ella estuviera bajo el agua.
-¡Solo vete de una vez!-dije tirando mi almohada.
La enfermera salio de la habitación y me puse de pie, sentía que la Cabeza se me saldría del cuerpo, al igual que uno de mis ojos. Camine por el pasillo del hospital apoyándome en la pared y tambaleándome. Todo se movía por todas partes y era difícil encontrar estabilidad.
Solo quiero irme de aquí, lo suficientemente lejos para desaparecer por siempre.
Dos enfermeros me agarraron por los brazos y me llevaron de vuelta a la habitación, un doctor esperaba ahí dentro, junto a Sana que movía su cabeza decepcionada pero se esfumo al pasar un par de minutos. Me sentaron en la cama nuevamente, mientras yo seguía gritando rabiosa. El doctor me miro seriamente y comenzó a decirme un montón de cosas sin sentido. Al igual que con la enfermera, era como si hablara por debajo del agua. Sin importar que el siguiera ahí, me cubrí con la manta y me puse a dormir. Con la esperanza de soñar con Sana como lo hice tantas veces antes, pero en cambio no soñé nada.
Desperté en mitad de la noche y la encontré sentada a mi lado, se veía pálida y temblorosa, con una venda en su cabeza. Tenia un largo chaleco cubriendo todo su cuerpo. Era completamente diferente a las otras Sanas que solían rondar por mi Cabeza, era una mas realista. Su fantasma.
-Al fin despiertas-dijo con una voz muy delicada-Cuando duermes pareces un ángel, mi ángel.
-Sana-dije llorando y acercándome a ella lentamente, pero sin tocarla ya que si lo hacia podría desaparecer nuevamente y aunque esta Sana es una simple ilusión, aun así quiero que permanezca a mi lado el mayor tiempo posible-Perdóname, todo lo que sucedió fue por mi culpa.
-Eso ya no importa-dijo haciendo un gesto de dolor-Ahora estamos juntas.
Ella me miro de aquella bonita forma en que lo hizo desde el primer día, transmitiéndome todo su amor a través de sus preciosos ojos café. Llore cubriendo mi rostro, pero las lagrimas no podían dejar de caer. Solo pensar en que ella había muerto por mi culpa me hacia querer llorar como loca.
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What You Waiting For
FanfictionHistorias cruzadas. -2yeon - Amigas de infancia separadas por un largo tiempo deciden retomar lo que dejaron a medias, con una pelea sin terminar y encontrándose con distintas facetas que desconocían al ser niñas. -Saida- Sana es una chica libre...
