Travesura Realizada

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Capítulo 23

El cuerpo de Alba sentía algo tan conocido, un calor que era completamente inolvidable, no quería abrir los ojos, no quería despertar de aquel sueño tan recurrente, no quería volver a tener 28, quería permanecer con esos magníficos 17 años en donde si bien todo no era de colores podía estar con la persona que amaba, con aquella morena de ojos chocolate que le robaba la respiración, con aquella Natalia de 17 años que era tan inocente, tan dulce y cariñosa, aquella Natalia con la que había atravesado miles de obstáculos pero siempre tenían el mismo final y ese final las incluían a las dos juntas, juntas exceptuando la ultima vez quela vio, aquella noche de septiembre, aquella noche que cambio su vida de la peor manera posible.

Alba abrió sus ojos parpadeo un par de veces antes de darse cuenta de que esa no era su habitación, que aquella enorme Doberman acostada al lado de sus piernas no era Queen, que esa cama no era la de ella y que definitivamente aquellos brazos que la rodeaban tan cálidamente no eran los de Lucía.

Giro su rostro y pudo apreciar a Natalia que dormía plácidamente sobre su pecho, su respiración era calmada, su semblante tranquilo, la aprecio por unos momentos pero sabía que eso estaba mal, no tendría que haberse quedado dormida, ni siquiera debía haber aceptado acostarse a su lado en un principio. No quería despertarla pero tampoco quería irse sin despedirse y asegurarse que ella estaba mejor, así que solo le acaricio suavemente la mejilla hasta que la morena poco a poco fue abriendo los ojos.

- Me quede dormida, debo irme.- susurro y Nat sonrió y suspiro alejándose de ella.

- Lo siento, no quería que te quedaras dormida.- mintió - gracias por quedarte conmigo Alba.

- Claro. Descansa. - Alba se inclino y beso su frente, Nat cerró sus ojos sintiendo el contacto de los labios de Alba sobre su piel hubiera preferido que fuera en otra zona de la cara pero eso ya era un enorme avance.

- ¿Me avisas cuando llegas? - Alba abrió su boca para dar una negativa pero termino asintiendo con la cabeza, si es que su subconsciente la traicionaba.- Cuídate.

- Tú también.

Alba camino hacia la puerta acompañada por Lana, quien se sentó a su lado para que la saludara antes de irse, la rubia sonrió y le acaricio la cabeza, observo como la pequeña luego de ese gesto volvió rápidamente hacia la habitación de Nat, por lo menos Alba, sabía que Natalia iba a estar muy bien cuidada. Cruzar esa puerta en esos momentos fue una de las cosas más difíciles de hacer, la mitad de su cuerpo, aquella mitad donde su corazón mandaba se quería quedar, quería volver a entrar y acurrucarse otra vez al lado de Natalia, mientras que la otra parte, aquella donde su cerebro era el que mandaba le decía que se vaya, que salga lo más rápido de allí, había alguien que la estaba esperando en casa y seguramente quiera escuchar explicaciones de porque no volvió a casa antes.

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Alba aparco el auto en el estacionamiento del edificio donde vivía, miro la hora una vez más, eran las once de la noche, hacia varias horas que debía haber llegado a su casa. Lucia había desistido de enviarle mensajes luego de que la rubia no le respondiera, sabía muy bien que si no contestaba era por algún motivo, lo que a la rubia le aterraba era que su prometida la haya ido a buscar. Antes de salir del auto le envió un mensaje a Nat.

Alba R: Ya llegue a mi casa. Descansa y trata de no levantarte de la cama.

Natalia Lacunza: Perfecto, sana y salva. Gracias por cuidarme Alba.

La rubia leyó ese mensaje y una sonrisa se le dibujo en el rostro. Tomo todas sus cosas y bajo del auto. Alba sentía que su cerebro estaba a punto de explotarle, se sentía cansada, muy cansada pero no físicamente, sino mentalmente, su cerebro no dejaba de pensar ni siquiera cuando dormía. Sentía la necesidad de desconectarse del mundo, deseaba hacerlo, solo debía encontrar el momento justo e indicado.

It's not too late... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora