Karma

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Capítulo 5


La idea de irse a despejarse en su moto se había anulado completamente después de salir del hospital, después de enterarse de que la habían contratado para trabajar exclusivamente con Alba. Había dejado su vida en la otra ciudad, porque la oferta era algo difícil de rechazar pero Nat lo hubiese hecho si le hubiesen dicho de antemano con quien trabajaría. Nat iba tan sumergida en sus pensamientos que no se dio cuenta que ya estaba parada frente a su departamento, se había olvidado de la moto y ni siquiera sintió la gran distancia que la separaba del hospital a su hogar, suspiro con frustración, subió a su piso y se recostó en el sofá.

- Mañana será otro día, Nat. – se dijo a si misma.-

No se dio cuenta en que momento la noche había caído, no supo cuánto tiempo, cuantas horas estuvo recostada pensando en la nada misma, solo sabe que se quedó mirando un punto ciego en el techo y no se despegó de el desde que lo vio.

Estaba enojada, muy enojada consigo misma, no quería que Alba Reche tuviera tanto poder sobre ella, diez años habían pasado desde que tomó la decisión más difícil de toda tu vida ¿Se arrepentía? Claro que sí, cada hora, cada día, cada semana, cada mes, cada año de su vida se arrepentía de haberla dejado, de haberla abandonado de aquella manera tan cobarde.

Intento levantarse del sofá demasiado en vano, medito sus ganas de moverse, con sus ganas de dormir en la cama y termino poniéndose de costado en el sofá y cerrando los ojos, intentando descansar y creerse que el día de mañana iba a ser completamente diferente, se levantaría temprano iría por su moto y manejaría hasta aquel lugar que tanto le gustaba de la ciudad, aunque le trajera los mejores recuerdos de su vida, recuerdos hermosos que a la vez dolían más que un puñal enterrado con lentitud pero ese lugar era suyo, ese lugar le transmitía paz y esperaba que aunque haya pasado varios años desde que lo vio por última vez, le siga transmitiendo la tranquilidad que en ese momento necesitaba.

Flashback

"Nat aprovecho que sus padres trabajarían la mayor parte del día y fue a visitar a su novia. Hacía ya cinco meses que estaban saliendo y la verdad con cada día que pasaba la castaña se sentía verdaderamente querida, con Alba era todo nuevo, era todo distinto, pura diversión y risas, cuando estaba con ella no le importaba nada más en el mundo, aunque ese sentimiento comenzaba a flaquear cuando su madre y su padre aparecían en escena.

Alba la recibió con una enorme sonrisa y un fuerte abrazo, sin saberlo y sin quererlo, Nat esa tarde conoció al padre de Alba, se sentía muy nerviosa y ni siquiera la estaba presentando como novia, sino como una amiga pero el rechazo estaba tan presente en su vida, que siempre tenía miedo de seguir recibiéndolo. El recibimiento que Miguel Angel le dio la hizo sentir extraña pero no en el mal sentido, Miguel era como ella deseaba que su padre fuera, atento, cariñoso y siempre con una enorme sonrisa para regalar. Definitivamente, se sentía con toda la dicha del mundo. Después de saludar a Miguel ambas subieron a la habitación de la rubia, lugar donde Alba no tardo en besar a su novia, besarla como quiso besarla a penas la vio, Alba tomo la mano de Nat y la guio hasta la cama, la castaña se sentó descansando su espalda en el respaldo y Alba se sentó entremedio de sus piernas dejando que la castaña la rodeara con sus brazos.

- ¿Qué quieres hacer hoy? – le pregunto la rubia, aunque en ese momento no le apetecía moverse de donde estaba.-

- Pues, hace un bonito día, conozco un lugar.

- ¿Sí? ¿Dónde llevas a todas tus conquistas? – la pico Alba y Nat solo negó

- Siempre he ido sola, me encanta la tranquilidad que me transmite.

It's not too late... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora