Capítulo 21
Natalia agradeció infinitamente tener todo el resto de la guardia ocupada, se sentía tan idiota por intentar forzar algo con Alba, porque eso era o que termino sintiendo, que esta forzando a la rubia en tener algo con ella cuando sabe a al perfección que Alba esta a nada de casarse, se había prometido conquistarla de nuevo pero ver aquella noche a Lucia, como la trataba, como la miraba, como le hablaba... todo, le hizo entender de que ella no puede meterse entremedio de eso y más con él rechazo que se propicio en la habitación de descanso. Pero era algo tan difícil, es que la veía a Alba y sentía que el mundo podía terminar allí, en ese preciso instante en el que ella se perdía en ese sol tan hermoso, en esos ojos avellanas con destellos verdosos que la enamoraron aquel verano en la fiesta de cumpleaños de su hermano.- ¿Doctora Lacunza?
- Señor Hernández.- la morena sonrió – buenas tardes. ¿Cómo se encuentra?
- Muy bien, doctora. Contando los días para la operación.-
- Nosotras también, eso es seguro.
- ¿Ya termino su turno? – Nat miro su reloj de pulsera.
- Sí, una guardia larga pero ya término porque se le ofrece algo en que le puedo ayudar?.
- Excelente, no es nada solo que mi esposa esta esperándola en el estacionamiento recuerda el gatito que Megan le ofrecio.
- Oh es verdad si recuerdo como no ¿Ya lo han traído?
- Sí, bueno. Doctora Lacunza, no quiero que lo aceptes solo porque le hayas dicho que si a Megan.
- No, no para nada. Realmente si lo quiero.- sonrió – iré a cambiarme, lo buscare en el estacionamiento.
- Estamos en el interno es un diluvio afuera.
- Bien.
"Mierda, mierda, mierda" era lo único que pensaba la morena mientras se cambiaba de ropa, ella y su amor por las motos, siempre tiene que tener presente de que puede llover, ahora tendría que tomarse un taxi y dejar la moto allí. No es que le molestara mojarse pero esa tarde llevaría al pequeño gatito hasta la casa y bueno, llevarlo en la moto tampoco era algo tan cómodo pero todo se complicaba el triple si llovía.
Luego de fichar la salida la morena se fue hasta el área de estacionamiento donde los señores Hernández la estaban esperando con una pequeña jaulita para gatos en sus manos.
- Buenas tardes Doctora Lacunza.- la saludo la señora.
- Natalia, llámeme Natalia. – le sonrió y miro el interior de la jaula.- Hola pequeñín. ¿Es hembra o macho?
- Según Megan es nena pero deberías ir al veterinario para que te lo confirme.
- Hola cosita. – Le hablo Nat al pequeño gatito cuando lo saco de la jaula.
- Megan dijo si podrías enviarle fotos cuando este más grande.
- Por supuesto – contesto con una sonrisa.- espero que te lleves bien con tu hermanita.- Nat apoyo su nariz en la pequeña nariz del felino.
- ¿Tienes otro gato?
- No – negó con la cabeza – tengo una Doberman. – Nat se rio al ver la cara de espanto que pusieron ambos.- oh, no se asusten, es una dulzura.
- Bueno confiamos en ti.
- Sí.- dijo con una sonrisa – no hay de qué preocuparse, serán buenos amigos. ¿Verdad que si? – le hablo ahora al pequeñuelo.