Señor Lacunza

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Capítulo 18


Flashback

Alba se sentía completamente observada por todos en el lugar, sentía cada mirada clavada en ella, en su mano entrelazada con la de Natalia, quien no podía dejar de llorar y Alba le había prometido no dejarla en ese momento tan doloroso en su vida. Cada una de las personas allí presentes la miraban como si fuese un bicho raro, una extraña espécimen en riesgo de extinción y aunque eso la hacía sentir incomoda en ningún momento soltó la mano de Nat, ni en ningún momento pensó en salir corriendo de allí, como cualquier persona normal haría.

- ¿No piensas hacer algo? – Pregunto Leticia al borde de la histeria.

- Cálmate querida, es el funeral de tu madre. – dijo mientras se acomodaba el saco del traje

- ¡Exactamente por eso! Está haciendo espectáculo tomada de la mano con esa chiquilla.

- ¡Pablo! – Lo llamo Mikel, el joven se disculpó con Maria y se acercó a sus padres.

- ¿Papá? – Mikel se acercó a él, le sonrió y le acomodo la corbata.

- Ve y dile a Natalia que venga. – Pablo asintió y cuando se estaba por ir su padre lo detuvo – sola.

- Claro.

El moreno hizo lo que su padre le pidió, Mikel era un hombre alto, robusto, el pelo oscuro al igual que su barba, siempre tenía una sonrisa para mostrar a todos, elegante y de muy buenos modales, el hombre casi perfecto.

- ¿Papá? – Pregunto Nat casi en un susurro.

- Cariño, ven. – Mikel tomo el brazo de la castaña y la aparto un poco de la gente.

- ¿Q-qué sucede? – el hombre le sonrió amablemente

- Luego de esto quiero verte en casa, hay cosas que debo hablar contigo.

- Es-está bien.

- ¿Podrías hacerme un favor? – La castaña asintió – tu madre esta con los nervios desbordados, trata de no... - carraspeo – estar tan pegada a tu amiga.

- Alba no es mi amiga. – se atrevió a musitar la castaña

- Se lo que sea que es. – Nat frunció el ceño cuando sintió la mano de su padre apretándose levemente alrededor de su brazo.- solo, compórtate. – le soltó el brazo y acaricio tiernamente su mejilla.-

- Cla-claro.

Por más que quiso hacerle caso a su padre no pudo hacerlo, ese día necesitaba más que nunca a Alba, se sentía demasiado devastada como para preocuparse de lo que la gente, sus familiares o sus mismísimos padres pensaran u opinaran, solo sabía que se sentía mucho mejor cuando Alba sostenía su mano, cuando la abrazaba o cuando le acariciaba la mejilla.

Alba intento convencer a la castaña para ir a su casa, ya había hablado con sus padres, esa misma mañana mientras Nat dormía, le había explicado todo lo que había pasado, todo lo que ambas habían pasado y tanto Rafi como Miguel estaban de acuerdo con que Natalia se quedara los días que sean necesarios en su casa.

- ¿Estas segura que quieres quedarte aquí? – le pregunto la rubia mientras le acariciaba la mano con el dedo pulgar.

- Ummm s-sí. – Contesto la castaña mientras se acomodaba los lentes.- mi padre dijo que quería hablar algo conmigo.

- ¿Confías en él? – Nat sonrió al notar a su novia preocupada por ella.

- Claro. Él nunca me... - suspiro - él no es como ella.

It's not too late... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora