Capítulo 24
Alba se encontraba en el living de su casa, sentada sobre la alfombra y con todos los informes de Megan sobre la mesa ratona y esparcidos meticulosamente por el suelo, había perdido la cuenta de cuantas horas había estado allí, leyéndolos una y otra vez, repasando cada paso que habían dado y cada paso que debían dar, la operación estaba a la vuelta de la esquina y quería no perder ningún tipo de detalle, no quería fallar, aquella pequeñuela tenia puesta todas sus esperanzas en ella y en Natalia.
- Cariño ¿Todavía estas allí? – le preguntó Lucia cuando cruzo la puerta de entrada.
- Claramente.- contesto con sus ojos todavía en las hojas.
- Tendrías que descansar, Alba. Mañana es la operación y hace horas que estas allí leyendo esos informes que ya seguramente te sabes de memoria.
- Sí, debería. – Alba llevo una de sus manos hasta su cuello masajeándoselo. – Podría tomarme una pequeña siesta antes de cenar.
- ¿Qué quieres que te haga de cenar? – Lucia se sentó en el sofá justo detrás de Alba, paso sus piernas por los costados de la rubia y llevo las manos hasta sus hombros comenzando a masajearlos.
- Lo que quieras tú... Mmmm... - Alba cerro sus ojos.- eso se siente bien.
- Vamos a la cama, te hare mejor los masajes. – Lucia se levanto del sofá tomo la mano de la rubia y la guio hacia el dormitorio.
Cuando llegaron a la habitación, Lucia se deshizo de la camiseta que Alba estaba usando, le indico que se recostara en la cama boca abajo mientras ella buscaba una crema para poder hacerle masajes. La morena se sentó a horcajadas de Alba, le desabrochó el sujetador y comenzó a masajear su espalda, quedándose más tiempo en las partes donde Alba más lo necesitaba.
En un momento, Alba se giro quedando boca arriba, tomo una de las manos de Lucia y tiro de ella para que la morena quedara recostada completamente sobre ella, unió sus labios con los de su novia, Lucia respondió el beso gustosa.
Se fueron quitando la ropa que en ese momento estorbaba, quedando ambas completamente desnudas, hacia ya un tiempo que sus cuerpos no se sentían de esa manera.
Alba cerro sus ojos intentando disfrutar de cada beso, de cada caricia pero en el momento que se había dado vuelta, en el momento en el que le comenzó a besarla de esa manera, se dio cuenta de que no había sido una buena idea, por más que la abrazara, por más que la besara, por más que le dijera que la amaba, que la extrañaba, Alba parecía estar ausente, completamente ausente. Sentía los labios de Lucia por cada parte de su cuerpo pero no eran los labios que quería sentir, sentía como la morena gemía muy cerca de su oído pero por más que lo intentaba esos gemidos que antes la podían transportar al mejor lugar del mundo ahora no hacían nada más que hacerla sentir incomoda.
Alba abrió sus ojos y la miro, miro como Lucia estaba disfrutando aquel momento, como disfrutaba sin darse cuenta de cómo ella se sentía y no la culpaba ¿Por qué debería hacerlo?
Abrazo a Lucia, haciendo que sus cuerpos quedaran completamente unidos, escondió el rostro en el hueco de su cuello, no quería que la viera, no quería que Lucia se diese cuenta de lo vacía que se sentía por dentro, no quería que viera como las lagrimas se iban acumulando en sus ojos, no quería que se diera cuenta de que lo único que por su mente pasaba era que necesitaba que se corriera, necesitaba que eso acabara de una vez ya que las ganas de llorar que sentía en esos momentos eran increíblemente enormes.
Por primera vez tuvo que fingir, por primera vez en su vida eso era necesario, eso fue lo necesario para que todo acabase pero eso también fue lo necesario para que Alba sintiera como la vida que tenia no era lo que quería. Hacer el amor con Lucia esa tarde le hizo darse cuenta de demasiadas cosas, cosas que hace solo un tiempo atrás creía que serian imposibles de volver a sentir.